Pensó haber huido de los abusos, pero la violencia la alcanzó en Tucumán

Pensó haber huido de los abusos, pero la violencia la alcanzó en Tucumán

Escapó de los abusos de sus hermanos en Santiago del Estero con su pareja, llegó a la provincia y aquí volvió a sufrir violencia.

ALLANAMIENTO. Un grupo de seis policías custodian la casa donde estaba el acusado de golpear a L. ALLANAMIENTO. Un grupo de seis policías custodian la casa donde estaba el acusado de golpear a L.

René Burgos, pareja -ahora ex- de L. (la joven que escapó de los abusos de sus hermanos en Santiago del Estero), fue acusado de violencia de género, razón por la que lo detuvieron el domingo y ayer le dictaron la prisión preventiva por dos meses.

L. recibe todas las semanas la visita de diferentes personas que siguen su desarrollo. La semana pasada fue el turno de un grupo de enfermeras que fueron a entregar cajas de leche al hijo de la joven. Pero, al llegar, las mujeres notaron marcas en su cara que evidenciaban los golpes que recibió en esos días. “Tenía lesiones notoriamente visibles en el rostro y también, cuando las enfermeras empezaron a preguntar, se enteraron que tenía golpes en distintas partes del cuerpo. Lo más grave es que el niño también presentaba heridas, incluso quemaduras con cigarrillos, que generan lesiones muy específicas”, dijo Eduardo Ruffino, director del cuerpo de abogados para Víctimas de Violencia de Género Contra la Mujer.

La joven huyó de la casa en la que vivía en Pellegrini, Santiago del Estero, luego de denunciar que sufría abusos de parte de sus cuatro hermanos y de un quinto hombre, que aún no definieron si se trata de su padre biológico o de un padrastro. Para huir, debió caminar alrededor de siete horas, acompañada de Burgos, un hombre de 31 años que la conoció a través de Facebook y se comprometió a ayudarla en el escape. Al abandonar la vecina provincia, la joven debió dejar a su hijo de cinco años, que sería fruto de una violación por parte de uno de sus hermanos, en Santiago del Estero. Con el correr de los días, y gracias al esfuerzo de los abogados, L. pudo reencontrarse con su hijo en los días previos a Navidad.

Luego de recuperar a su hijo, se tomaron decisiones dispuestas por la jueza interviniente para que se realicen una serie de medidas a través de las cuales se corrobore el estado de salud tanto de la madre como de su niño, además de verificar las condiciones en las que iban a llevar sus vidas en la provincia. En principio, estas medidas eran transitorias debido a que la idea de L. era viajar hasta Buenos Aires junto con su hijo y Burgos, para reiniciar su vida allá.

Vuelta atrás

“Por primera vez en sus 20 años tiene un proyecto de vida, que es ir a Buenos Aires…”, había dicho Dolores Remis, querellante de la causa, a LA GACETA el pasado 5 de enero. La abogada tenía aires de esperanza de que la vida de L. empiece a encaminarse. Sin embargo, la vida volvió a castigarla cuando no se lo esperaba y el sueño de ir a Buenos Aires quedó suspendido.

Vivía en Alderetes con su hijo y su pareja, hasta que las enfermeras advirtieron que era golpeada. Ahora, encara un nuevo juicio por otro caso de violencia.

“Duele muchísimo ver que esta joven persona haya escapado de una situación tan tremenda como la que vivía con su familia en Santiago y que se encuentre nuevamente en un caso de violencia con este sujeto. Pero bueno… trabajamos para eso y estamos tratando de ayudarla y darle respuesta. Hoy (por ayer) se dio un paso importante en esta cuestión”, expresó Ruffino.

Luego de lo sucedido, Andrea Segura, jueza de Familia y Sucesiones, ordenó la restricción de acercamiento de Burgos y que L. y su hijo fueran a la casa de su hermana, en Alderetes. También determinó que pueda retirar sus pertenencias de donde vivía y una consigna policial, como las medidas principales.

Como sigue

“Puede movilizarse por sus propios medios y también se puede charlar con ella, pero por su contexto de vulnerabilidad emocional, la carga de violencia y malos momentos que lleva desde hace años, golpea en su personalidad”, lamentó el jefe del equipo de abogados.

Ahora, tanto la mujer como su pequeño hijo deben recuperarse de las lesiones que sufrieron. Para ello, queda esperar los resultados de los estudios médicos que le realizaron y, de ahí, seguir el tratamiento físico que indiquen los expertos. “Eso sería lo más ‘fácil’. Después hay que hacer todo un acompañamiento terapéutico a fin de levantarla de la situación que presenta”, concluyó Ruffino.

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