Marta Philp: “Creo que el modelo centralista ha fracasado”

Marta Philp: “Creo que el modelo centralista ha fracasado”

Hoy se presentará en el Centro Cultural Virla el libro “Historiografía argentina. Modelo para armar”. Trabajo colectivo

SOBRE LA OBRA. Dispone de 562 páginas y fue editada en abril de este año por Ediciones Imago Mundi. SOBRE LA OBRA. Dispone de 562 páginas y fue editada en abril de este año por Ediciones Imago Mundi.

“Este texto colectivo publicado por la editorial Imago Mundi se propone dar a conocer como se escribió la historia en cada una de las provincias. Busca ampliar la mirada ya que lo más conocido es el proceso de escritura de la historia desde Buenos Aires ya que vivimos en un país centralista. Desde niños nos hemos formado en base a los hechos históricos analizados desde Buenos Aires y difundidos en el resto del país”, sostiene Marta Philp, una de las coordinadoras junto a María Silvia Leoni y Daniel Guzmán, de “Historiografía argentina. Modelo para armar”, libro que será presentado hoy, a las 19.30, en la sala Osvaldo Fasolo del Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).

Se trata de una obra colectiva que involucra a autores de las 23 provincias argentinas. En esta oportunidad, se referirán al texto Marta Philp, Daniel Guzmán y Daniel Campi.

Doctora en Historia y directora del doctorado de esa especialidad en la Universidad de Córdoba, Philp señaló que “este libro ha sido pensado como una reparación de esa situación, ya que dedica un capítulo para cada una de las provincias donde se analiza quienes escribieron la historia y qué héroes se destacaron y contribuyeron a la historia nacional. El libro habla de los historiadores y de las instituciones dedicadas a la escritura de la historia. De los vínculos entre los historiadores de las provincias y los de Buenos Aires”.

- ¿Qué transformación ha experimentado la historiografía nacional en estos dos siglos?

- La historiografía argentina, entendida como escritura de la historia, fue cambiando a lo largo del tiempo y este libro muestra esos cambios. También nos muestra cómo la historia es un recurso clave en los procesos de construcción de poder político.

- ¿La historiografía actual propone una mirada crítica de la historia? ¿Por qué cree que no se ha podido romper con el centralismo para convertirnos en los hechos en un país federal?

- La historiografía actual propone miradas críticas, ya que han avanzado las investigaciones en las distintas provincias. Sin embargo, sigue siendo dominante la visión de la historia escrita desde Buenos Aires ya que es la que se difunde en los medios de comunicación que emiten desde el centro del país. Considero que no se ha podido romper con el centralismo porque las decisiones políticas se siguen tomando desde Buenos Aires y los grupos políticos de las distintas provincias se suman muchas veces a esa estructura de poder. Podemos decir que el modelo de organización nacional del siglo XIX sigue dominando.

- El modelo del centralismo ha fracasado, a juzgar por la realidad, ¿qué hace falta para torcer este destino?

- El modelo centralista ha fracasado, pero no podemos decir que en ese modelo centralista sólo estuvo Buenos Aires, sino que fueron diferentes grupos de las provincias que se fueron sumando a ese modelo centralista, a ese modelo hegemónico. ¿Qué hacer para cambiar de ese destino? Me parece que tiene una respuesta muy amplia, que es mejorar la democracia en nuestro país, entendida esta como un sistema de gestión política, como un sistema de democratización justamente de las diferentes elecciones, así que me parece que ese tiene que ser el camino. Todo va a mejorar si mejora la calidad general de la democracia en el país.

Referencias: Una sección destinada a nuestra provincia

El capítulo dedicado a Tucumán está a cargo de Marcela Vignoli, investigadora del Conicet y docente de la UNT, quien se refiere las inquietudes y las investigaciones que sobre la historia tucumana se llevaron a cabo en el seno de la Sociedad Sarmiento, desde las primeras iniciativas en la década de 1890, centradas en la construcción de un imaginario cívico-nacional con una impronta regional explícita (que incluía la custodia de monumentos históricos), hasta una singular experiencia de la década de 1930, la creación del Instituto de Estudios Históricos de Tucumán, cuyo objetivo era delimitar el campo disciplinar de la historia, diferenciándolo de la ficción literaria y de las especulaciones filosóficas.

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