Dos hombres cayeron con su auto a un precipicio; uno tuvo que ser rescatado en camilla

Dos hombres cayeron con su auto a un precipicio; uno tuvo que ser rescatado en camilla

Los accidentados habían bebido; el más joven logró salir del rodado y pedir ayuda para su amigo, que fue asistido y dado de alta.

RESCATISTAS. Los bomberos de Yerba Buena descendieron al acantilado para auxiliar al conductor, que continuaba inconsciente por el accidente.  Bomberos Voluntarios de Yerba Buena RESCATISTAS. Los bomberos de Yerba Buena descendieron al acantilado para auxiliar al conductor, que continuaba inconsciente por el accidente. Bomberos Voluntarios de Yerba Buena BOMBEROS VOLUNTARIOS DE YERBA BUENA
03 Agosto 2020

“Cuando llegamos, la Policía ya estaba con el más joven de los accidentados. La caída había sido anoche al parecer. Ese chico logró romper un vidrio y salir del vehículo en algún momento, seguramente por la oscuridad habrá demorado en salir de nuevo a la ruta”, relató Juan Cardozo, un motociclista que preparaba un asado junto con sus amigos en un mirador de San Javier cercano al lugar del accidente.

En la madrugada de ayer, Braian Robledo, de 25 años y Ariel Páez, de 41, cayeron del segundo mirador del cerro, ubicado a pocos metros de la gruta de la virgen, sobre la ruta 338. Alrededor de las 11, Robledo se presentó en la comisaría de El Corte y explicó lo sucedido. “Al parecer, el conductor del Peugeot 208 hizo una mala maniobra cuando intentaba retroceder, terminaron precipitándose al barranco”, explicó el sargento Fabián Flores, de esa comisaría. Personal policial de esa seccional, a cargo del comisario Héctor Risso Patrón, intervino junto con los Bomberos de Yerba Buena en las tareas de rescate de Páez, que había quedado inconsciente dentro del vehículo. El automóvil cayó a casi 100 metros del camino y quedó ruedas arriba entre las rocas de un pequeño arroyo.

DESTRUIDO. El Peugeot 208 cayó a 100 metros, sobre un arroyo. DESTRUIDO. El Peugeot 208 cayó a 100 metros, sobre un arroyo.

“Se notaba que ambos estaban alcoholizados, el muchacho más joven salió ileso al parecer. Gracias a Dios fueron daños materiales nada más”, advirtió Cardozo. Fuentes policiales confirmaron que los pasajeros había estado bebiendo antes del accidente.

Cardozo describió además algunos momentos del rescate. “Cuando llegamos la ruta ya estaba cortada por la Policía, con los chicos dimos una mano y ayudamos en lo que pudimos a los bomberos, que hicieron un gran despliegue de cuerdas para poder subir al segundo muchacho, porque estaba muy golpeado. Un familiar de uno de los accidentados colaboró también con los rescatistas”, recordó.

Páez fue subido en camilla por la brigada de rescates hasta la ruta, donde lo esperaba una ambulancia del servicio 107 que lo trasladó hasta el Centro de Salud Carrillo, de Yerba Buena, donde recibió los primeros auxilios. En ese centro asistencial se le realizó además una placa toráxica y radiografías para descartar que tuviera fracturas. En horas de la tarde fue dado de alta y se continuó con la toma de datos en la comisaría.

ASISTENCIA. Ariel Páez fue llevado en camilla hasta la ambulancia. ASISTENCIA. Ariel Páez fue llevado en camilla hasta la ambulancia.

“Fue un milagro realmente, salieron prácticamente ilesos de un accidente que pudo haber sido mortal”, resumió una fuente médica del nosocomio que asistió a los heridos. En los domicilios de los accidentados, los allegados prefirieron no hablar públicamente sobre el siniestro, pero además, según le dijeron a LA GACETA, los jóvenes ya no vivían en esos domicilios. (Producción periodística: Santiago Re)

Problema cultural: advierten sobre el consumo de alcohol

Samuel Semrik, director del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA), señaló que durante los fines de semana, el consumo de bebidas aumenta considerablemente en el área del Gran San Miguel de Tucumán. “Hasta que no entendamos que hay cosas que no se pueden hacer cuando uno toma alcohol, como manejar o trabajar con máquinas, van a seguir pasando estas cosas”, indicó. También definió que hay controles y programas preventivos, pero que se trata de un problema complejo. “Es un problema social, familiar y cultural el de creer que la diversión viene de la mano del alcohol y el exceso”, definió.

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