"Carta al Rey": anticuada y lejana al gusto de los jóvenes

"Carta al Rey": anticuada y lejana al gusto de los jóvenes

Carta al Rey: anticuada y lejana al gusto de los jóvenes

Regular

Serie / por Netflix

¿Cómo hacer para crear un mundo medieval fantástico y atractivo después de “Game of Thrones”? Algunas series hicieron el intento con más o menos éxito durante los últimos tiempos: “The Witcher”, “Carnival Row”, “The last kingdom”, “Vikings” y “Outlander”, entre varias otras. “Carta al rey” está lejos de acercarse a la meta y se suma a la lista interminable de producciones fantásticas condenadas a pasar sin pena ni gloria.

Netflix viene apostando fuerte por este género, en especial porque apunta a consolidarse como el líder en contenido para adolescentes. “Carta al Rey” viene a sumarse en ese sentido. Y, si bien no es una superproducción, cuenta con Will Davies (“Como entrenar a tu dragón”) como productor ejecutivo y showrunner y tiene en su elenco nada menos que a Andy Serkis (el mítico Gollum de “El señor de los Anillos”) y su hija Rubi Serkis. Está disponible desde el 20 de marzo en la plataforma.

Basada en el libro del mismo de nombre de Tonke Dragt publicado 1962 (“The letter for the King” en su idioma original), cuenta la historia de Tiuri (Amir Wilson), joven aspirante a caballero que emprende un viaje con la misión de entregar una carta secreta al rey para evitar la guerra. En el camino se encuentra en el centro de una profecía mágica, que anuncia la llegada de un héroe que podrá derrotar al príncipe malvado y restaurar la paz. Es el camino del héroe de manual, sin muchas vueltas de tuerca.

Pero seamos justos, la serie tampoco es un desperdicio y tal vez encuentre algún fan entre los adolescentes, público al que está destinada. El problema de “Carta al rey” pasa por otro lado, más allá de que los actores demuestran algún talento pese a ser muy jóvenes y la puesta en escena de vestuario, música, escenografía y efectos visuales no carece de encanto, aunque -quedó dicho- no se trate de una superproducción. Entonces ¿por qué aburre? Porque luce vieja, pegada al texto original, escrito hace casi 60 años.

“Carta al rey” asoma como un cuento edulcorado y lineal, demasiado predecible e ignorante de las transformaciones que sufrió el género. Verla hoy sabe a poco. Los buenos son demasiado “buenos” y los malos demasiado “malos”. Salvo en la construcción de personajes secundarios, los protagonistas no tienen matices. Incluso cuando parece que se colarán algunos temas -como la homosexualidad- se esfuman tan rápido como llegaron. Igual que el humor, que no pasa de algún chiste ocasional.

La historia se resuelve en seis episodios de 40 minutos, aunque bien podrían ser la mitad. El único giro de la trama, incluso, entra en la modorra de previsibilidad de toda la propuesta. Lógico: la resolución llega sin ninguna tensión y, atención, sin necesidad de continuidad.

Pese a que la novela tiene una secuela titulada “El secreto del bosque salvaje”, material suficiente para una segunda temporada, las críticas no fueron favorables hasta ahora. Lo más probable es que termine como tantas otras, olvidada entre la avalancha de dragones, castillos y caballeros de otras propuestas más tentadoras.

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