"El ciudadano cree que combatir la evasión sólo es tarea del gobierno o de la AFIP"

"El ciudadano cree que combatir la evasión sólo es tarea del gobierno o de la AFIP"

Sostiene que el fin de todo gobierno -como el argentino- a la hora de administrar un sistema impositivo es el de recaudar más, pero aclara que el problema aparece cuando se apuntala ese objetivo como único. Y afirma que hace falta una decisión política para transparentar la política tributaria. Una cuestión de raigambre cultural y un reclamo sabido pero clave: políticas de Estado.

10 Octubre 2010
Sanear el sistema tributario, volverlo más progresivo y justo, es un reclamo más viejo que la escarapela. Pero los expertos en impuestos no cesan en su afán y en su convicción de remarcar esa necesidad para lograr, no sólo una mayor equidad a la hora de gravar, sino inclusive una mayor recaudación fiscal, así se deban pasar otros 200 años para lograr ese cometido. Es el caso de Humberto Bertazza, que dialogó con LA GACETA en un intervalo de su participación en el 19º Encuentro Tributario que organizó el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán.

- Los expertos como usted siempre señalan la necesidad de modificar el sistema tributario, pero los cambios nunca llegan.

- Creo que tiene que ver con las prioridades que en materia de los sistemas tributarios define un gobierno. Los impuestos son hechos para recaudar, pero más allá de eso, pueden tener otros objetivos. Por ejemplo, motivar la inversión, canalizar inversiones para determinados sectores del país. Objetivos parafiscales. Entonces, el punto es ¿cuál es la prioridad? ¿Ese tipo de incentivos y de modalidades o estrictamente la recaudación? Cuando se trata de este último caso se aplica un adagio conocido: si anda bien, ¿para qué vamos a cambiarlo? Yo creo que esto es lo que le está pasando a este gobierno y a otros también. Todos aquellos tributaristas, empresarios, que están reclamando cambios en el sistema es porque, sin perjuicio de que se estén alcanzando las metas presupuestarias, hay otro tipo de problemas en estos fines parafiscales. Ejemplo: cuando tenemos varios impuestos distorsivos, estos terminan afectando a las inversiones. Y acá viene el otro tema: ¿nos interesa o no ser destinatarios de nuevas inversiones? Creo que en este aspecto está jugando esta situación.

- Muchos tributaristas argumentan que una modificación del sistema tributario inclusive redundaría en una mayor recaudación.

- Justamente. El objetivo de la recaudación es un fin para cualquier gobierno. Cualquier país del mundo tiene los mismos objetivos. El asunto es cuando nos quedamos en ese objetivo y nada más. Es indudable que si nosotros diseñamos un sistema tributario que favorezca otro tipo de actividades y el crecimiento económico y que dé otros elementos para el crecimiento, obviamente todo va a derivar en una recaudación mayor. Por eso digo que el punto está en las prioridades que se le dé a la materia.

- ¿Estamos en situaciones de confiscación en la actualidad?

- El tema gravísimo y del cual ya se ha expedido la corte es el ajuste por inflación. La inflación está provocando en el impuesto a las Ganancias que se pague una tasa que en vez del 35% es superior al 50%, como expresión real, no nominal. Con esos valores sobre las utilidades, debido a que no se computa la inflación a los efectos impositivos, se genera una distorsión absoluta en el impuesto a las Ganancias. Eso es confiscatorio y así lo ha dicho la Corte en el caso Candy.

- ¿De qué depende que se transparenten las cargas tributarias? ¿De un acuerdo político general, de una reforma de la Constitución, del advenimiento de un gobierno que se interese en la materia?

- Desde el punto de vista estrictamente jurídico no se necesita una reforma constitucional, sino una ley, que tiene que pasar por el Congreso. Ahora, para llegar a esto hay otro tema: el político. Debe haber una decisión política de llevar a cabo esta modificación. Decisión que no existe por parte de este gobierno, al menos.

- En comparación con otros períodos de la historia, ¿la presión fiscal en la actualidad es récord?

- Sí. Estamos superando el 30% cuando históricamente la Argentina estaba en el veintipico. Es una diferencia sustancial. De todas maneras, me parece que cuando hablamos de presión fiscal, que es una expresión matemática, porque relaciona el pago de las obligaciones respecto del PBI, creo que tenemos que ver también una cosa: la economía negra y el no pago de impuestos. Este es un gran tema, un problema que no pasa por la legislación impositiva, sino por la administración tributaria y la aplicación de las normas que tenemos. Entonces, creo que más allá de los esfuerzos que ha hecho la AFIP en este momento todavía se está muy lejos de poder decir que está llevada a un porcentaje de razonabilidad la evasión. La evasión sigue siendo importante en la Argentina, pese a todos los esfuerzos que se han hecho. Creo que ahí hay un deber pendiente, muy importante, para encarar seriamente el tema. Si nosotros lo presentamos con toda su magnitud, diríamos, inclusive, que el problema de la evasión tampoco es un tema estrictamente atribuible a la administración tributaria, sino a la cultura de la sociedad. Da la impresión de que todos los participantes, los agentes, los ciudadanos deben tener un compromiso en este sentido. Es una cuestión cultural: el argentino no se ha dado suficientemente cuenta de esto. Para el hombre común la idea de que la evasión sólo le corresponde al gobierno o a la AFIP es equivocada. En esto, como en otras cosas, se requiere la instauración de políticas de Estado, que más allá de los gobiernos, de los cambios de tipo gubernamentales, son las que un país serio debe seguir. Podemos verlo no muy lejos: Brasil, Chile, Uruguay, que están aquí al lado y no es un solo país, sino tres. Tendríamos mucho que aprender de las políticas de Estado, el compromiso con las grandes políticas.

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