Por Luis Duarte
28 Abril 2020
TEMOR. Roxana Abregú contó que los atacantes rompieron el portón e ingresaron de manera violenta a la vivienda, durante la madrugada de ayer. la gaceta / foto de inés quinteros orio
La violencia y el delito ingresaron a la casa de la familia Lobo, en pleno aislamiento social por el coronavirus. En menos de 10 minutos, una banda armada y vestida de policía irrumpió en la vivienda del barrio Ex Aeropuerto, retuvo a las víctimas y se llevó $ 1 millón como botín.
Roxana Abregú y una de sus hijas, de 15 años, estaban en el living acomodando la mesa antes de ir a dormir, cuando sintieron el ruido de motores muy cerca. En ese instante, la madre le pidió a la adolescente que observara quién estaba afuera de la vivienda. Uno de los perros del hogar ya había cruzado segundo antes por el pasillo, como si percibiera que algo malo iba a suceder. Eran alrededor de las 2.30 y en la cuadra no se registraba ningún movimiento de vecinos.
La chica, al asomarse, observó que en la vereda había varias personas. Una de ellas, con uniforme de la Policía, le mostraba la placa y le exigía que le abriera el portón. “Mi hija me dijo de inmediato: ‘creo que nos van a robar’”, recordó la mujer, de 43 años.
DESTROZOS. La mujer observa cómo quedó una de las habitaciones.
“Yo salí y vi que se trataban de hombres vestidos de policías, con uniformes completos. Uno de ellos tenía un chaleco (de la fuerza) y un jean. Me mostraron las placas y me decían que les abriera rápido”, añadió,
Según la descripción de Abregú, los desconocidos, impacientes, barrotearon la parte de reja y se dirigieron al living y a una de las habitaciones, donde estaba Javier Lobo, el esposo. La mujer había logrado cerrar la puerta de madera y asegurarla con el freezer que estaba ubicado a la par. Eso le dio un poco de tiempo para ocultar en una caja el dinero de la recaudación de las tres carnicerías que administran, aunque fue en vano.
“Dos lograron entrar acá y nos apuntaron con las armas. Otros dos pudieron abrir la puerta del fondo y se llevaron por delante a los perros. Me gritaron que haga callar a los animales porque, si no lo hacía, iban a matarlos. Luego empujaron a mi otra hija (de seis años) hacia la pieza y comenzaron a revolver todo. Fueron directamente al dormitorio y entraron también al living porque estábamos nosotras”, contó.
“Danos la plata. Danos la plata”, repitieron los atacantes en cada movimiento. “También sentí que le preguntaban a mi hija ‘dónde está tu papá’”, acotó Abregú. Lobo había aprovechado un segundo de distracción para subir al techo, salir y pedir ayuda. Sin embargo, otro integrante de la banda ya vigilaba la parte de arriba de la casa.
Los desconocidos huyeron después en un auto Volkswagen UP de color blanco -una puerta estaba pintada de negro, según las versiones-, y en al menos tres motocicletas. Se llevaron $ 1 millón, aproximadamente, dinero que correspondía a la recaudación de los negocios. La Fiscalía de Robos y Hurtos II interviene en el caso. “Invertimos todo el dinero en las carnicerías”, remarcó.
“Uno tenía casco y el pasamontañas de la Policía. Otro tenía el chaleco, jean y barbijo, al igual que el resto. Logré ver que eran jóvenes; no llegaban a los 30 años. Flacos y uno de ellos un poco morrudo. Todo el tiempo pedían plata. No hablaban mal; pronunciaban bien las palabras. Teníamos miedo que dispararan al perro y después a nosotros”, finalizó la esposa.
Otro caso
Sustrajeron unos $ 500.000 de una carnicería
Una banda ingresó a una carnicería de avenida Colón y pasaje Superí y sustrajo unos $ 500.000, según informaron ayer fuentes oficiales. “Los sospechosos redujeron al sereno. Aún no se pudo establecer el monto robado de manera exacta porque los dueños están corroborando las pérdidas que sufrieron”, detalló Nicolás Toledo, de la División de Robos y Hurtos. Los desconocidos se llevaron además un arma de fuego del local. “Estamos analizando las imágenes de las cámaras de seguridad del comercio y de la zona para poder establecer las identidades de los autores”, agregó el subcomisario.
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