El eterno juego de la frazada corta

El eterno juego de la frazada corta

¿Cuánto destina una familia tipo que reside en Tucumán para el gasto en transporte? La última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (Engho), realizada en 2012/2013, situaba a ese rubro junto con comunicación en el 18% del total de ingresos familiares. El de mayor peso en la canasta es Alimentos y Bebidas, ya que cuatro de cada $ 10 pesos que dispone ese grupo familiar va a la compra de mercaderías. Pero las estadísticas oficiales han sido superada por la realidad cotidiana.

Una inflación que crece a un ritmo del 50% anual siempre come el poder adquisitivo de la sociedad que, en el caso de los trabajadores formales, tal vez puedan obtener reajustes anuales cercanos al 30%, 20 puntos porcentuales por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Independientemente de que el precio del boleto no haya mostrado reajustes desde fines de 2019, un incremento acumulado del 50% constituye un duro golpe al bolsillo de los tucumanos. Pudo haber sido gradual. No cabe dudas de que el incremento de los precios ha golpeado la ecuación de costos fijos para las empresas del transporte urbano de pasajeros. Pero ese reajuste tuvo efectos generalizados.

Tomemos por ejemplo el caso de un trabajador de la actividad privada. En un mes, puede llegar a necesitar 44 pasajes si es que realiza cuatro viajes diarios con el horario cortado. Si son dos en la familia lo que deben salir a ganarse el pan y si se suma los viajes de mediodía de los sábados, ese matrimonio puede llegar a requerir $ 4.680 al mes, si es que no surgen contratiempos, como por ejemplo los paros de colectivos por la falta de pago a los choferes y que, indudablemente, disparan aquel gasto en transporte porque el taxi puede llegar a triplicar lo que se requiere diariamente para salir a trabajar. Ahora bien, ¿ese monto es poco, mucho o nada?

Los hogares con ingreso tienen en promedio un total familiar de $ 55.000 mensuales, de acuerdo con un reporte oficial al cierre de 2020. En consecuencia, el gasto en transporte representa cerca del 9% del total de ingresos pero de aquellas familias que sí tienen un sueldo garantizado a fines de mes. Hay que tomar en cuenta que, por efecto de la pandemia de la Covid-19, la virtualidad ha suplido a la presencialidad con la consecuente reducción de gastos en ese rubro. Pero ese porcentaje puede llegar a duplicarse si se trata de un empleado que, por necesidad, debe desempeñarse en la informalidad. El Concejo Deliberante de la Capital avanzó con una decisión impopular. Pero ni el Gobierno, ni las empresas ni el gremio se han sentado, de una buena vez, para tratar de solucionar un problema estructural. Esto se visualiza más en Tucumán que en otros distritos del país: las deficiencias consuetudinarias de un servicio público que necesita imperiosamente de los subsidios estatales para sobrevivir. Todos los meses hay que rezar un rosario para que no haya inconvenientes en el transporte y, de esa manera, el presupuesto familiar no se dispare. De otro modo, seguiremos padeciendo el juego de la frazada corta.

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