"Una vida sin reflexión no es humana"

"Una vida sin reflexión no es humana"

Haciendo gala de su innata capacidad de comunicador, en su casa madrileña, el filósofo español ratificó en su diálogo con LA GACETA su visión más bien pesimista sobre la condición humana, y opinó que las democracias menos corruptas lo son porque en ellas funcionan las sanciones.

PROVOCADOR Y AGUDO. Savater, un intelectual del siglo XXI, aprovecha al máximo la exposición mediática para transmitir su visión del mundo. GENTILEZA IRENE BENITO PROVOCADOR Y AGUDO. Savater, un intelectual del siglo XXI, aprovecha al máximo la exposición mediática para transmitir su visión del mundo. GENTILEZA IRENE BENITO
24 Febrero 2008
(Por Irene Benito, Madrid, Especial para LA GACETA).- Filósofo, polemista, escritor y profesor universitario, el español Fernando Savater ha viajado a Argentina una vez por año en las últimas dos décadas y media. "¡Más veces que José Ortega y Gasset!", exclama con una sonrisa estrepitosa y luego admite que es muy difícil terminar de conocer un lugar. “Hay gente que llega a Bilbao, está dos días allí, y cree que por eso ya conoce el País Vasco. Y lo peor es que vuelve a casa con una teoría", ejemplifica. Pero Savater, que tiene una abuela porteña, no se abstiene de opinar: "tras la terrible crisis de 2001 hubo un primer momento en el que los argentinos parecían más contentos; y ahora, otra vez, se habla mucho de corrupción. Este es el gran mal de Argentina; el cáncer verdadero de las democracias latinoamericanas". Según el autor de "Ética para Amador", no hay diferencias objetivas entre una democracia europea y otra latinoamericana porque los textos constituciones son los mismos. Explica: "no obstante, en Europa hay menos corrupción, no por la bondad del europeo, sino porque hay obstáculos. Tengo una visión muy pesimista: todos somos todo lo malo que nos dejan ser. Si la gente ve que la corrupción queda impune, entonces habrá muchísimos casos. En cambio, si ve que el que se corrompe recibe 30 años de cárcel, habrá menos".

- ¿Qué debería hacer Argentina para extirpar ese cáncer?
-Luchar en serio contra la corrupción y ser consciente del problema, pero no tanto de la corrupción de los otros, sino de la de cada cual. A veces siento que todos son muy sensibles a la corrupción del partido de la oposición, pero incapaces de verla en el propio, donde la corrupción parece hasta normal, lícita y dirigida por buenos deseos. Hay que luchar contra la corrupción propia, la de los otros y la de todos.

Savater recibe a LA GACETA en el salón de su hogar madrileño. Parece recién duchado y a lo mejor lo está, a juzgar por la ligera bata verde a cuadros que viste con descuido. Detrás de los anteojos con marco naranja -su santo y seña- hay un hombre con ojos pequeños y muy expresivos, que desbordan en miradas perdidas y en nerviosos parpadeos. Sobre todo cuando aborda la política, que considera una obligación ciudadana. Savater, que pasó una temporada en la cárcel durante la dictadura de Francisco Franco y milita desde siempre contra el terrorismo de ETA, participó el año pasado de la fundación del partido político "Unión, Progreso y Democracia" (UPyD). Pero enseguida confirma que no tiene intenciones de presentar candidatura. Enuncia: "ya soy muy viejo para cambiar de oficio. Aspiro a mostrar que uno puede ser político de muchas formas, y no sólo accediendo a un ministerio o a un escaño. Es posible ejercer la política interesándonos por ella, manifestando nuestra opinión, comprometiéndonos públicamente, sin necesidad de ocupar un puesto en las instituciones".

