Hace 50 años: 28 de marzo de 1970

SIN NOTICIAS DEL CÓNSUL

Al cumplirse el tercer día del secuestro del cónsul paraguayo Waldemar Sánchez se continuaba sin tener noticias sobre su paradero, mientras la angustia y la desesperación aumentaba ante la versión de que había sido ejecutado y arrojado al Riachuelo. El Gobierno nacional ratificó su posición de que la liberación de Carlos Dellanave, la cual piden los miembros del autodenominado “Frente Argentino de Liberación” , no la puede disponer por encontrarse a disposición de la Justicia penal. Otro de los sujetos que reclaman los secuestradores es Alejandro Baldú, quien -según versiones- habría muerto. Por la tarde, un comunicado telefónico de los secuestradores a órganos periodísticos consignó que el cónsul seguía vivo por razones de humanidad, aunque también se duda de que el llamado fuese auténtico.

VIERNES SANTO EN ROMA

El Papa Paulo VI, que no ostentaba joyas ni su anillo papal, se postró ayer descalzo ante la cruz, en el rito de Viernes Santo. El Pontífice, de 72 años, participó en la ceremonia de la basílica de Santa María la Mayor, varias horas antes de encabezar el Vía Crucis en el Coliseo. Miles de peregrinos llenaron la Basílica para acompañar al Santo Padre, quien caminó hasta su lugar y no bendijo a la multitud, de acuerdo con la tradición fúnebre del Viernes Santo. La liturgia fue dirigida por el cardenal Confalonieri. El sermón fue pronunciado por el padre Ilarino, quien exhortó a realizar sacrificios personales para combatir la oposición que el mundo del poder, de la cultura laica y del consumo conducen contra el mensaje evangélico.

FATAL ATENTADO EN BUENOS AIRES

Continua grave una joven doméstica como consecuencia de un atentado terrorista. Dora Uñate, de 20 años y Olga Coria, de 23, sufrieron serias heridas al ser aplastadas por una pared interna del edificio de Julián Álvarez 2481. La pared, al igual que numerosos destrozos, fueron el epílogo de una bomba que estalló en el departamento “A” del séptimo piso, donde la joven Uñate perdió la vida casi en el acto. Manos anónimas depositaron el poderoso artefacto y, al parecer, se trataba de una represalia de elementos de un grupo nacionalista autodenominado “Comando de Represión” por el secuestro del cónsul paraguayo Waldemar Sánchez, ya que esa vivienda era habitada hasta hace poco por Jacobo Tieffemberg, militante activo de la Federación Universitaria Argentina (FUA), de orientación procomunista.