El mal uso de fertilizante marca la pérdida de competitividad

El mal uso de fertilizante marca la pérdida de competitividad

El experto Pérez Zamora recomendó usar la tabla de la EEAOC, para establecer un plan nutricional. Los costos de los agroquímicos son elevados y pusieron en un apriete a los cañeros.

APLICACION. El uso de fertilizantes líquidos comenzó a ser una práctica usual en las plantaciones tucumanas. APLICACION. El uso de fertilizantes líquidos comenzó a ser una práctica usual en las plantaciones tucumanas.
25 Julio 2008
El irreversible aumento de precio de los fertilizantes preocupa al sector cañero, que en pocas semanas deberá tomar una decisión trascendente sobre sus cañaverales. A la fecha, difícilmente alcancen dos bolsas de azúcar para adquirir una de urea, cuando en 2003 prácticamente esa relación era de 1 a 1. Este ejemplo ilustra sobre la pérdida de competitividad que sufrió el sector primario de la agroindustria azucarera, señaló a LA GACETA RURAL Federico Pérez Zamora.
En años anteriores, los productores cañeros hubieran decidido no fertilizar ante circunstancias semejantes, pero actualmente consultan a asesores expertos sobre cómo hacer más eficiente el uso de los fertilizantes y cómo incrementar la producción. “Esto significa un avance cultural en el productor cañero, que reconoce en el buen uso de la tecnología la mejora en su productividad y, por ende, en sus resultados económicos”, agregó.

Qué se recomienda
En Tucumán, se generalizó la fertilización de cañas socas y plantas.
El productor agrega 3 y 4 kg -algunas veces 5 kg- de urea por surco de 100 m. El cultivo requiere en el año entre un 25% y un 40% del nutriente aplicado solamente (nitrógeno en el caso de la urea).
Esto está comprobado en los países que desarrollaron investigaciones en nutrición vegetal. El bajo aprovechamiento del fertilizante que el cultivo ocurre al no coincidir el lugar de colocación del fertilizante y el sector de mayor captación de nutrientes de la raíz. También a la falta de sincronismo entre los momentos de mayor entrega del nutriente por parte del fertilizante y el momento de la mayor demanda por parte del cultivo.
Por lo expuesto, empresas y productores cañeros de diferentes escalas, que aspiran al uso del fertilizantes, se inclinan hoy por establecer programas de nutrición más que sólo fertilizar las cañas.
Sobre los conocimientos locales disponibles, la EEAOC confeccionó una tabla de recomendación para el uso fertilizantes nitrogenados en caña de azúcar.
La idea es que sea consultada a la hora de establecer un plan nutricional, ya que determina la cantidad adecuada de fertilizante, que no retorna en kilos de caña adicionales.
Un ejemplo: si el lote sobre el que hay que decidir la dosis es de baja fertilidad, pero tiene una buena población de cepas y un bajo nivel de enmalezamiento, la dosis debe ser de 4 a 4,5 kg de urea por surco. Pero si situación es totalmente contraria -buena fertilidad con baja población de cepas y enmalezamiento severo-, la dosis  no debe ser mayor a 3 kg de urea por surco. Este solo razonamiento ya es un principio de uso eficiente del fertilizante.
En referencia al fósforo, se sabe que es un nutriente esencial para cumplir con los rindes económicamente viables y que su carencia compromete especialmente los volúmenes de raíces. Esto condiciona la capacidad para tomar los otros nutrientes y producir kilogramos de caña.
Fertilizar con este nutriente, significa aumentar la eficiencia de los otros nutrientes, aunque es conocido que el fertilizante fosforado es el que más aumentó en términos comparativos. Como referencia, los suelos que contienen menos de 13 ppm de fósforo en sus primeros 30 cm, necesitan la aplicación de fertilizantes fosfóricos para obtener los potenciales productivos que van desde 20 a 50 kg de pentóxido de fósforo por hectárea.
“Hay que tener en cuenta que los suelos arenosos, con mucha infiltración interna, tienen más probabilidades de presentar deficiencias de potasio que en los suelos francos. Si esto coincide además con un bajo contenido de materia orgánica, aparece otro factor adicional que es la deficiencia de azufre”, remarcó Pérez Zamora.
En las dos últimas campañas se difundió el uso de biofertilizantes en caña, a partir de los resultados promisorios que tuvo la EEAOC. Es una herramienta válida para incluir en los planes de nutrición.
Respecto a la falta de sincronismo entre el abastecimiento de nitrógeno y la alta demanda, hay que tener en cuenta que la fertilización en caña tiene por objeto cubrir un período en el que el suelo no tiene suministro de nitrógeno que cubra los altos requerimientos del cultivo.

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