Jaldo: “no creo que alguien quiera sacar los pies del plato”

Jaldo quiere dar una vuelta de página y dice que intentará consolidar la gestión. “Hoy los dos sectores (del PJ) somos uno”, resaltó.

EN EL DESPACHO GUBERNAMENTAL. Jaldo resaltó el rol que el Presidente le dio a Juan Manzur, al estar en la mesa chica de las decisiones nacionales. EN EL DESPACHO GUBERNAMENTAL. Jaldo resaltó el rol que el Presidente le dio a Juan Manzur, al estar en la mesa chica de las decisiones nacionales. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO

Un aire diferente se respiró ayer en la Casa de Gobierno. Lo percibió el personal de seguridad cuando alguien se acercaba a anunciar que iba a ver al vicegobernador. También el personal permanente de la sede del Poder Ejecutivo que lo llamaba gobernador casi con inseguridad porque no era el de todos los días, sino uno nuevo, transitorio, un reemplazante natural en ausencia del conductor de ese poder. Osvaldo Jaldo ingresó al edificio que habitualmente ocupaba Juan Manzur, en su primer día como vicegobernador en ejercicio del PE. No cambió la escenografía; sí los actores. Peronismo Verdadero copó la principal oficina del primer piso. Jaldo, no obstante, pidió calma, afirmando una y otra vez que sólo cumplía una pauta constitucional, pero que debía sostener una gestión de la que él forma parte. En la entrevista que concedió a LA GACETA, el titular de la Cámara resaltó que limó asperezas con su compañero de fórmula, el jefe de Gabinete de la Nación. Reconoció que ambos deben tratar de llevar tranquilidad a la dirigencia y afirmó que, en la contienda electoral del 14 de noviembre, “nadie puede sacar los pies del plato” para que el Frente de Todos obtenga la mayor cantidad de bancas posibles.

-¿Se siente cómodo en la Casa de Gobierno en estas circunstancias política e institucional?

-Lo primero que debo decir es que esto nos sorprendió a todos. Creo que el mismo gobernador hoy jefe de Gabinete tampoco se lo esperaba. No hay dudas de que eso nos sorprendió en lo personal y nos llevó a tomar decisiones institucionales, muy fuertes. Veníamos de una situación política de distanciamiento. Seis meses que no nos hablábamos. El gobernador debía irse y el vice tenía que quedar a cargo. Estuvimos a la altura de las circunstancias y priorizamos los intereses de la gobernabilidad de la Nación y de la provincia. Si no hubiésemos obrado como lo hicimos en las últimas 48 horas, con seis meses de distanciamiento, y si Juan Manzur no asumía, Tucumán no iba a quedar bien parado ante la Nación. Íbamos a perder terreno de acercamiento y de muy buena relación.

-¿Hay culpas compartidas en esta situación que pasó (en la relación)?

-No voy a decir que lo que pasamos con Juan era una situación normal. De hecho está pasando en muchos lugares. El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hoy tienen sus diferencias y muchos gobernadores y vicegobernadores también. Miremos el caso del santafesino Omar Perotti, en un distrito donde su vice salió como candidata en la lista contraria. Es un fenómeno que no sé si es por lucha de poder, por aspiraciones legítimas o no, pero estos roces (no enfrentamientos) se están dando en orden nacional y se replican en muchas provincias. Las diferencias entre el número 1 y el número 2 son profundas más en uno que en otros lugares. Pero aquí, pese a esas diferencias, cuando se tuvo la posibilidad de que el gobernador ocupe el máximo cargo en el gabinete nacional, hemos trabajado todo para reacomodar y limar las asperezas. Todos aportamos un granito de arena y cedimos un poquito de tal modo que Tucumán no pierda ese espacio tan importante en el Gobierno nacional.

-¿Cree que todo esto será borrón y cuenta nueva? ¿Lo que pasó entre ustedes en los últimos seis meses quedará en el olvido?

