El dólar "blue" pega otro salto y le agrega incertidumbre al mercado cambiario

El dólar "blue" pega otro salto y le agrega incertidumbre al mercado cambiario

Dólar. Dólar. FOTO/REUTERS

La fiebre por el dólar se instaló nuevamente en la Argentina. Un poco por el ruido que causa, en el mercado cambiario, el año electoral; otro poco por el cepo dispuesto por el Gobierno nacional que, a través de la Comisión Nacional de Valores (CNV), fijó un tope de  U$S 50.000 semanales para la operatoria de títulos públicos de legislación nacional y un monto similar para los emitidos con ley extranjera. También decidió aplicar una reducción del plazo de espera o "parking" de tres a dos días para el CCL y mantuvo en un día el del dólar Bolsa o MEP. Esto ha causado una apreciación del dólar "blue" que hoy terminó en un récord de $ 182 por unidad, ampliando la brecha con el mayorista al 90%.

La divisa que se comercializa en la informalidad, un mercado chico pero decisivo a la hora de ponerle precio, acumula una suba del 9% en lo que va del mes, una tendencia que se profundizó con las restricciones oficiales a las operaciones con el dólar Contado con Liquidación que cerró en $ 169. A su vez, el  dólar MEP, que se adquiere a través de la bolsa porteña mediante la compra y venta de bonos, cotizó cerca de los $168 y se posiciona como el más barato dentro del mercado.

En tanto, el dólar mayorista subió tres centavos, hasta $ 96,34, con lo que mantuvo el ritmo de devaluación diaria que el Banco Central (BCRA) realiza en el último período.


El BCRA extiende las compras de divisas en la plaza -lo cual es atentamente monitoreado a diario-, mientras continúa regulando el gradual deslizamiento del dólar mayorista, explica el economista Gustavo Ber. En medio de los habituales vaivenes intradiarios, los dólares financieros siguen pulseando al ritmo de crecientes intervenciones que buscan defender la barrera de los $ 170, aún cuando los operadores dirigen cada vez más sus miradas hacia otras referencias - como "termómetros"- para evaluar el tipo de cambio implícito, completa el analista bursátil.

En lo que va del mes, la entidad que preside Miguel Pesce compró poco más de U$S 1.000 millones, una cifra superior a las adquisiciones realizadas durante todo junio, agrega el analista Gustavo Quintana. El poder de fuego del Central es una de las patas que le queda al Gobierno para intentar controlar el precio de la moneda estadounidense. Las reservas internacionales que rozan los U$S 43.000 millones (monto bruto).

“Intentar controlar precios y cantidades al mismo tiempo va en contra de las leyes del mercado”, dice un reporte de la consultora Quantum respecto de la vigencia de las nuevas restricciones para la comercialización de divisas. “Con restricciones, intervenciones y controles se puede lograr algún éxito temporal y parcial, pero, por lo general, con el tiempo la demanda excedente encontrará mecanismos y canales alternativos para ser satisfecha, obviamente a precios más altos”, advierte la firma dirigida por el ex secretario de Finanzas Daniel Marx. Las decisiones de la CNV y del BCRA impulsaron las operaciones del Segmento de Negociación Bilateral (Senebi) que no está alcanzado por las nuevas restricciones, pero que no cuentan con un precio de referencia por tratarse de acuerdos particulares “punto a punto”.

Según Quantum, este nuevo esquema causaría un “escenario de incertidumbre” en el que “a pesar de las limitaciones que podrían tener luego para acceder al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC)” llevaría a algunas empresas a “decidir ir al Contado con Liquidación a los precios actuales”.

Esa incertidumbre seguirá marcando el ritmo del año electoral. Más allá de la cantidad de dólares disponibles para operar en la Argentina, los ahorristas no tiene en claro cuáles son las mejores herramientas para conservar el valor de sus capitales y, por esa razón, tratan de refugiarse en el dólar, un mecanismo de cobertura tradicional en nuestro país. Los períodos electorales suelen venir acompañados de políticas fiscales expansivas y presiones cambiarias. El atraso del dólar antes de los votos es una característica de la economía argentina, casi tan repetida como las correcciones posteriores. En este marco, señala Ecolatina, se redobla la intensidad de la pregunta por la dinámica de la tasa de interés: ¿se animará el Banco Central a mejorar el rendimiento de los plazos fijos, en un contexto de inflación transitoriamente a la baja, pero mayores tensiones cambiarias? El reciente endurecimiento del cepo invita a pensar que no, que los principales ajustes seguirán vinculados a los garrotes -complicar los caminos para ahorrar en dólares-, en lugar de a los incentivos -premiar a quien lo hace en pesos-. Sin embargo, el malestar que generan estas restricciones, en un contexto de prudencia fiscal -al menos, durante la primera mitad del año- y de rebote del nivel de actividad podrían descongelar al 38% (de  tasa de interés de política monetaria). No hay tasa que dure 100 años, finaliza la consultora.

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