Tiene 20 años y estuvo internada por covid-19: "no me podía dormir de la tensión"

Una joven DJ cuenta cómo padeció la enfermedad junto a su familia tras contagiarse en el cumpleaños de su abuela, que falleció.

Lourdes Alaniz intentaba respirar con fuerza pero sentía que no le entraba aire. Luego de 10 días de tratamiento contra la Covid-19 en su casa, volvía a sentirse mal: transpiraba y tenía fiebre, dolores en la cabeza, en el pecho y en la espalda. El gusto y el olfato seguían “desactivados” y le costaba encontrar posición en su cama para dormir. Desconcertada y asustada por la repentina reaparición de los síntomas que se habían estado diluyendo, la joven de 20 años le dijo a su mamá: “no puedo más”.

Juntas decidieron ir por una tomografía. Cuando el tomógrafo salió del consultorio con los resultados, se acercó a Lourdes y le dijo: “No puedo creer que seas tan joven y tengas los pulmones tan tomados. Tenés neumonía bilateral y hay que empezar un tratamiento urgente. Si no, esto va a seguir avanzando y no sé cómo puede terminar”. Salieron del centro de diagnóstico por imágenes, consultaron por teléfono con un médico amigo y la respuesta fue contundente: “es para internación urgente”.

La “pesadilla” para Lourdes no comenzó en ese momento, sino 19 días atrás, tras el cumpleaños número 68 de su abuela, en el que casi toda la docena de invitados a la reunión contrajeron Covid-19 (ver foto). “No sabemos bien cómo nos contagiamos todavía, pero dos días después del cumpleaños mi madrina empezó con síntomas”, le cuenta a LA GACETA la joven DJ de música electrónica.

Después del festejo no sólo ella debió ser internada; también su papá, de 51 años, su abuela, su abuelo, de 70 años, y su novio de 21 años, que se contagió por segunda vez y hasta llegó a necesitar oxígeno en el Centro de Salud.

La internación

Lourdes permaneció cuatro días internada por control en el Sanatorio Sarmiento. En la cama de al lado estuvo su abuelo, con asistencia de oxígeno por máscara y luego con cánula.

Lo que más le impactó de su paso por el sanatorio fue sentir constantemente el llanto de familiares de fallecidos, que se congregaban afuera del sanatorio. “Una enfermera me contó que estaban totalmente desbordados. Fue muy impactante”, recuerda.

LA ÚLTIMA FOTO. La familia durante el cumpleaños, hace 35 días. gentileza LA ÚLTIMA FOTO. La familia durante el cumpleaños, hace 35 días. gentileza

Lourdes dice que si bien llegó a pensar que su vida estaba en riesgo, lo que más la preocupaba era la evolución del resto de sus seres queridos, que también estaban internados. “No me podía dormir de la tensión que tenía”, explica.

Una madrugada de insomnio empezó a hacerse preguntas. “¿Y si esto les pasa a mis amigos?”, reflexionó y decidió publicar un texto en Instagram para alertarlos. “Con 20 años y sin tener factores de riesgo estoy internada con neumonía bilateral y mis pulmones están bastante jodidos. No porque seamos pendejos y estemos bien de salud quiere decir que no podemos pasar por esta situación”, escribió. El mensaje se volvió viral.

“La angustia por la que se pasa en esos momentos es muy grande. No sabés lo que te puede llegar a pasar. Te internan y tu vida queda en manos de los médicos”, dice.

El después

Todos sus familiares pudieron salir de la internación, salvo su abuela, que falleció hace dos semanas, a días de la fecha en la que iba a recibir la primera dosis de la vacuna.

“Todavía no puedo llorar porque no caigo. Me va a costar un montón entender lo que pasó. Casi todos la vimos a ella por última vez en su cumpleaños y estaba bien... Ni siquiera nos pudimos despedir, no tuvimos un velorio, sólo el entierro al que pudieron pasar diez personas”, lamenta.

La joven, que hoy se agita fácilmente por caminar sólo una cuadra, mira hacia atrás y dice que le hubiera gustado pasar más tiempo con su familia.

“La verdad es que no entendía la gravedad de esto -reconoce-. No era que salía todos los días, pero sí iba a juntadas con mis amigos y fui a un par de fiestas. Cuando salía no podía ver a mis abuelos por miedo a contagiarlos. Me arrepiento un poco, me hubiera gustado no salir tanto y disfrutarlos más a ellos”, confiesa con la voz quebrada.

Por último, ruega a los jóvenes de su edad que “abran los ojos”, que se puede estar sin “salir a una fiesta clandestina”.

“Mientras estaba internada, leí comentarios en una publicación de LA GACETA en Instagram que informaba que había cada vez más jóvenes contagiados. La gente decía que se estaba montando una campaña de miedo. Yo les contestaba: ‘Che, tengo 20 años y estoy internada por coronavirus. ¿No te basta para ver que eso no es así?’ Me enoja que todavía haya gente a la que no le importa nada. Me pregunto: ¿En serio no se van a dar cuenta de lo que está pasando?”.

Jóvenes, adultos y covid: las autoridades vienen alertando sobre la baja de edad de los que son asistidos

“Venimos observando hospitalizaciones en edades que antes no se veían. Al principio de la segunda ola, el 80% de las personas internadas en camas críticas (terapia intermedia e intensiva) tenían más de 60 años. Ahora casi el 60% tiene menos de 60”, dijo a LA GACETA el director de Gestión Sanitaria del Siprosa, Miguel Ferre Contreras. Detalló que el lunes, por ejemplo, la franja que va de los 20 a los 29 representaba el 3% de los internados; la de 30 a 39, el 8%; la de 40 a 49, el 17%; la de 50 a 59, el 29%; la de 60 a 69, el 29%; la de 70 a 79, el 9%; la de 80 a 89 el 2% y la de 90 a 99 un 0,46%.

Un pedido de conciencia: el mensaje que Lourdes publicó para alertar a los jóvenes

“Hola, paso a decirles que por favor se cuiden a ustedes y a la gente que aman. Con 20 años y sin tener factores de riesgo estoy internada con neumonía bilateral y mis pulmones están bastante jodidos. Si esto me está haciendo a mí, pónganse a pensar cómo les va a afectar a sus viejos, sus abuelos, etcétera”, comenzaba el texto publicado por Lourdes Alaniz el 20 de abril en sus historias de Instagram. Recibió decenas de respuestas con agradecimientos.

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