Los misterios de los lagartos overos y de sus huevos

Los misterios de los lagartos overos y de sus huevos

Desde hace 27 años científicos de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT investigan la especie, y cada día se sorprenden más.

CRIADERO. Los investigadores hallaron que es fácil alimentarlos: algo de fruta y una “hamburguesa” de descartes (hecha con cabezas y patas de pollo). CRIADERO. Los investigadores hallaron que es fácil alimentarlos: algo de fruta y una “hamburguesa” de descartes (hecha con cabezas y patas de pollo).

Por costumbre, prejuicio o falta de imaginación, cuando decimos carne pensamos en vacas. Lo demás -para un “argentino de ley”- suelen ser sólo reemplazos, digamos soportables, además de restringidos. Pero las posibilidades son tantas...

Por ejemplo: ¿sabías que los lagartos eran muy importantes en la dieta de los pueblos originarios? Pensá: no había vacas antes de la conquista; ni cabras, ni ovejas, ni gallinas. ¿Y sabías que desde hace 27 años existe en la Facultad de Agronomía y Zootencia, porque lo fundó el profesor Mario Manes (ver “¿Quién es...”), un criadero de lagarto Salvator, más conocido como lagarto overo?

“El objetivo era preservar la especie y que se hiciera uso sustentable de ella como recurso. Era, además, la posibilidad de generar una alternativa productiva”, le explicó a LA GACETA hace años la bioquímica Silvia Chamut, directora del proyecto “Crianza sustentable del lagarto Salvator”. “La caza para alimentación nunca se detuvo -destacó Chamut-. Pero como el cuero es la materia prima de las botas texanas, desde el siglo XIX, por los altos precios internacionales, la matanza se exacerbó, hasta que en la década del 1960 los lagartos overos quedaran al borde del riesgo de extinción”.

“Hoy -actualiza el biólogo Fernando Campos Casal, miembro del equipo, docente de la FAZ y especialista en Biología del Desarrollo-, el criadero se ha fortalecido; las líneas de investigación se profundizaron y hemos diseñado estrategias para asesorar a interesados en la cría sustentable. Si, aprendido el manejo, la crianza se establece como actividad productiva, será bueno para la economía y la Madre Naturaleza, feliz”.

CRIADERO DE LA UNT. Al ser invierno, los lagartos están hibernando. CRIADERO DE LA UNT. Al ser invierno, los lagartos están hibernando.

A diferencia de lo que ocurrió con muchos otros proyectos de investigación, el aislamiento no retrasó el trabajo. “Con el frío, los animales (tienen unos 200, nacidos y criados en cautividad) están hibernando; los dos técnicos que se ocupan de criadero están haciendo un trabajo genial; son nuestra mano derecha. Los demás miembros del equipo podemos trabajar desde casa. Y, la verdad, más avanzamos y más nuevas preguntas aparecen”, admite, con entusiasmo, Campos Casal, que está procesando datos de su proyecto favorito: las muy particulares características de los huevos de estos reptiles, que ya habían demostrado ser “fuera de serie”. Para empezar: “las hembras desarrollan cuidados maternales (incuban los huevos), cosa que hacen muy pocos reptiles”, destaca, y eso no es todo, ni por asomo (ver “Fuera de serie”).

Hallazgos

Pero centrémonos en el tema: los huevos de nuestra iguana son flexibles. “Durante mucho tiempo, comparando con otras especies de reptiles, no quedaba muy claro qué componentes los hacían así. Casi no había datos sobre esta especie, un recurso faunístico argentino que no se había investigado a fondo. Fue otro de los motivos que llevaron a Manes a fundar el criadero”, relata.

Para averiguar las razones de esa flexibilidad decidieron llevar muestras al Centro Integral de Microscopía Electrónica (CIME), del Conicet-Tucumán, que dirige Virginia Albarracín, y estallaron las sorpresas: resultó que los huevos están formados principalmente por fibras que tienen alvéolos. “Parecen estar vacíos, pero pensamos que pueden cumplir dos funciones, ser reservorios de agua (indispensable para mantener el huevo hidratado) y ser ‘colchón térmico’ para proteger al embrión de los cambios cíclicos diarios de temperatura durante la incubación, que pueden ser muy drásticos”, explica. Los estudios mostraron también la presencia de varios elementos químicos asociados, en particular calcio y fósforo, pero -otra sorpresa- en las capas más profundas de las cáscaras.

