Evo calificó a Alan García de "antidemocrático"

Una escalada verbal entre los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Perú, Alan García, recalentó todavía más las relaciones diplomáticas que por estos días mantienen ambos Estados. La tensión comenzó a partir de la denuncia de Morales sobre la posible instalación de una base militar norteamericana en territorio peruano. Ayer, al término de la Cumbre de Jefes de Estados del Mercosur y de países asociados, el mandatario boliviano dijo que García se había manifestado de manera despectiva en su contra, por lo que le contestó en duros términos.
"Acabamos de recibir una información desde el Perú, donde (García) me manda a callar. Quiero decir que presidentes, o cualquier presidente, que manda a callar a cualquier persona, es un presidente, o son presidentes, antidemocráticos, que no aceptan el diálogo, que no escuchan al pueblo. Y lamento mucho que presidentes puedan mandar a callar a un presidente. O a cualquier persona", disparó.
Precisamente, el peruano, tras deplorar los dichos del boliviano, dijo: "habría que decirle como (el rey) Juan Carlos de España, ?por qué no te callas?, métete en tu país y no te metas en el mío", consigna la agencia de noticias Reuters. La expresión, como se recordará, fue espetada por el monarca al presidente venezolano Hugo Chávez, cuando criticaba duramente al ex presidente español José María Aznar durante la Cumbre Iberoamericana de noviembre de 2007."Siento que la soberbia monárquica es un vicio que no se debe copiar, porque los vicios de la colonia terminan en Latinoamérica. Estamos en profundas transformaciones", agregó, visiblemente molesto.
Evo sostuvo, enfáticamente, que discutir sobre la eventual radicación de enclaves militares de EE.UU. en el continente no es problema de un país sino de la región, razón por la cual -expuso- no es una intromisión en temas internos de terceros Estados hablar del asunto. "Por el contrario, es orientación para nuestros pueblos. Y Bolivia está apostando constitucionalmente a que nunca más haya una base militar de Estados Unidos en territorio boliviano. (...) Vamos a continuar con esta clase de orientaciones para dignificar a Latinoamérica, a Sudamérica. Porque yo sé lo que es vivir con una base militar de los Estados Unidos. Que los militares norteamericanos armados, uniformados, manden a nuestras fuerzas armadas, que manden a la policía nacional, que participen en la represión, en las matanzas", testimonió.
"Intentaron callarnos por más de 500 años y por tanto que alguien diga ?calle? como una forma de amedrentar al otro... Aquí, el diálogo es importante: somos de la cultura del diálogo y, por sobre todo, apostamos por la dignidad de nuestros pueblos", ratificó el líder indígena.
El mandatario advirtió, también, que, a raíz de su denuncia, tanto los EE.UU. como Perú, de manera simultánea, convocaron a sus respectivos embajadores en Bolivia. "El pueblo juzgará qué coincidencias existen. Pero, reitero, si los pueblos que han sido víctimas de esta clase de intromisión militar de algunos países, pues tenemos la obligación de decir nuestra verdad", insistió.
El referendo popular para la revocatoria de su mandato había sido descripto por Evo, durante la Cumbre de Jefes de Estado, como la oportunidad en la cual será "revolcado el neoliberalismo de mi país". En su contacto con la prensa, agradeció a sus pares del Mercosur la decisión de enviar veedores para esa votación del 10 de agosto (las encuestas lo favorecen ampliamente) y recordó que el mecanismo había sido solicitado por prefectos opositores a su gestión, que tras el aval del Congreso, expresaron que ya no lo querían.
"El mejor tribunal es el pueblo. Hay que someterse a él. Siempre avancé, en la lucha sindical y parlamentaria, hasta la Presidencia, sometiéndome al pueblo y no al imperio", concluyó.

"¿Dónde está el alma europea?"
Como todos sus pares, Evo Morales condenó la directiva europea que condena la inmigración ilegal, pero lo hizo desde una perspectiva diferente y fundada en la historia colonial. "Antes nos decían que los indios no tenían alma, pero dónde está el alma de los europeos con esta medida que significa expulsión", preguntó. En sus palabras resonaba la ardiente polémica que en el siglo XVI mantuvieron el dominico Bartolomé de las Casas y el jurista Juan Ginés de Sepúlveda. Este defendía la tesis de que los indígenas eran una subespecie sin alma, lo que justificaba su aniquilación.