Entre la basura y el agua estancada: los canales tucumanos piden a gritos refacciones

Entre la basura y el agua estancada: los canales tucumanos piden a gritos refacciones

Algunos se fueron desmoronando con el tiempo, otros son víctimas de la inconsciencia de la población que los usa como basureros. Lo cierto es que todos necesitan más mantenimiento.

De llevar el agua a contener basura. Los canales del Gran San Miguel de Tucumán están en mal estado y no solo estructuralmente sino también en lo que respecta a su limpieza. En general, suele ser la propia gente de la zona la que arroja basura a su interior, pero kilómetros más adelante, incluso en otras ciudades, vecinos resultan afectados al recibir residuos arrastrados como consecuencia.

Algunos cumplieron 70 años, otros 40. Los canales de desagüe de la provincia tienen décadas de vida. Se crearon para conducir el agua de las montañas hacia el Río Salí y evitar inundaciones en la ciudad. Lo cierto es que desde que se construyeron, no se vieron modificados ni se sometieron a reparaciones, pero todo a su alrededor sí.

El crecimiento poblacional, la instalación de casas, la tala de árboles, entre otros factores, cambiaron la estructura social y provocaron que la circulación de agua en la zona sea mayor y más brusca, por lo que los canales se vieron superados en cuanto a su capacidad.

Entre la basura y el agua estancada: los canales tucumanos piden a gritos refacciones LA GACETA/ ANALÍA JARAMILLO

Canal Norte y Canal Sur, son los dos pasos de agua que engloban más vertientes en sus bocas. El primero recibe las bajadas del cerro Tafinillo y el segundo, las del San Javier.

Canal Sur es el más grande. Fue construido con una capacidad de 350 metros cúbicos. Según estudios que hizo la Dirección Provincial del Agua (DPA) y que compartió con funcionarios del Plan Belgrano y Plan Norte Grande, actualmente necesita ser ampliado para contener 500 metros cúbicos por segundo.

En tanto canal Norte, que actualmente sirve para depositar 100 metros cúbicos por segundo, necesita quintuplicar su capacidad para trasladar 500 metros cúbicos también.

La DPA es la responsable de los canales de la provincia. Es el sector que debe encargarse de su reparación y mantenimiento.

“Tenemos un proyecto armado que consiste en la reparación y construcción de los canales, para el que habíamos conseguido financiación a través de un convenio con China, pero quedó parado a la espera de la aprobación del jefe de Gabinete de ese momento que era Marcos Peña. El gobierno de (Mauricio) Macri cajoneó el plan“, dijo Marcelo Caponio, subsecretario del Plan Norte Grande, quien además explicó que esto ocurrió en 2016 y que a partir de allí, el dinero se perdió.

Como mencionó, los canales necesitan una reconstrucción total para funcionar correctamente y hasta el nacimiento de otros paralelos que redireccionen el agua y eviten su saturación. Ese es el caso del canal La Rinconada, una construcción propuesta por el organismo como solución a la problemática.

Caponio además aclaró que si bien la responsabilidad de mantener los canales en buen estado es de la Provincia, cada municipio debe contribuir y mejorar sus servicios para evitar, como en el caso de la basura, que las personas actúen de forma irresponsable.

“La gente tira la basura a la calle porque no hay un sistema efectivo de recolección de basura. Tienen responsabilidades los vecinos no hay duda, pero principalmente tienen que resolver este problema los intendentes de Yerba Buena y de la Capital”, considera.

En ese sentido, funcionarios de las municipalidades de San Miguel de Tucumán y de Yerba Buena, opinaron al respecto.

“Cuando arrancó la cuarentena veíamos con sorpresa que los espacios públicos se mantenían limpios. Los ciudadanos lamentablemente crearon el hábito de generar basurales. Es una asignatura pendiente que tenemos la falta de cuidado del vecino”, dijo el secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad de la capital, Carlos Arnedo.

El funcionario mencionó que durante el aislamiento, las calles estuvieron limpias pero la gente acumuló basura dentro de sus casas y que unas 3.500 toneladas se sacaron desde febrero hasta junio del interior de esos hogares.

Entre la basura y el agua estancada: los canales tucumanos piden a gritos refacciones LA GACETA/ ANALÍA JARAMILLO

Por su parte, Dino Alfieri, secretario de Infraestructura y Planificación Urbana de Yerba Buena, mencionó que la municipalidad trata de limpiar y hacer mantenimiento sin invadir el terreno de la DPA, pero que al organismo es al que le corresponde el 100% de ese trabajo.

“Ponemos la Municipalidad de Yerba Buena a disposición de la DPA porque pensamos en beneficiar al vecino”, expresó y comentó que semanas atrás limpiaron en conjunto con la Provincia el canal San José.     

Desde adentro

LA GACETA se metió dentro de tres canales: canal Sur, canal Norte y canal Yerba Buena, y los recorrió para mostrarle a los tucumanos en qué estado están.

Restos de mesas, de sillas; zapatos de grandes y de niños; colchones; sobras de comida; carne podrida; animales muertos y muchos mosquitos, se veían en el canal Sur. Además, de algunas de las paredes de piedras que se armaron como contención parcial de los muros y que se están venciendo.

En el canal Yerba Buena (que divide las manos del Camino de Sirga desde Camino del Perú hasta Solano Vera) fue diferente. La basura se asienta en los márgenes pero el problema más grande está en la estructura y en la maleza. Todo tipo de plantas crecen en los bordes y destruyen poco a poco las paredes de cemento del canal que, además, presenta varios puentes peatonales.

Del lado de afuera, en las veredas del canal, se ven muchos residuos acumulados provenientes de puestos que colocan los propios vecinos para trabajar. La chatarra acumulada por talleres mecánicos acumulada hace años es lo que más preocupa a la gente de la zona.

“Acá paran camionetas y camiones de otros lugares y tiran la basura como si nada”, dijeron vecinos asentados en las márgenes del canal Norte, a la altura de la avenida Francisco de Aguirre al 1.300.

Las personas que viven allí están instaladas hace más de 50 años. Muchos nacieron en el lugar y hoy tienen familias que crecen a tres metros del borde del canal. La mayoría llegó cuando no había nada y los servicios que hoy tienen fueron colocados por ellos mismos. “Nosotros juntamos plata e hicimos una red de agua para poder tener agua en las casas porque no teníamos. Sacamos ripio del canal para poner en las veredas porque los chicos se ensucian cada vez que tienen que ir a estudiar”, contó otra vecina.

Hay niños y adolescentes de distintas edades en cada una de esas casas que por la falta de pavimento tienen que ponerse bolsas en los pies para poder llegar limpios a la escuela.

En las márgenes del canal Norte no hay domingos en paz. Visitar a la familia representa un procedimiento de alerta con los más pequeños para evitar que alguien salga lastimado ya que sólo unos pocos metros los separan del pozo que no tiene ningún tipo de separación.

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