Los perros callejeros atemorizan a los comerciantes

Forman grupos de entre 5 y 10 perros. Deambulan de una cuadra a otra escarbando entre la basura. Se tiran ante la puerta de los locales a dormir. Están enfermos de sarna. Se pelean en medio de las calles, causando frenadas y bruscas maniobras entre los conductores. Cuando ven motociclistas y ciclistas corren a atacarlos.
Los perros callejeros generan temor e indignación entre los comerciantes y peatones. Los canes se han adueñado de algunos sectores del centro, aunque las jaurías se van mudando con el correr de los días. Suelen ocupar la calle Crisóstomo Alvarez, desde el 500 hasta el 700, la plaza Independencia y la Urquiza. En los últimos días también invadieron 25 de Mayo, desde Crisóstomo hasta Santiago del Estero. Las calles Córdoba, Muñecas, Maipú y Junín también son elegidas por los canes para deambular.
Walter Villagra, empleado de un local de videojuegos ubicado en 25 de Mayo al 100, aún no puede olvidar una mañana de domingo, hace un mes, cuando un perro callejero lo mordió. Llegaba a su trabajo en moto cuando fue agredido. "Los motociclistas somos los más perjudicados, porque nos atacan constantemente. Corremos peligro de accidentarnos", relató.
María Roldán, que atiende en una juguetería ubicada en el local de videojuegos, detalló que siempre se producen peleas cuando una perra está en celo. "Se ponen como locos y atacan a cualquiera. Tenemos que cerrar las puertas porque es un peligro. Aquí entran muchos chicos. Le avisamos a la Policía, pero no hace nada", destacó. Romina, una agente que custodiaba la zona, reconoció que no pueden intervenir porque no saben si los canes están rabiosos. "Los perros no se van porque los comerciantes les dan de comer", dijo.
Según denunciaron los comerciantes, los perros llegan desde la periferia de la ciudad, en los carros de los ambulantes. "Hay muchos más perros que son un peligro para los niños", explicó Ester Roldán, de una casa de fotografías de 25 de Mayo y Córdoba.
Horacio Amorena, de una heladería ubicada frente a la plaza Independencia, detalló que los perros se mueven en grupos y que rompen bolsas de basura para alimentarse. "Son un peligro. A veces entran a los locales y los clientes se asustan. Cuando los sacás no sabés si te van a morder", dijo, y añadió que a veces ve camiones municipales levantado los canes.
En la calle Crisóstomo Alvarez al 600 los comerciantes dijeron que se cansaron de hacer denuncias ante la Municipalidad y que no obtuvieron respuestas.
En los últimos días, grupos de protectores de animales pegaron en postes céntricos carteles, en los que le piden al intendente de la capital, Domingo Amaya, que solucione la problemática. "¿No ve que las perras de la calle siguen reproduciéndose y hay un gran aumento de crías abandonadas porque la Municipalidad no quiere hacer las castraciones masivas y gratuitas que había prometido?", reza el papel. "No dice ni hace nada, a pesar de las reiteradas denuncias para mejorar el funcionamiento del Cenara (albergue de animales), que se ha convertido en un lugar desastroso, que no se responsabiliza de ningún animal abandonado", remarca el escrito.