Cumplimiento de órdenes y “guerra a la subversión”

Cumplimiento de órdenes y “guerra a la subversión”

La defensa de Repossi describió las tareas que tuvo en Tucumán el ex militar imputado por torturas, secuestros, violaciones y asesinatos.

VIRTUAL. El alegato de la defensa pública podrá seguirse a través del canal de youtube de AM750, el viernes próximo. captura de video VIRTUAL. El alegato de la defensa pública podrá seguirse a través del canal de youtube de AM750, el viernes próximo. captura de video

“Estado de guerra”, “cumplimiento de órdenes” , “lucha contra el terrorismo” y negación de la existencia de un genocidio fueron los ejes de la defensa que hizo ante el Tribunal Oral Federal de Tucumán la abogada Elena Rita Genise del ex militar Ernesto Alejandro Repossi, imputado como autor mediato de 70 delitos gravísimos cometidos cuando el acusado estaba destinado al sur de la provincia, durante el Operativo Independencia.

Repossi, que no tiene condenas anteriores, está imputado en esta causa como autor mediato de violación de domicilio, privación de la libertad con apremios, torturas, violación sexual, homicidio triplemente agravado, y como autor de asociación ilícita.

Con el inicio de los alegatos de las defensas entra en su etapa final el juicio por delitos de lesa humanidad conocido como Operativo Independencia II y que unifica las causas por la desaparición de Dardo Molina y Osvaldo Muñoz.

En el juicio se juzgan violaciones a los derechos humanos perpetradas en la provincia de Tucumán entre febrero de 1975 y julio de 1977, investigadas en cinco causas que en esta instancia fueron unificadas.

El proceso incluye 333 casos que ya tuvieron pronunciamientos por el Tribunal Oral Federal de Tucumán respecto de otros acusados. Los casos de Molina y de Muñoz llegaron por primera vez a juicio oral.

La defensora de Repossi empezó su alegato cuestionando la validez del informe de la Comisión Bicameral que investigó en Tucumán la desaparición de personas, en 1984. Dice que su cliente no tuvo oportunidad de defenderse en ese entonces y que pasaron más de 40 años de los hechos.

Repossi era mayor del Ejército y segundo jefe del Regimiento de Infantería de Montaña 28, de Tartagal, cuando ocurrieron los hechos de los que se lo acusa. Estuvo asignado a Tucumán como jefe de la Fuerza de Tareas Ibatín, en el pedemonte tucumano, entre octubre de 1975 y marzo de 1976.

El Ministerio Público Fiscal pidió, la semana pasada, prisión perpetua para él y otros 20 acusados, y describió los hechos como parte de un plan criminal conjunto contra la población tucumana, en el marco de terrorismo de Estado y con prácticas genocidas.

La abogada Genise cuestionó esta formulación y el pedido de la parte acusadora para que se describa lo sucedido en Tucumán durante el Operativo Independencia como genocidio. “El genocidio es otra cosa, en Tucumán no hubo genocidio”, sostuvo Genise.

También aseguró que no hay pruebas de que Repossi “sabía, conocía o participó de un plan criminal”, ni que haya estado cerca de ningún centro clandestino de detención. Al contrario, “combatió con honor” en lo que Genosi definió como “una guerra”. La defensora pidió la absolución.

“Repossi en este juicio debe ser considerado como jefe de una fuerza de tareas, que era la que le había asignado el gobierno nacional, y no al mando de una unidad militar”, dijo la defensora.

A partir de entonces, Genosi dedicó más de siete horas a argumentar que los hechos que se juzgan se desarrollaron en “un contexto de guerra civil revolucionaria” pergeñado por “organizaciones armadas guerrilleras”, a las cuales, en su visión, el Ejército solamente respondió: “había bombas, los diarios chorreaban sangre”, dijo.

En ese contexto, Repossi cumplió órdenes, dijo, citando el artículo 2.027 a del Reglamento de Conducción para las Fuerzas Terrestres: “En toda organización militar el comando se ejerce a lo largo de una cadena perfectamente definida...” . La ley conocida como de “Obediencia Debida” de los militares de menor rango que cometieron delitos de lesa humanidad fue derogada por el Congreso en 2003 y declarada inconstitucional en 2005 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Sobre los decretos secretos de 1975, los que hablan de “aniquilación” de “el accionar subversivo”, que desataron la ocupación militar de la provincia en febrero de 1975, dice que tuvieron el objetivo de “defensa” y que el Operativo Independencia tuvo un “alto apoyo ciudadano y popular”.

En ese entonces, Repossi recibió una visitas de representantes de la comisión bicameral de Defensa del Congreso de la Nación, cuyos integrantes elogiaron su tarea. Los senadores Eduardo Alberto Paz, Guillermo Brizuela y Carlos Perette (UCR) y José Humberto Martiarena (PJ) fueron al Comando de la Brigada, donde estaba el coronel Acdel Vilas, luego al Comando Táctico de Famaillá y en helicóptero, a la base de la Fuerza de Tareas Ibatín. Relató también la visita de dos periodistas de la revista “Gente” a un campamento militar, donde los reporteros fueron testigos de disparos de mortero hacia una cañada “por donde pasa el enemigo” y la orden de quedarse quieto: “el que se mueva es hombre muerto”. Así explicó Genise la “imposibilidad” de que Repossi hubiera salido del campamento para hacer otras tareas (como secuestrar o torturar).

La posición subordinada de Repossi durante su asignación a Tucumán también tuvo amplio desarrollo en la teoría de Genise. “En 1975 y 76, Repossi tenía 39 años de edad y estaba en medio de una cadena de mando con varios superiores. Tenía una posición intermedia -afirmó Genise-. Sus superiores eran Vilas, después, (Antonio Domingo) Bussi, (Luciano Benjamín) Menéndez, (Jorge Rafael) Videla”, por lo que consideró que la acusación es “falaz e invisibiliza el paraguas normativo existente”, que era el de un gobierno constitucional, el de María Estela Martínez de Peron, hasta su derrocamiento en marzo de 1976.

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