Futbolista y barrendero: Scimé prueba que los "héroes" también tienen miedo

Futbolista y barrendero: Scimé prueba que los "héroes" también tienen miedo

El "juliano" trabaja en la empresa 9 de Julio, sale a limpiar las calles y se preocupa por sus hijos.

CUMPLIENDO CON SU OBLIGACIÓN. “Los que puedan quedarse en sus casas no salgan”, pidió Nahuel Scimé. CUMPLIENDO CON SU OBLIGACIÓN. “Los que puedan quedarse en sus casas no salgan”, pidió Nahuel Scimé.

“Cuidate. Quedate en casa”. ¿Cuántas veces se repitieron esas palabras en los últimos días? Muchas. Muchísimas. Incontables a esta altura del proceso de aislamiento obligatorio dispuesto por las autoridades nacionales. La mayoría lo cumple. Otros no pueden. Y algunos que pueden, no lo cumplen. Es una realidad de estos tiempos.

Entre los deben salir a trabajar para cumplir con una tarea esencial para la población está Leonardo Nicolás Nahuel Scimé (30 años). El futbolista de Sportivo Guzmán vive dos realidades opuestas. Como el fútbol suspendió sus competencias, todas las tarde permanece en su casa cumpliendo con la rutina de entrenamiento que le entregó el cuerpo técnico “juliano”. Sin embargo, durante la mañana, muy temprano, deja a su esposa y a sus hijos para desarrollar su actividad laboral como empleado de la empresa 9 de Julio, encargada de recolectar residuos y mantener limpia las calles de la capital provincial.

“Ojalá pudiera quedarme en casa con mis hijos (Isaías, de 8 años, y Benicio, 1 año y cinco meses) y mi esposa Mayra. Pero no puedo. Tengo que salir a trabajar con todo el riesgo que representa mi actividad. Tengo miedo. No voy a negarlo. Especialmente por mi familia. Si bien tomo todos los recaudos y la empresa nos entregó los elementos necesarios para protegernos (guantes y barbijos, especialmente) siempre estoy pensando que puedo transportar el virus. Por eso, apenas regreso, me saco el traje y paso derecho al lavadero. Mi esposa se encarga de lavar la ropa de trabajo todos los días. Luego me baño y cumplo con todas las medidas que recomiendan los especialistas antes de tener contacto con los chicos”, cuenta Scimé sobre su vida en plena pandemia.

El día arranca temprano. A las 6 comienza su trabajo y termina a las 13 (de lunes a viernes y los sábados hasta las 12). Su tarea consiste en barrer 18 cuadras predeterminadas de la ciudad. “Hace tiempo que dejé de trabajar en los camiones. Lo que hago ahora es más tranquilo porque la gente sale menos”, le contó a LG Deportiva.

Los riesgos que debe afrontar cada mañana desaparecen después del mediodía, cuando entra en acción el futbolista. Antes iba a entrenarse con el plantel de Sportivo. Ahora se prepara en su casa. “Nos dieron una rutina que se renueva todas las semanas. Por suerte tengo mucho espacio en mi casa y eso me permite realizar los ejercicios sin problemas”, explica. Si bien entiende que la suspensión de los torneos es necesaria y apoya las medidas dispuestas por el Gobierno, no deja de extrañar a la pelota. “Pertenezco a una familia futbolera”, resalta el hijo de Carlos Miguel “Bomba” Scimé. Recuerda que hace muchos años que compite en torneos oficiales. Tuvo un paso por San Martín y ahora está en Sportivo. “Hablo todos los días con mis compañeros. Es una forma de acompañarnos”, comenta Nahuel, uno de los tucumanos que todos los días deja atrás sus miedos, se pone el traje de héroe y sale a hacerle frente al virus para que los vecinos puedan minimizar los riesgos de contagio.

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