-No. No. Yo creo que hay que trabajarlo, porque quizás aquí dos o tres personas nos pusimos de acuerdo, que puede ser el gobernador, el vice y las autoridades de la Cámara. Pero a esto hay que bajarlo hacia la sociedad tucumana y, también en lo político, hacia la militancia. No hay dudas que el enfrentamiento nos golpeó a los dos sectores, donde muchos entienden lo que está pasando y muchos otros no comprenden lo que pasó. Tenemos la responsabilidad que eso que logramos a nivel de cúpulas, si así lo quieren llamar, transmitir a la dirigencia. Todo esto hoy es un alivio porque no era normal que un gobernador y su vice no se hablen.

-Pero tuvieron seis años de luna de miel institucional y seis meses de infierno político, en los que se dijeron de todo a partir de las diferencias por la elección del ombudsman...

-Somos dos personas de carácter fuerte, me parece. Eso es lo que por allí llevó a profundizar las diferencias. Algunas pueden ser por posiciones políticas, pero no personales. También institucionales, Ejecutivo versus Legislativo. Lo del ombusdman, lo de los ministros cuestionados, por ejemplo. Tenemos un camino que recorrer y eso se lo irá viendo en la gestión.

-Hoy tienen roles diferentes, pero un mismo objetivo: llegar al 14 de noviembre consolidando al Frente de Todos, una coalición a la que la sociedad argentina le ha puesto puntos suspensivos a sus aspiraciones...

-Aquí tenemos que marcar diferencias. En lo institucional, hoy Tucumán está viviendo un buen momento en un contexto difícil en el país. Tenemos un vicegobernador a cargo del PE por el cumplimiento de las pautas constitucionales, esto no es menor. En Buenos Aires, el gobernador ocupa la Jefatura de Gabinete; Juan Manzur está en el corazón del poder, en la mesa chica de las decisiones federales. Y tenemos un Presidente que tiene un afecto en general con Tucumán y una amistad con el gobernador. De mi parte he tenido un acercamiento producto de la situación que hemos pasado. Todo esto lleva a pensar de que la provincia está en un lugar inmejorable para solucionar muchos de los problemas de arrastre que tenemos, de las asimetrías del transporte respecto de otras zonas, de la redistribución de recursos en los que la Capital Federal se queda con la mayor parte y las migajas se reparten entre el resto de las provincias. Estos movimientos son y han sido para el bien de la provincia. Estamos en una situación histórica en el que Juan Manzur está justo debajo del Presidente, mientras Tucumán funciona normalmente. Diferente hubiera sido que entre otro por la ventana y allí sí hubiéramos estado en la instancia judicial. Pero lo hicimos todo de manera correcta. Dirás que costó, que hubo llamadas y propuestas. Seguramente.

-Cuando ingresé a la Casa de Gobierno, un dirigente histórico del PJ me dijo que el enfrentamiento entre ustedes será como haber pateado un hormiguero y que todas las hormigas ahora trabajarán para la reconstrucción. ¿Cree que Peronismo Verdadero, su espacio, y Lealtad Peronista, que conduce Manzur, jugarán en conjunto para garantizar al menos el 49% de los votos obtenidos en las PASO?

-No tengo dudas de que esto que pasó no sólo contribuirá a mejorar lo institucional, sino también a nuestro espacio político. De hecho, ya hay un camino hacia esa unidad, como el caso de la unificación del bloque legislativo. Capaz que el 100% no está contento con eso, pero el 95% sí. Lo mismo sucede a nivel partidario. No hay dudas de que llegamos a las internas transitando caminos diferentes con los 29 puntos que sacó el espacio del gobernador y los 19% que obtuvo nuestro espacio. Hoy estamos todos juntos y nadie puede sacar los pies del plato. Debemos cuidar aquel resultado. Hoy los dos sectores somos uno solo. El distrito necesita llevar dos senadores y, como mínimo dos diputados al Congreso, y si es posible un tercero. El Presidente y la Vicepresidenta los necesitan. No creo que alguien quiera sacar los pies del plato, que alguien se anime a tamaña decisión.

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