Como el humano

El siguiente paso fue consultar al Laboratorio de Espectroscopía Raman, Conicet-Tucumán, dirigido por María Rosa Álvarez. “Esta tecnología permite establecer, mediante un espectro, qué compuestos químicos hay en la muestra -explica nuestro biólogo-. Quedamos sorprendidos: en los huevos el fósforo y el calcio están vinculados como un biomineral llamado hidroxiapatita, ¡que es como se presenta el calcio en los huesos humanos!”.

Pero la cuestión de la flexibilidad seguía dando vueltas... “En general, salvo un caso reportado en serpientes, las cáscaras de los huevos de aves y de reptiles son compactas en diferentes grados. Decidimos hacer nuevos estudios que nos explicaran qué es lo que permite la deformabilidad de los nuestros. Los resultados preliminares nos sugieren que las fibras serían de colágeno”, sigue la crónica de hallazgos. Habían encontrado biopolímeros de gran utilidad en material (las cáscaras) que normalmente se descarta...

El descubrimiento abre puertas a nuevas posibilidades para los criadores, pero además, a nuevas preguntas. “Las iguanas ponen los huevos en tierra no estéril -nos recuerda Campos Casal-. Las cáscaras duras de las aves son porosas, para permitir difundir gases, pero están protegidas por una capa muy delgada de glicosaminoglicanos (moléculas formadas por proteínas y azucares) que funcionan como ‘taponcitos’ y evitan el ingreso de bacterias. Nos preguntábamos, ¿cómo se protegen los huevos blandos de nuestras iguanas?”.

RECOLECCIÓN. Buscan en los huevos explicaciones... y más sorpresas. RECOLECCIÓN. Buscan en los huevos explicaciones... y más sorpresas.

De alguna manera, al haber sustituido la cubierta protectora calcificada por la flexible, tenían que haber desarrollado otra estrategia protectora que retuviera el agua y controlara la esterilidad dentro del huevo. Dos años buscaron incansablemente, y por fin van logrando los primeros resultados (esos de los que hablamos al principio de la nota): hallaron ácido hialurónico y otros biopolímeros sulfatados, componentes naturales de los tejidos.

“Es interesante: implica que las cáscaras pueden ser fuente de estos biomateriales, que son inertes, no causan rechazo y podrían ser utilizados como modelos en bioingeniería de materiales”, explica Campos Casal.

Con todos estos hallazgos, además están estudiando los huevos a lo largo del desarrollo del embrión, lo que permitirá medir, por ejemplo, en qué momento del proceso los biomateriales que interesen están más presentes o son modificados, y construir tablas de parámetros del desarrollo normal, que brinden aún más información a quienes quieran dedicarse a la cría de iguanas. Y cumplir así la otra parte del sueño de Manes: fomentar el uso sustentable del lagarto Salvator como recurso.


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“Fuera de serie”  

¿Un eslabón perdido?

“Las aves y los mamíferos producen temperatura y la regulan acelerando o frenando el metabolismo (son endotérmicos). El resto de los animales son ectotérmicos, es decir, se adaptan a la temperatura del ambiente”, había explicado Silvia Chamut a LA GACETA cuando el criadero no estaba cerrado al público por la pandemia. “Los reptiles lo hacen tomando sol cuando lo hay o hibernando cuando hace frío”, agrega hoy Campos Casal. Pero ya durante la visita inicial estaban investigando datos que habían desordenado el tablero: biólogos brasileños y canadienses descubrieron en el Instituto de Biociencias de la Universidad Estadual Paulista, de Brasil, que nuestro lagarto es, hasta ahora, el único capaz de generar calor en determinadas circunstancias; todo indica que esas circunstancias son para elperíodo de la reproducción, pero el origen del calor que generan -técnicamente expresado, la fuente de la termogénesis- sigue siendo un misterio. Y la pregunta sobrevuela: ¿se tratará del eslabón perdido ente reptiles y mamíferos?


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¿Quién es Mario Manes?

Manual para potenciales criadores

Mario Enrique Manes es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Córdoba, pero se vino a vivir a Tucumán y fue profesor titular de la Cátedra de Biología del Desarrollo, de la Facultad de Agronomía y Zootecnia (FAZ), de la UNT, e investigador principal de Conicet. Sus estudios iniciales se centraron en el desarrollo embrionario de vertebrados en general, pero pronto “se enamoró” de los lagartos y peleó para conseguir apoyo institucional y financiero. Así nació el criadero de la FAZ, que tanto ha crecido ya; pero también un increíble libro bilingüe, que está disponible en forma gratuita para todo el que quiera saber cómo iniciar la cría. Este es el link a la publicación: http://www.faz.unt.edu.ar/pdf/pe51_tegu%20lizards.pdf. De distribución gratuita, proporciona los fundamentos para su crianza reproductiva.

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