Video: cuando el trabajo sexual es la única salida

El fallo que mandó a crear una “zona segura” reabre el debate sobre la realidad laboral trans

24 Junio 2021

Agustina Garrocho

LA GACETA

El fallo por el transfemicidio de Alejandra Benítez desató todo tipo de cuestionamientos. No sólo relacionados con la absolución del único imputado del caso, Ricardo Horacio Puenzo, sino que además revivió el debate sobre la violencia estructural que sufre el colectivo travesti-trans. El tribunal sugirió en los fundamentos la instalación de un banco rojo en memoria de Alejandra, mencionó la necesidad de acelerar la implementación de un cupo laboral trans en reparticiones públicas e instó a la creación de una “zona segura”, con mayor presencia policial, para el ejercicio de la prostitución en un sector del sur de la ciudad. “Con todo eso el tribunal intentó minimizar el impacto negativo de la absolución y a su vez muestra que no sabe cuál es la verdadera problemática del colectivo trans”, dijo Carlos Garmendia, abogado querellante representante de la familia de la víctima.

En ese sentido se expresó también María Carmen Carrillo, asesora en género encargada de la Secretaría de las Mujeres, Géneros y Diversidad: “no consideramos que una mayor presencia policial implique más seguridad, teniendo en cuenta la relación histórica que existe entre la Policía y las mujeres trans que ejercen la prostitución; me refiero a la violencia institucional. Nosotros creemos que hay que darles más oportunidades para que el trabajo sexual no sea su única forma de sobrevivir”.

Según un informe de 2014 realizado por la Asociación de Travestis Transexuales y Transgénero Argentina (ATTA) en conjunto con la fundación Huésped, sólo el 34% de las mujeres trans termina el secundario mientras que el 80% no accede al empleo formal. “Desde muy jóvenes somos expulsadas de nuestras casas por la familia o abandonamos la escuela por las agresiones y estigmatizaciones”, afirma la docente y activista travesti Claudinna Rukone. “No existe la escolarización para la gran mayoría y terminamos en la calle sin tener otro tipo de herramienta que nuestro cuerpo para subsistir”, explica.

Marcia Albornoz es licenciada en trabajo social, empleada de la municipalidad de Tafí Viejo y referente del colectivo trans en esa ciudad. “Las mujeres trans tenemos una expectativa de vida de entre 35 y 40 años, las que pasan de esa edad se llaman a sí mismas sobrevivientes. Las mujeres trans estamos expuestas a formas sistemáticas de exclusión y violencia que derivan muchas veces en crímenes de odio o transfemicidios”. Marcia asegura que ella y su hermana Victoria, ambas mujeres trans, pudieron desarrollarse laboral y profesionalmente gracias a que desde un primer momento contaron con el apoyo de sus padres y su familia en general.

En primera persona

L. es una mujer trans de 34 años que se dedica hace más de dos años al trabajo sexual. En su adolescencia abandonó el secundario porque las burlas y la discriminación se volvieron imposibles de sostener una vez que expresó su identidad de género. A pesar de haberse capacitado como cocinera profesional, jamás pudo acceder a un empleo formal ni en este rubro ni en ningún otro.

“En la calle sufrimos violencia constante, desde burlas hasta asaltos diarios con todo tipo de armas, además de los abusos policiales que nos persiguen para extorsionar a los clientes, por eso no coincido con lo que dijeron los jueces (del caso Benítez) porque para nosotras la mayor presencia policial no significa mayor seguridad. No me parece indigno, pero no me gusta este trabajo, lo hago por necesidad, porque tengo que comer y que pagar cuentas y no consigo otro trabajo por mi condición de mujer trans”, concluye.

Cupo Laboral Trans

Hoy se debate en el Senado el proyecto de Ley de Promoción al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgénero. El pasado 10 de junio obtuvo la media sanción en Diputados con 207 votos afirmativos, 11 negativos y 7 abstenciones.

Este proyecto prevé que el Estado deberá contratar al menos el 1% de la dotación de la administración pública, en todas las modalidades de contratación regular vigentes. Además brinda beneficios impositivos a empresas privadas que incluyan a personas trans entre sus empleados.

“Cuando hay necesidad de un cupo laboral es porque antes hay una vulneración de derechos, son medidas que tienden a zanjar esas desigualdades que son las generadoras de violencia”, dijo Carrillo. “Tenemos que apuntalar a la autonomía económica de este grupo, es la única manera de empoderarlas para que el trabajo sexual no sea su única opción”.

En la provincia el cupo laboral trans se aplica en el Poder Judicial y la Municipalidad de Tafí Viejo y experiencias similares están en proceso en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Mientras tanto Carrillo, quien tiene a su cargo la secretaría que debe aplicar la ley provincial, aseguró que la norma estaría lista en dos semanas aproximadamente.

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