18 Abril 2020
ACTITUD ANTE TODO. Los entrenamientos vía Zoom son también una ocasión de encuentro para las “purpuradas”.
Omnia vincit juventus. La juventud siempre triunfa. A pesar de los años, el lema de Cardenales no pierde vigencia: el club de Silvano Bores al 400 mantiene hasta el día de hoy esa frescura y ese espíritu joven que lo caracteriza desde aquellos primeros tiempos, marcados por las ingeniosas locuras de los Martínez Pastur. El equipo femenino de rugby es un fiel reflejo de esa personalidad tan singular de los “purpurados”: si bien en varias disciplinas colectivas ya se ha implementado el entrenamiento por videollamada múltiple por medio de la aplicación Zoom, las chicas de “Nales” decidieron darle una vuelta de tuerca más para apuntalar la motivación en un contexto adverso, de incertidumbre acerca de si podrán jugar algún partido y cuándo.
¿Cómo? Estableciendo consignas a cumplir para descontracturar y que los entrenamientos no sean una carga sino una ocasión para encontrarse y divertirse. Por ejemplo, haciéndose tatuajes con lapicera o disfrazándose de cualquier cosa. “Veníamos entrenándonos hace algunas semanas, y como una forma de buscar que se sumaran más chicas y hacerlo de manera más relajada y divertida, desde hace unos días empezamos a poner consignas diferentes”, cuenta Rita Cazorla, una de las referentes del equipo.
“Por ejemplo, en el entrenamiento del martes había que entrenarse con ropa de juego, vincha y tatuajes hechos con lapicera o felpón, que había que mostrarlos a la cámara. Y en el del jueves fue con disfraces libres. Es una forma de pasar el mal momento del encierro. Estamos conectadas y nos reímos. Incluso se sumaron chicas que ya no estaban entrenándose con el equipo pero que siguen siendo amigas nuestras, como ‘Yuyín’ (la ex Puma Silvana Castro) y Patricia Moa. También le ponen su cuota de humor y de amor”, completa Rita, capitana del seleccionado tucumano.
“Lo hacemos más que nada para estar en contacto, para mantener la comunicación entre nosotras. Quizás no sea como un entrenamiento normal, pero es muy divertido”, aporta Agostina Campos Ruiz, la actual capitana de Cardenales y jugadora del seleccionado mayor argentino.
“Justamente, no es sólo por el entrenamiento, sino para que cada una sepa de la otra, si está bien, si necesita algo. En el grupo mandamos fotos y frases motivadoras, eso hizo que se sumaran varias chicas. Es difícil saber cuándo volveremos a jugar”, cuenta Belén Maroni, encargada de la preparación física. “Planifiqué las sesiones para que no durasen más de 40 minutos. Es difícil hacerle un seguimiento real a cada una, pero a gracias a la videollamada las veo y puedo ir corrigiendo. Es lo que tenemos por ahora. Hay que superar las adversidades y este equipo es campeón para eso”, destaca Belén.
Pero no todo es entrenarse, por supuesto. Para las “purpuradas”, que cada una esté encerrada en su casa no es obstáculo para compartir un tercer tiempo. Ese será el plan para hoy a la noche.
“Así nos mantenemos unidas. Siempre con una cuota de sentido del humor y también de valentía, porque hay que animarse a aparecer disfrazada frente a las demás. Pero ese es el espíritu de Cardenales, es lo que nos distingue como club, y el rugby femenino no es la excepción”, resalta Cazorla.
A 76 años de su nacimiento, la juventus de Cardenales sigue triunfando.
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