El aparato oficial floreció en la Ciudad Jardín

El aparato oficial floreció en la Ciudad Jardín

Movilización de electores, denuncias y entrega de bolsones. Yerba Buena no fue la excepción de los comicios de ayer. Un vecino criticó las demoras para votar: "esto es una desgracia".

CARAS LARGAS. La cantidad de fiscales partidarios tornó lento y abarrotado el proceso de votación en las escuelas habilitadas en el municipio del oeste.  LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO CARAS LARGAS. La cantidad de fiscales partidarios tornó lento y abarrotado el proceso de votación en las escuelas habilitadas en el municipio del oeste. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
29 Agosto 2011
El habitante de Yerba Buena siempre se vanaglorió por vivir en una ciudad diferente. Pero en tiempos de elecciones se torna igual a cualquier otra de esta provincia. El oficialismo hace gala de su poder al poner en práctica su mejor aparato; los opositores denuncian a los cuatros vientos que fueron víctimas del robo o de la destrucción de votos y, por último, los votantes se quejan por haber quedado presos de toda esta historia.

La invasión de taxis, vehículos particulares, utilitarios y ómnibus, con el cartelito "Tole2" -identificación del intendente Daniel Toledo- aportados por los acoplados hicieron colapsar la llamada Ciudad Jardín. "Fue una locura. Comenzó desde muy temprano y, hasta el mediodía, no había parado. Esta fue la campaña más agresiva que viví en esta ciudad... Nunca antes había observado que el aparato oficialista estuviese tan aceitado", comentó Juan Carlos Medina.

Los vecinos más memoriosos no recordaban haber visto un movimiento tan importante. "Es una vergüenza, no se puede ni siquiera estacionar cerca de las escuelas donde se vota", reclamó a los gritos María Laura de Rodríguez, profesora de Letras. "Siempre voté en el mismo lugar, pero nunca padecí tanto para emitir mi sufragio", agregó visiblemente enojada.

Para muchos, cumplir con su deber cívico se transformó en una pesadilla. "Estuve 15 minutos dando vueltas en el auto para llegar al colegio. Después, no tenía estacionamiento y, cuando lo conseguí, ya había pasado más de media hora. Me hubiera tomado un auto de ?Tole2? y no renegaba tanto", bromeó el vecino Medina.

Prácticas desleales

Los opositores también pusieron el grito el cielo. Resignados por la falta de estructura, criticaron otros tipos de prácticas que chocaron contra sus intereses. "Nuestros fiscales denunciaron que desde la Junta Electoral Provincial no habían enviado los votos. Y, en las mesas donde no teníamos este problema, sufrimos el robo o la destrucción de nuestras boletas", denunció Paul Bleckwedel, candidato a intendente por el Acuerdo Cívico y Social. El postulante puntualizó que se vio obligado a cargar su camioneta particular con votos y distribuirlos personalmente en la escuelas del distrito.

Cecilia Córdoba, candidata a edil por Proyecto Popular, también se sumó a las críticas. "Desde que se abrieron las elecciones y durante toda la mañana, nuestros fiscales tuvieron que controlar muy de cerca los cuartos oscuros. Tuvimos inconvenientes por robos y roturas. Esta práctica fue muy común durante todo la jornada", señaló.

La desconfianza de los fiscales de mesa y generales complicó aún más el desarrollo de las elecciones. Los representantes de los candidatos, cada media hora, pretendían ingresar al cuarto oscuro para controlar que todo estuviera en orden. "Antes de que comenzáramos, hablé muy clarito con todos. Al control lo íbamos a realizar cada hora, pero, por como se presentaron las cosas, será muy poco probable que se pueda cumplir", señaló Mariano Rivadeneira, presidente de mesa de la Escuela de Comercio.

Mientras todos discutían, los votantes sufrían. "No hay derecho a que se demoren tanto. A la falta de experiencia de las autoridades de mesa se agrega la cantidad de candidatos que participan de las elecciones. Emitir un voto fue una pesadilla", se quejó Fernanda Mirasoles, que debió esperar más de una hora para cumplir con su obligación en la escuela Thames.

Carlos Cancino, de 60 años, dio indicaciones a gritos para poder votar más rápido. "Esto es una desgracia. Imagínese si hay tanta demora para emitir el voto, lo que será en el escrutinio. Por suerte no estaré ahí. Que se las arreglen entre ellos", concluyó el jubilado.

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