Tras la muerte de Maradona: "Dejemos de estar cegados por la idolatría”

Tras la muerte de Maradona: "Dejemos de estar cegados por la idolatría”

La dualidad maradoniana, objeto de crítica feminista.

El problema con los héroes es que brillan como el oro. Al menos, hasta que los vemos de cerca; sólo para descubrir puro óxido y grietas. En el lado A del casete Maradona se reproduce un gol de conversión religiosa y la voz afónica de quienes ven en el fútbol más que una simple alegría. Es un tatuaje permanente en el omóplato o en la pierna de un hincha. Del otro lado queda su complicada vida, llena de acusaciones que conectan al “10” con la violencia de género.

Tras su muerte, el testimonio más contundente fue el de Mavys Álvarez: una mujer que a los 16 años mantuvo un noviazgo con el astro mientras este vivía en Cuba (foto). En varias entrevistas habló sobre sus inicios en el consumo de cocaína y alcohol, producto del vínculo. Sumado a un viaje a Argentina sin la documentación pertinente y una forzada mamoplastia; ambos siendo menor de edad.

“Con los datos que salieron a la luz cuesta entender por qué la población y los medios se empeñan tanto en enaltecer con homenajes, pintadas o monumentos a una figura cargada de disvalores y mensajes negativos”, comenta la socióloga feminista Susana Cordero.

A un año de su muerte esta polémica perdura. “Estamos en una época de revisionismo donde hasta las películas viejas, próceres e historia nacional se analizan con nuevos ojos. Por eso, resulta indispensable que dejemos de estar cegados por la idolatría y seamos críticos”, agrega.

En septiembre, los dichos de Mavys llevaron a que se presentara una denuncia en la Justicia para investigar a los allegados del futbolista por presunta trata de personas. Un mes después, ella declaró como testigo y compartió sus recuerdos en una charla que brindó la Fundación María de los Ángeles en Tucumán. Casi al mismo tiempo, la institución se sumó a la causa bajo la figura de amicus curiae.

Por el foco mediático también pasaron conflictos con otras parejas. Entre ellos aparece un video en el cual se ve cómo manotea un celular y le grita a Rocío Oliva (2014) y un altercado en un hotel madrileño donde se llamó a la policía (2017). Durante 2019 siguió una denuncia de Claudia Villafañe en la Oficina de Violencia Doméstica por violencia psicológica.

De dioses y hombres

¿Hay límites para la pasión deportiva? “En el fanatismo imperan más las emociones y experiencias personales que la razón o hechos duros, hay una movilización interna que puede llevar a grandes cosas. Sin embargo, el punto de quiebre aparece cuando por defender nuestra convicción censuramos al otro”, explica la psicóloga Ana Pía Escalada.

Como un dios bastardo, fuera de la cancha “Pelusa” es material de estudio en este asunto. “De cierta forma Maradona aglutina a la sociedad bajo el paraguas de lo ‘argento’ y un ‘orgulloso legado’. Ir contra esta idea al charlar con amigos o familiares puede provocar malas reacciones o que lo pensemos dos veces antes de abrir la boca”, indica.

Por el resto, Escalada sostiene que es viable separar el factor profesional de lo humano. “Para muchos son sus errores y adversidades los que lo convierten en alguien admirable, porque demuestran la imperfección y el éxito en simultáneo. Nadie está libre de errores y estas dicotomías ocurren por igual en la historia de la medicina, ciencias y política”, aclara.

Lo reprochable es dejar pasar por la gloria de un Mundial o capacidades deportivas el panorama completo. “Al minimizar, menospreciar o poner peros terminamos por invisibilizar lo malo que muestra su reflejo y llevamos a Maradona (y a muchos otros) al campo de lo intocable. Leí demasiados comentarios sobre que el feminismo mete sus narices en cualquier parte o tildan nuestras reflexiones de hipersensibilidad. Al contrario, la insistencia pasa por mirar con los lentes de género aquello que se admira, contemplar en la balanza el resto de aspectos y repudiar con el mismo vigor público lo repudiable”, enfatiza Cordero.

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