- ¿Qué principio anima a UPyD?
- La paradoja de la política española es que los dos partidos más grandes ( Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español) nunca han logrado gobernar solos. Y como no se juntan entre ellos, salvo los casos de mayorías absolutas, que son muy raros e indeseables, lo que hay es siempre una mayoría relativa que necesita el apoyo de las mayorías nacionalistas vasca, gallega y catalán. En último término, la gobernabilidad del Estado depende de los grupos que no creen en el Estado español. Por el contrario, UPyD quiere reforzar la imagen de una nación de ciudadanos y no de ciudadanías dispersas.

 - ¿Por qué los políticos tienden a realizar promesas?-
- Cuando uno está metido en temas de campaña electoral te preguntas a menudo por qué no puedes decir a la gente las cosas tal como son: "creo que esto puede funcionar, pero si no anda, intentaremos otra cosa" o "tenemos algunas ideas pero no estamos completamente seguros". No, hay que dar la impresión de que está todo resuelto, porque la gente no tolera la duda, la incertidumbre, el tanteo, que seas frágil y vulnerable. Sería lógico que un jefe sea como el resto de la gente y que prometa su buena voluntad, su capacidad, su honradez sin más, y que rechace la idea del superhombre. Pero un candidato tan razonable nunca sería elegido, porque en el fondo la gente que se queja quiere alguien que prometa milagros, aunque de antemano sepamos que no los podrá cumplir.

Savater es pionero en el afán de escribir con sencillez sobre cuestiones complejas como la ética y la filosofía; saberes que hasta no hace mucho estaban sólo reservados a los sabios y expertos. Dueño como pocos del don de la didáctica, asegura que aunque a veces no sea un acto consciente todos los seres humanos filosofan cuando se preguntan sobre la naturaleza, la justicia, la verdad, la muerte y el tiempo.

- ¿Para qué sirve una dosis diaria de filosofía?
-Ayuda a que hagamos nuestras cosas de manera más humana. Sócrates decía que una vida sin reflexión no merecía la pena ser vivida. Una vida sin examen no es humana, es automática. Los animales, a lo mejor, son más felices que nosotros porque nunca se preguntan si deben ser así o de otra manera. Cumplen un programa evolutivo y ya está. Nuestro programa, en cambio, incluye el hacernos preguntas sobre el por qué del programa. No es que esto nos haga más o menos felices, o mejores o peores, sino que el modo humano nos exige pensar en las cosas que hacemos y hacerlas pensándolas.

- Pero ahora no hay tiempo para reflexionar...
-Uno siempre tiene tiempo para lo que quiere. En el “timing" del día nunca hay espacio para las cosas importantes; nunca anotamos en la agenda que de 7 a 8 hay que enamorarse y de 9 a 10, pensar sobre la existencia. Tenemos que luchar para tener tiempo para las cosas que amamos. En el fondo, esta es una excusa para huir de asuntos complicados que no queremos afrontar. Nunca creo a la gente que dice que no tiene tiempo para estar con sus hijos. ¡Pues no tenga usted hijos! Vaya pretexto... ¡Como si hubiese algo más importante que estar con los hijos! Algunos prefieren dedicar tiempo a chatear o a hablar por celular. Eso es comunicación, progresos que nos permiten estar más cerca de las personas que queremos. Todos los que están en contra de estos avances hacen mala retórica: no es cierto que nos vaya a devorar internet. Algunos están más ocupados de lo trivial que de los problemas reales que tiene la humanidad.

Se le pregunta qué espera del siglo XXI. Contesta en el aire (y con una familia de palabras): "nunca espero nada porque creo que los hombres libres no deben pasarse la vida preguntándose qué va a pasar sino qué pueden hacer. La gente que se frustra es la que espera que pasen cosas. Pasará lo que dejemos que pase, pasará lo que nosotros hagamos que pase. Si no hacemos lo que queremos que pase, nada pasará. Si no colaboramos en detener aquellos males que no queremos que ocurran, ocurrirán. En ese sentido, la decepción nunca es contra el mundo sino contra uno mismo, que no hizo lo que debía hacer”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios