Cartas de lectores I: Gemelli y la salud de los papas

Cartas de lectores I: Gemelli y la salud de los papas

26 Noviembre 2021

Seis kilómetros debió recorrer velozmente la ambulancia que transportó a Juan Pablo II, herido de gravedad, desde el Vaticano hasta el Hospital Agostino Gemelli. Era el 13 de mayo de 1981, y el Sumo Pontífice había recibido varios disparos en la plaza de San Pedro, delante de más de 20 mil fieles. El atacante Mehmet Alí Agka, un joven de origen turco de tan solo 23 años, había sido el autor del atentado terrorista. En medio del caótico tránsito de Roma le tomó eternos 8 minutos a la ambulancia para hacer ese recorrido rumbo al Gemelli. Ya en él, el Papa debió someterse a cirugía de urgencia, puesto que los disparos le habían ocasionado gran sangrado y perforación intestinal. Operado con éxito fue dado de alta 77 días después. Desde entonces el Agostino Gemelli sería el centro de salud de confianza de los Papas, y Juan Pablo II pasó por él en 9 oportunidades más. El Papa Francisco, en julio de este año fue internado allí entre el 4 y el 14 para una intervención quirúrgica. Al alta diría: “Como en una familia he tocado de cerca una acogida fraterna y un cuidado cordial que me han hecho sentir como en casa”. La décima planta del Hospital se encuentra destinada y reservada para el Papa: la misma que alojó a Juan Pablo II, lo hizo con el Papa Francisco. Muchas veces escuchamos esas palabras: “…El Agostino Gemelli…” para referirse al Hospital donde ingresaban para su atención, pues bien, ¿Quién fue Gemelli? ¿Por qué en su honor lleva su nombre?: historia interesante esta que merece ser conocida. Edoardo Gemelli nació en Milán el 18 de enero de 1878: ateo, de padre masón y libre pensador fue matriculado en el colegio militar, pero después estudió medicina en Pavia, llegando a trabajar en psicofisiología y neuroanatomía con Camilo Golgi (quien después fue Premio Nobel). Se convirtió Gemelli al catolicismo y se ordenó sacerdote franciscano adoptando el nombre Agostino, y a pesar de su religiosidad mantuvo el siempre una gran actividad intelectual en los campos de la psicología, histología y fisiología. Tanto es así que fue una de las figuras centrales de la psicología italiana de la primera mitad del siglo XX. En 1935, Pío XI lo designó presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias y después fundó la Universidad Católica del Sagrado Corazón del Milán. De sólida formación científica con estudios de medicina, psiquiatría y psicología, digamos que resultó él una figura modernizante dentro del espectro católico interesado en conciliar ciencia y fe, combinando los principios del catolicismo y las necesidades y adelantos del mundo moderno, entre ellos el impacto del entonces flamante psicoanálisis. A propósito, me sorprendió encontrar en el prólogo de las obras completas de Freud (viejo ejemplar de 1948) que el editor alude en su prólogo a las valiosas opiniones del padre sobre el psicoanálisis: “Opina Gemelli que el psicoanálisis debe ser estudiado con espíritu claro y ecuánime por el psicólogo para aplicarlo con equilibrada mesura al mejor conocimiento de la mente y para ayudar a la ciencia y al enfermo”. Gemelli falleció en 1959 y el Hospital que lleva su nombre fue inaugurado en 1964. Consta de 1575 camas y detenta un excelente prestigio ya que es uno de los 10 mejores de Europa. Todavía recuerdo, cual si fuera ayer, el orgullo y la emoción con la que me contaba un colega y gran amigo cuando partía a perfeccionarse en la especialidad al Agostino Gemelli, a mediados de los ’80. “Voy al Hospital donde se le salvó la vida al Papa” me decía el Dr. Vicente Arias Hernández, traumatólogo, que hoy ejerce en la vecina ciudad de Salta. A Juan Pablo II le gustaba llamarlo al Gemelli el Vaticano número 3, ya que para él el número 1 era la Plaza de San Pedro y el 2 la Residencia de Castel Gandolfo. Una estatua suya realizada en mármol de carrara se encuentra entronizada en la plaza frente a la entrada del Hospital a manera de emblema y recordatorio de este excelente lugar de atención médica, que recibe a pacientes a diario, y que también resulta ser el elegido para el cuidado de la salud de los Papas.

Juan L. Marcotullio


Ituzaingó 1.252


Yerba Buena


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