Sindicalistas y productores analizan las implicancias de los subsidios en las cosechas

“Cuesta conseguir gente para la cosecha; se acostumbraron al plan”.

“HAY MIEDO DE PERDER EL PLAN”. Dicen dirigentes de Uatre. “HAY MIEDO DE PERDER EL PLAN”. Dicen dirigentes de Uatre. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

“La gente tiene miedo de perder el plan social; no cree en los anuncios y en las medidas del Gobierno”, dijo Germán Ferrari, subdelegado provincial de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre).

Es que a los productores y contratistas de las principales actividades productivas de la provincia se les ha vuelto más complicado contratar personal para la cosecha u otra etapa del cultivo, debido a que los planes sociales entran en conflicto con el empleo registrado. Con el paso del tiempo y sin un sistema efectivo oficial, esta situación se ha sostenido y este año ha condicionado las campañas. “Se sintió mucho en esta temporada”, expresaron diferentes actores del arco productivo local.

“Cuesta conseguir personas para la cosecha. La gente se malacostumbró a los planes. Hoy, la mayor parte de la familia es beneficiara, cuando antes podía acceder el jefe o la jefa de familia. A la vez, cuando necesitan más dinero porque no llegan a fin de mes, buscan trabajar ‘en negro’ porque perderían sus beneficios si quedaran registrados”, señaló Ramiro Ponssa, contratista para empresas citrícolas, área que contiene a alrededor de 35.000 cosecheros por campaña.

El empresario remarcó que “no hay forma de evitar las cargas sociales o un empleo informal hoy”. “Se pagan las contribuciones a la Seguridad Social en función de las toneladas que se exportan. Es decir, podés tener todo el plantel de cosecheros ‘en negro’, pero se pesa, se pasa por Aduanas y se paga por las cargas sociales. No es un ventaja contratar de manera informal”, enfatizó el ingeniero.

En este clima, el Ministerio de Economía, a cargo de Sergio Massa, anunciaría el programa “Puente al Empleo”, con el que se pretende permitir que titulares de planes sociales se puedan integrar al mercado laboral registrado.

Entre los principales puntos, apunta a que un beneficiario pueda mantener la ayuda del Estado durante el primer año en un puesto laboral; mientras que la empresa tiene que completar la otra parte de los ingresos.

A estudiarlo

“Tenemos que estudiar este proyecto en profundidad. Para nuestro sector, lo importante es que la persona se quiera registrar y trabajar ‘en blanco’. Lo que pasa es que la gente no confía en ninguna media que pueda poner en riesgo la ayuda social. Esa falta de confianza hace que sea resistente a entrar en la formalidad. Siempre que se lanzó algún régimen, perdieron los beneficios”, aclaró Francisco Estrada, titular de la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán (Apratuc).

El productor se mostró escéptico respecto del impacto del nuevo plan de Massa. “Me gustaría ver la norma y cómo la toma la gente”, expresó el empresario, quien además remarcó la necesidad de que el régimen alcance a los contratistas.

Estrada hizo hincapié en que el sector, que emplea a unas 15.000 personas durante el pico de cosecha, se había inclinado por la “compatibilidad entre planes sociales y el trabajo formal”.

En comparación con el programa del Ministerio de Economía, Ferrari hizo alusión a una resolución anterior del Gobierno nacional. Esa medida establecía “la compatibilidad entre los planes y el puesto de trabajo”, aunque “no beneficiaría” a los trabajadores rurales. “Hizo compatible a muchos planes, pero no al intercosecha”, se quejó el dirigente.

Según explicó, cuando un trabajador finaliza la cosecha de limón, accede al interzafra y comienza a percibir ese beneficio en noviembre (corresponde a octubre). “Ello quiere decir que en octubre, el trabajador no tiene que tener ningún aporte para poder recibir ese monto. Pero en Tucumán, muchas personas van a cosechar frutilla y arándano luego. Ese sistema es un problema; el trabajador quiere recibir el plan y trabajar a la vez”, expresó.

Ferrari explicó que el cosechero tiene la opción de “trasladar el cobro” del interzafra hasta los primeros meses del año siguiente, pero aquí también se presentó otro problema. “Cobrará uno o dos meses de los cuatro porque comenzará la cosecha de limón nuevamente. Por eso, elige cobrar antes de forma completa”, aclaró.

El referente de Uatre planteó otra dificultad. Expuso que un trabajador rural cobrará uno, dos, tres o cuatro meses por el interzafra, según los meses de aportes en un año. Percibirá el beneficio durante cuatro meses si registra de tres a ocho meses de aportes; tres meses del intercosecha si tiene nueve meses de aporte; dos meses del interzafra por 10 meses. O sea, las políticas que te plantean son para generar trabajo ‘en negro’”, manifestó.

Mano de obra

En esa línea, Ferrari hizo hincapié en la falta de información gubernamental y en el “miedo de la gente a perder los beneficios del Estado”. “Queremos que sea compatible para los cultivos de limón, arándanos, frutilla y la papa”, exclamó.

La falta de mano de obra también perjudica los cañaverales, en especial, en esta etapa de plantación. En Cañeros Unidos del Este (CUE) expresaron “que no se trata de un tema de tarifas, ya que hubo una actualización de jornales, incluso, se llegó a ofrecer un pago mayor por surco. Aun así no se consiguió mano de obra”.

“Otra gran preocupación es que el productor no pueda ir renovando su cañaveral por la falta de mano de obra. Eso provocaría un atraso importante a la actividad”, señalaron en la entidad cañera.

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