Por Guadalupe Norte
01 Abril 2020
1/ El regreso de los innombrables
Querido lector: sabemos que son tiempos difíciles. La cuarentena -en paralelo con la ansiedad, incertidumbre e introspección- nos lleva hacia páramos mentales desconocidos. Tierras fértiles para las dudas, la necesidad emocional y los frutos (por partes iguales) del boicot y autodescubrimiento. Por eso, tenemos dos peticiones que hacerte. Primero, seguí quedándote en casa. Segundo, por favor no le escribas a tu ex.
La sugerencia parece banal, casi superflua en relación con el contagio del covid-19, pero alude a una temática que empezó a tratarse en los consultorios (online) de psicólogos y de sexcoachs. “A medida que avanzan los días de aislamiento, y al tener tiempo para la reflexión ociosa, los vínculos son interpelados por nuevas emociones. Lo más común es que surja el recuerdo de personas del pasado, nos dotemos de cierta empatía y nos pique la curiosidad por saber cómo vivencia el resto la rutina”, explica el coach social Gabriel Boschetti.
Entonces enviamos “sin querer” una solicitud de amistad en Facebook o nuestro celular vibra con el chat de un número sepultado. “Recuperar tratos perdidos no es malo, el asunto radica en el motivo por el cual actuamos. Muchos de mis pacientes afirman que se sienten solos; hablan de un silencio constante en sus hogares o del hartazgo de pasar la cuarentena con su actual pareja”, comenta la especialista en sexualidad Maira Lencina.
Inconscientemente, la vía de distracción nos conduce al pasado, hacia una microaventura, texteo o llamada que nos devuelva la intensidad emocional. “Ante tanta desazón por el coronavirus, para algunos parece vigorizante. En el caso de las mujeres se enganchan con apelativos como 'que sintieron de vuelta cierta familiaridad', que 'conversaron de temas íntimos' y 'descubrieron una madurez antes ausente'”, amplia la sexcoach.
La sugerencia para estos fantasmas del corazón y del deseo resulta tajante. “Es tentador entrar en el juego de la ex pareja o el amante (más aún al vivir solos o ser solteros). Lo principal es fijar límites porque podemos descarriarnos y pasar al sexting, la añoranza compartida o la promesa de cervezas. Pensalo: ¿para qué abrir la puerta a una relación tóxica o poco productiva? Ya estuviste ahí, y te fuiste. Por otro lado, hay que pensar que, cuando el aislamiento obligatorio se acabe, vas a tener que lidiar con las consecuencias de tus actos”, agrega Boschetti.
El consejo también se sintetiza en “evitar tomar decisiones apresuradas y pasionales o trastocar nuestra vida romántica hasta que acabe la cuarentena.
2/ Limpiar la agenda de contactos
Mientras algunas personas le quitan polvo a su presencia en nuestro presente, hay otras que se van. Es así que los expertos hablan de una desintoxicación afectiva en plena cuarentena.
“Quienes vivencian su aislamiento en mediana armonía (dígase sin conflictos irresolubles o cuestiones afines a la violencia) han empezado una purga espiritual y afectiva. La propia necesidad de hablar y buscar un sostén en el otro hizo que eliminemos de nuestra agenda a gente con la que sólo manteníamos interacciones superfluas o eran apenas colegas de salidas”, comenta el terapeuta Gabriel Callejas.
El especialista grafica la tendencia con tres preguntas básicas que surgen en su diván virtual y se aplican por igual a amigos, compañeros de trabajo, familiares y parejas. ¿Extraño su contacto y presencia en mi vida? ¿Me preocupa su bienestar frente al coronavirus? ¿Qué siento (aprecio, enojo, rencor, deseo) cuando lo/la pienso?
El resultado de aquella catarsis implica renunciar a compañías negativas. Sumado a que aparecen algunas conversaciones que causan alegría. Por ejemplo, los zumbidos en WhatsApp de grupos de nuestra promoción escolar o algún “¿cómo estás?” que desencadena en varias horas de “ponerse al corriente”.
“La gente está bastante focalizada en remendar errores relacionales y proyectar metas postcuarentena. En cierto modo, la pandemia es vista como un quiebre para repensarnos como sujetos y en relación a el amor que supimos brindar”, reflexiona la sexóloga Constanza Escalante.
3/ Necesito contención, no tanto una cara bonita
Para la sexcoach Maira Lencina un cambio interesante a partir del coronavirus: el tirano reinado de “la facha está descascarándose. “La actualidad hace que las parejas que conviven o se encuentran separadas deban reforzar sus lazos. Esto habla de mayores instancias de diálogo, intimidad, sexo y confesiones. Habrá episodios difíciles y el apoyo mutuo se vuelve indispensable. De no gestionarlo, aparecerán las dudas”, pronostica.
Los agujeros negros de convivencia, las peleas absurdas y las contrariedades de carácter pueden sacar lo peor de nosotros al estar encerrados en pocos metros cuadrados.
“Acá se caen las idealizaciones e historias color de rosa. Hay amantes que me piden consultas urgentes porque la incomprensión los irrita y los mete en una lucha de ego y de victimización”, detalla la terapeuta sexual.
A veces, aquel ruido se convierte en especulaciones, y otras en aprendizaje. “De por sí la gente no sabe separar el amor del sexo. Debido a que el ruido externo se discipó, aparece la catarsis. Varias pacientes lamentan haberse dejado guiar por la apariencia física. Se sienten presas de sus deseos y tristes ante la falta de contención, escucha y cariño genuino”, argumenta Lencina.
4/ La mejor versión (sexy) de mí
Si Chuck Noland hubiera estado en cuarentena en nuestra época, él también habría recurrido a las apps de citas. “Esta es una situación nueva, las parejas y los singles están desconcertados y no saben qué hacer. Por eso, tuvimos un aluvión de consultas y de pedidos de cursos online sobre citas, seducción y sexo tántrico a distancia”, detalla el sexcoach Gabriel Marco.
Desde su academia “Seducción Social Club” hace más de 10 años que el “hombre de las citas y las conquistas” se dedica a impartir consejos prácticos para potenciar las relaciones sociales y sexuales de cientos de víctimas de Cupido. Según él, la clave estrella al abordar esta cuarentena es perfeccionarnos a nosotros mismos y emprender un camino de cambios.
“Un error común de mucha gente es pensar que no se puede hacer nada por la propia vida social, romántica y sexual en estos momentos de encierro. Aunque suene a lugar común, hay que verlo como una oportunidad de aprendizaje y autorealización”, indica.
La sugerencia es abastecernos de literatura, estímulos y videos de YouTube que nos orienten en el trayecto. “Digamos que la pregunta adecuada sería: ¿cómo querés salir respecto de tu vida sexual, social y romántica cuando esta situación se normalice? ¿Mejorado y listo para las pistas como un dandy o deprimido y angustiado?”, invita a plantearnos.
Por lo pronto, las certezas que involucran el abanico de “coronavirus y relaciones” es que las ansias de contacto son el primer remedio. Mensajes hots, previas con películas compartidas, videollamadas, meditación... El cúmulo de necesidades y recursos se aglutina. “Mientras haya amor, se sale adelante”, simplifica el coach Gabriel Boschetti.
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