Chocolateros y pasteleros amoldan sus producciones para mantener sus emprendimientos

Chocolateros y pasteleros amoldan sus producciones para mantener sus emprendimientos

Chocolateros y pasteleros amoldan sus producciones para mantener sus emprendimientos

Tucumanos que se dedican a vender productos de chocolate y repostería a través de redes sociales, comentan cómo subsisten en cuarentena.

Camila Carceller
Por Camila Carceller 30 Abril 2020

Las Pascuas pasaron, los cumples se celebran con los que viven en casa, las cuentas siguen llegando y la plata no sobra. Los emprendedores gastronómicos sufren la crisis desde el comienzo de la cuarentena, pero no bajan los brazos e intentan reinventarse para poder seguir manteniéndose.

“Empecé la cuarentena triste, sin saber si podría vender para Pascuas, pero luego me organicé y armé un local en casa para vender en el barrio. La gente me ayudó con los pedidos por Whatsapp y, por suerte, se fueron multiplicando”, contó Alejandra Ruiz, dueña de 'Todo es Chocolate'. La joven de 39 años trabaja con chocolatería para eventos hace más de ocho años y vende sus productos por encargo y en las ferias que monta la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, en distintas plazas.

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Ruiz es profesora de informática, pero hace dos años que se dedica de lleno a la producción de su emprendimiento. Actualmente continúa con las ventas vía telefónica y redes sociales y aprovecha el tiempo para tomar cursos y perfeccionarse. “Comencé una campaña que se llama ‘hablemos con chocolates’ y todas las semanas alguien me encarga un mensaje para una persona especial. Eso te da fuerzas para seguir, pase lo que pase”, dijo y mencionó que en agosto iba a casarse, pero que aún no sabe si tendrá que posponer la fecha.

'Chocolart' es un emprendimiento familiar que comenzó en 2013. Está dedicado a la producción de todo tipo de figuras de chocolate, paletas, frases y hasta 'tortas piñata', una nueva tendencia de la chocolatería que es la nueva tendencia en tortas.

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“Estamos atravesando un momento crítico. Desde que declararon la cuarentena nuestra actividad económica se vio gravemente afectada debido a la suspensión de la feria masiva de los artesanos y al cierre del comercios, con el agravante de haberse dispuesto la cuarentena en una fecha clave para nuestro emprendimiento, como son las Pascuas”, expresó Micaela Nunnini una de las dueñas, quien además aclaró que este negocio representa la única fuente de ingresos de la familia. 

La joven de 26 años además comentó que continúan trabajando mucho con pedidos a través de las redes sociales y que eso los está ayudando a cubrir los gastos fijos: "estamos creando nuevos productos para ayudar a nuestros clientes y a sus seres queridos a sobrellevar este momento".

'Miska Muska' es un emprendimiento que nació hace nueve años. Primero, los productos eran a demanda según lo que quería y cómo lo quería el cliente, pero con el paso del tiempo se fue alineando más a la producción de huevos de chocolate y tortas. “Hoy tengo dos personas que trabajan conmigo por la forma en que creció el negocio. Y, por suerte, sigo trabajando obviamente tomando todas las precauciones necesarias”, contó su dueña, Agustina Resino Centurión.

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La maestra jardinera de 26 años, mencionó que las Pascuas la impulsaron a continuar con la producción ya que con la llegada del coronavirus, tenía mucha incertidumbre sobre cómo trabajar: “leí, me informé mucho y tomé recaudos para no tener contacto con la gente ni con la plata y poder trabajar”.  

Vale Molina es estudiante de arquitectura y dueña de 'Lo de Ani'. Su emprendimiento lleva el nombre de su tía, una apasionada de la cocina que la incentivó a dedicarse al rubro. Para mantener el ritmo del estudio, este proyecto se activaba sólo en fechas especiales, pero la cuarentena obligó a ampliar la producción y la variedad. “Percibí la necesidad de las personas de endulzar sus días, de disfrutar de algo dulce y rico, considerando el difícil momento que estamos atravesando”, dijo la joven de 24 años.

