28 Noviembre 2010
EN CAMILLA. Mientras retiraban a Velárdez, los hinchas locales lo insultaron. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
En el final de la historia todos gritaban. Acusaban, testificaban, descreían e insultaban en el hall que antecede a los vestuarios en la cancha de Amalia. Ni los micrófonos intimidaban los instintos verbales de los protagonistas.
En el comienzo, Newbery le ganaba 1 a 0 a Amalia y forzaba los penales para decidir el finalista de la Liga. Hasta el minuto 38. Ahí ya no había ganadores. Ahí perdieron todos. Una bomba de estruendo explotó cerca de Fabián Velardez. El cohete vino de la tribuna de Amalia, pero en realidad salió de lo profundo de las miserias del fútbol. Las especulaciones sobre una reacción ficticia del "Mono" surgieron en el acto. En las declaraciones de los locales resultaba imperdonable una posible farsa del arquero. A ellos les quedó la duda, mientras que Velárdez, tras recuperarse en el vestuario, fue llevado a un centro asistencial.
En Villa 9 de Julio también hubo incidentes. Pese a que los partidos debían jugarse sólo con público local, los visitantes hicieron caso omiso y se ubicaron en dos tribunas del estadio de Sportivo. Mientras ganaba el visitante, todo bien, pero luego del descuento de San Jorge, no. La gente de Villa Quinteros comenzó a repartir golpes de puño y el árbitro suspendió el partido durante 10 minutos.
Un final polémico
1- En la ida, Amalia se hizo fuerte en Aguilares y celebró el triunfo gracias al gol de Alvaro Jiménez. La serie parecía sellada.
2- En la vuelta, los muchachos de Sergio Décima arrancaron confiados y un cabezazo de Dip los sacudió. El resultaba obligaba a los penales.
3- A los 38' una bomba de estruendo estalló en el área de Velárdez y el árbitro suspendió el partido. Habrá que esperar su informe.
Las claves del éxito
1- San Jorge es compacto en defensa, tiene volantes ágiles y sus atacantes son contundentes. Argumentos sólidos para que sus rivales le teman.
2- Se trata de un equipo con defectos y virtudes. Su mayor déficit es que no puede mantener el buen nivel de juego durante los 90 minutos.
3- El "expreso verde" debe rendir una última prueba: demostrar si sus hombres pueden soportar la presión de afrontar una final. Experiencia les sobra.
En el comienzo, Newbery le ganaba 1 a 0 a Amalia y forzaba los penales para decidir el finalista de la Liga. Hasta el minuto 38. Ahí ya no había ganadores. Ahí perdieron todos. Una bomba de estruendo explotó cerca de Fabián Velardez. El cohete vino de la tribuna de Amalia, pero en realidad salió de lo profundo de las miserias del fútbol. Las especulaciones sobre una reacción ficticia del "Mono" surgieron en el acto. En las declaraciones de los locales resultaba imperdonable una posible farsa del arquero. A ellos les quedó la duda, mientras que Velárdez, tras recuperarse en el vestuario, fue llevado a un centro asistencial.
En Villa 9 de Julio también hubo incidentes. Pese a que los partidos debían jugarse sólo con público local, los visitantes hicieron caso omiso y se ubicaron en dos tribunas del estadio de Sportivo. Mientras ganaba el visitante, todo bien, pero luego del descuento de San Jorge, no. La gente de Villa Quinteros comenzó a repartir golpes de puño y el árbitro suspendió el partido durante 10 minutos.
Un final polémico
1- En la ida, Amalia se hizo fuerte en Aguilares y celebró el triunfo gracias al gol de Alvaro Jiménez. La serie parecía sellada.
2- En la vuelta, los muchachos de Sergio Décima arrancaron confiados y un cabezazo de Dip los sacudió. El resultaba obligaba a los penales.
3- A los 38' una bomba de estruendo estalló en el área de Velárdez y el árbitro suspendió el partido. Habrá que esperar su informe.
Las claves del éxito
1- San Jorge es compacto en defensa, tiene volantes ágiles y sus atacantes son contundentes. Argumentos sólidos para que sus rivales le teman.
2- Se trata de un equipo con defectos y virtudes. Su mayor déficit es que no puede mantener el buen nivel de juego durante los 90 minutos.
3- El "expreso verde" debe rendir una última prueba: demostrar si sus hombres pueden soportar la presión de afrontar una final. Experiencia les sobra.
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