Más videojuegos para los chicos en el ‘‘fuerte de guerra’’

Lo que pasa en la casa de Mariana Casadey es más o menos así. ‘‘Tomy’’, de cinco años, y Andrés, de nueve, como suele decirse, ‘‘le dan vuelta la casa’’ a la campeona vigente de mountain bike XC Elite. ‘‘Me usan los almohadones, los adornos y utensilios de cocina. Tienen mucha imaginación y cualquier cosa sirve para convertir la casa en un fuerte de guerra’’, detalló la biker.

Ni su marido Sebastián, ni ella, los frenan. La pandemia ha puesto a todos en lugares impensados y, para la mayoría, muy dificultosos. Por eso es que, dentro de lo prudencial, los pequeños tienen más libertades que las habituales. ‘‘Somos más flexibles en el tiempo permitido para los videojuegos. Ellos no tienen celulares y poder jugar en red los mantiene conectados con sus primos y amigos’’, cuenta una de las medidas. ‘‘También flexibilicé los espacios y los materiales que pueden usar para jugar’’. Esa es la segunda excepción en el decreto de necesidad y urgencia familiar.

También ella tuvo que adaptarse, pero muy a gusto, al funcionamiento que demanda la realidad. ‘‘Estamos en modo equipo’’, señaló Casadey. Acostumbrada al individualismo del mountain bike, si tuviese que formar un equipo ella eligiría a los tres jugadores que hay en casa, más Dini, la gata que adoptaron. ‘‘Todos colaboramos con las tareas de la casa. El tiempo se reparte entre limpieza, cocina, estudio, Netflix, juegos y gimnasia. Buscamos mantenernos ocupados’’, comentó.

Como los gobiernos y los especialistas, Casadey tiene fe en que todas las medidas tengan como resultado el retorno a las actividades. ‘‘Trato de mantener la calma sin entrar en psicosis y rezo para que pronto aparezca la cura. Este virus no sólo nos quitó nuestra prioritaria salud, también nuestros proyectos a corto plazo -analizó la situación-. Eso sí, a los bikers nunca nos quitará las esperanzas de disfrutar de nuestros cerros tucumanos a bordo de las bicicletas’’.