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Molina aclaró que, afortunadamente, no tiene grandes gastos fijos ni empleados que mantener, pero que el costo de la materia prima es cada vez más alto: “de todas formas, nosotras decidimos que los precios de nuestros productos sean accesibles a fin de que lleguen a más personas”.

De vender ropa a vender comida, Paula Drubi decidió explotar su faceta de cocinera para poder subsistir durante el aislamiento. La emprendedora de 32 años es dueña de ‘Paula D. Diseños Únicos’, negocio que está pausado por la cuarentena, y ahora también de ‘TentacionesDs’, un emprendimiento gastronómico que abrió para poder continuar trabajando. “Cerramos nuestro showroom pero aún seguimos pagando alquiler, impuestos y demás. Esto me llevó a sacar las pasiones más ocultas y a imaginar cómo salir de esto siendo comerciante y emprendedora”, comentó.

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Drubi analizó sus posibilidades y decidió explotar su faceta de cocinera que tanto le gusta. Así es que dejó la ropa de lado y comenzó un negocio de repostería artesanal que de a poco va sumando adeptos. “Nosotros contamos con un polirubro que sigue trabajando y que con eso pagamos los grandes gastos, pero este emprendimiento representa un plus fundamental. Nos manejamos a través de redes sociales, por pedidos, y tomando todas las medidas de prevención”, añadió.  

La experiencia de los pasteleros independientes

Los sábados preparaba rosquetes y guisadillas, agarraba la bici y se iba a recorrer el barrio en busca de clientes. Con el que recaudaba compraba los insumos para los postres de los domingos cuando volvía a hacer el recorrido. Mariano Sosa quería ganar plata para pagar su viaje de egresados ya que sus padres no podían hacerlo, pero además de la despedida de curso, ganó una profesión. Le fue tan bien que, con el correr de los años y luego de idas y venidas, pudo poner su primera sucursal en Banda del Río Salí y ahora cuenta con cuatro personas que trabajan allí.

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“A este momento en cuarentena lo estoy atravesando bastante complicado. No podemos trabajar de forma normal y eso nos dificulta todo en general. A pesar de implementar distintas formas de trabajo para tener algún ingreso, no alcanzó y tuve que reducir el personal y la cantidad de horas de trabajo en un 50%”, contó el maestro pastelero.

Mel Valdez también vive en Banda del Río Salí, luego donde desarrolla ‘Biscuit & Co’. El emprendimiento cumplió cinco años en abril y creció gracias al empuje familiar. “Actualmente trabajo sola por toda esta situación. Es mi única fuente de ingresos, si no trabajo no tengo cómo afrontar las necesidades básicas, pagar impuestos, cuentras, etc”, mencionó.

Valdez optó por achicar el tamaño de sus productos para adaptarse a las necesidades de la gente en cuarentena: “estoy haciendo pastelería individual y tortas chicas para cinco o 10 personas como mucho. Con esto he podido ser partícipe de varios cumples en cuarentena y hacer estos momentos difíciles, un poco más amenos”.

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Además lanzó una rifa solidaria con premios dulces, para comprar –con lo recaudado- elementos de seguridad para el personal de limpieza del hospital Padilla. Se sortea este domingo y quienes quieran ayudar pueden hacerlo a través de un link de mercadopago.

‘Carita de Alfajor’ es el emprendimiento de Mercedes de Tomaso, una odontóloga de 28 años que comenzó preparando alfajores de maicena para juntar algo de dinero y ahora cursa la carrera de pastelería profesional. “No es mi principal fuente de ingresos porque me dedico a la odontología, pero significa un plus que ayuda a pagar las cuentas”, explicó.

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Desde que comenzó el aislamiento, el consultorio de la joven se encuentra cerrado, pero los gastos fijos siguen presentes: “reinventé el negocio, me mantengo con delivery y take away. Hoy, Carita de Alfajor, está siendo un salvavidas. Amo la pastelería, pero en esta situación es algo que necesito”.

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