Tengo las dos dosis de la vacuna: ¿ya puedo dar besos y abrazos?

Tengo las dos dosis de la vacuna: ¿ya puedo dar besos y abrazos?

Los abrazos y los besos están volviendo a nuestras vidas. Pero entre los médicos hay preocupación. Cuatro expertos tucumanos dan su opinión.

30 Septiembre 2021

En la calle se ven personas que se encuentran. A veces dudan (¿podemos?). Otras, ni se lo preguntan: simplemente se abrazan o se dan un beso, con el barbijo puesto. Los vacunados con dos dosis se sienten relativamente protegidos y se animan, en algunos aspectos, a vivir la vida como la conocíamos antes de la pandemia. No obstante, los médicos advierten que no es una buena idea relajar totalmente las pautas de protección, incluso entre quienes han sido inmunizados. "La cobertura de las vacunas varía según cuál sea la marca. Además, ninguna alcanza al 100 %", dice la infectóloga Aída Torres.

Según su lectura, la evidencia científica alcanza para saber que quienes están inoculados no atraviesan cuadros graves de la enfermedad y que entre ellos baja notoriamente el índice de mortalidad covid-19. Sin embargo, se sabe también que no se hallan exceptuados de contagiarse. De hecho, la carga viral entre la gente inmunizada es algo inferior que la de quienes no lo están, pero igual basta para infectar a un inmuno deprimido o comprometido con otras enfermedades, explica.

Además, se ha comprobado que los vacunados pueden contener enormes cantidades del virus en la nariz y en la boca, especialmente en el caso de la cepa delta. "Quizás no se enferman, pero sí propagan", apunta. Por eso, la especialista insiste en la permanencia de la distancia social, del uso del barbijo y del lavado frecuente de manos. ¿Con barbijo puesto se puede dar un beso en la mejilla?, se le pregunta. "Los barbijos en su mayoría dejan pasar los virus. La flexibilización es un riesgo", declara.

INTERESADOS. Unos dos meses atrás, una larga fila de jóvenes para vacunarse en un nodo transitorio ubicado en plena peatonal Muñecas, en el centro de San Miguel. LA GACETA INTERESADOS. Unos dos meses atrás, una larga fila de jóvenes para vacunarse en un nodo transitorio ubicado en plena peatonal Muñecas, en el centro de San Miguel. LA GACETA

Hace siete días, el ahora gobernador con licencia de Tucumán, Juan Manzur, a horas de haber asumido como jefe de Gabinete de la nación, anunció una serie de medidas sanitarias que incluyen la no obligatoriedad del uso de tapabocas al aire libre, la vuelta de los boliches para vacunados y la autorización del ingreso a extranjeros. "Si los números continúan así, estaremos transitando el fin de la pandemia", había declarado en esa ocasión el también médico sanitarista.

Consultado al respecto, Pablo Yedlin -pediatra, actual diputado nacional y precandidato a senador por el espacio manzurista-, aclara que las vacunas han demostrado que reducen el riesgo de enfermedad, de agravamiento y de muerte, en consonancia con lo planteado por Torres. Pero igual como ha destacado la infectóloga, resalta que no es está comprobado que disminuyan la transmisión o portación del virus. "Es una pregunta de muy difícil respuesta. Cualquier persona que tenga algún síntoma compatible con covid, puede estar transitando la enfermedad y transmitiéndola. Por ello, los sintomáticos deben cuidarse de no besar y de no acercarse a otros", contesta cuando se lo interroga por el regreso de los besos y abrazos. "Igualmente, es cierto que hoy en la Argentina la circulación del virus es muy baja", añade enseguida.

Otro dato alentador es que hasta ahora no ha habido contagios masivos de la variante delta. Empero, ese panorama podría oscurecerse en cualquier momento. El doctor Héctor Sale, presidente del Colegio Médico de Tucumán, refuerza la idea de que muchas cosas que han sucedido en otras partes del mundo se han ido repitiendo en forma tardía en nuestro país. La posibilidad de otra oleada de la mano de una nueva cepa no se oye descabellada. "Hay que grabarse a fuego que la pandemia no ha terminado", asegura él.

EN EL NODO. Una fila de jóvenes ya fueron inoculados y sostienen el algodón en su hombro, mientras en la otra fila esperan su turno. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA EN EL NODO. Una fila de jóvenes ya fueron inoculados y sostienen el algodón en su hombro, mientras en la otra fila esperan su turno. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA

Independientemente de que el escenario epidemiológico es actualmente prometedor -prosigue el médico-, debemos mantener una conducta prudente. "La desescalada de restricciones también debería ser gradual -apunta, en referencia a las últimas disposiciones del Gobierno nacional-. Aún corremos riesgo de que ingresen variantes". Luego formula un llamado a la población: "uno sale a la calle y ve los bares repletos, y siente preocupación. A los médicos nos preocupa la falta de responsabilidad social. Se están abandonando las conductas mínimas de resguardo sanitario".

Finalmente, para cerrar el círculo de opiniones, se le pregunta a la psicóloga Graciela Chamut cuál es su mirada desde el punto de vista de las emociones. Y ella responde que los besos y abrazos son contenedores y reparadores, pero con las personas más cercanas. "No es lo mismo saludar con abrazos a los familiares cercanos que a los vecinos y amigos. Seamos precavidos; seamos cuidados. Se trata de proteger al otro", concluye.

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