“Por primera vez el Estado promueve la igualdad de género”

“Por primera vez el Estado promueve la igualdad de género”

Laurana Malacalza, del Ministerio de las Mujeres, anticipa una nueva agenda.

FEMINISTA. Laurana Malacalza, subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género.  FEMINISTA. Laurana Malacalza, subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género.

Laurana Malacalza (Ramallo, Provincia de Buenos Aires, 1971) afronta el desafío más difícil de su carrera: el abordaje integral de las violencias por razones de género. El 8 de enero se hizo cargo de la subsecretaría nacional que lleva ese nombre e integra el flamante Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; ahora, dos meses después, ya trabaja en el diseño del Plan Nacional contra las Violencias de Género, que ella y las demás autoridades de la cartera esperan presentar a mitad de año.

En una charla amena, con buen humor y también seriedad, Malacalza dice estar a la vez contenta y preocupada: contenta por los primeros pasos que ha dado el Ministerio, y preocupada por la gravedad que ha adquirido la violencia contra las mujeres en la Argentina. “Para reducir los femicidios -observa- tenemos que construir una mayor igualdad entre los géneros, un mundo donde no se consoliden las relaciones de poder que se manifiestan cuando un varón asesina a una mujer”.

-¿Qué tan crítico es el problema de la violencia de género en la Argentina? ¿Cuáles son las metas de este nuevo ministerio?

-Desde hace mucho tiempo estamos muy preocupados por el altísimo número de denuncias por violencia de género, por el impacto que esas denuncias han generado en la Justicia y por el altísimo número de femicidios. Pero también entendemos que nosotros, como Estado, ahora tenemos la responsabilidad de darle una respuesta a esta situación. Y ese es un trabajo que vamos a hacer en términos políticos, culturales y educativos. Y también en términos de salud pública y de seguridad, porque la respuesta debe ser acorde a la complejidad del problema. Nos debe permitir responder como Estado a la situaciones de violencia cuando se denuncian, pero también antes de que se denuncien.

-¿Cuáles cree que son las causas de la violencia de género? ¿Por qué se cometen tantos femicidios?

-Sin duda, la enorme desigualdad de poder que existe entre los géneros y los altísimos niveles de crueldad que aparecen en la sociedad. Es cierto que las violencias de género se han sumado a una enorme cantidad de violencias sociales, pero la raíz fundamental de los femicidios tiene que ver con las relaciones de dominación que aparecen desde los varones hacia las mujeres, niñas y adolescentes, y con un modo de construir la masculinidad centrado en esas instancias de dominación como una manera de ser varón en el mundo.

-El 8 de marzo del año pasado usted dijo en otra entrevista que el feminismo es hoy el único actor político revolucionario. ¿Podría elaborar mejor este concepto?

-Qué declaración en ese momento, ¿no? Yo creo que el feminismo es el único movimiento social que ha puesto en jaque al sistema capitalista como modo de organización social. Ha puesto en tensión y en discusión al patriarcado, que es un sistema de dominación entre los géneros que se ha profundizado con el desarrollo capitalista. También pienso que el feminismo, que los feminismos, diría yo, han podido cuestionar el endeudamiento económico, el sistema productivo y el lugar que las mujeres ocupamos en nuestras vidas privadas. Me parece que esa agenda la ha puesto el feminismo. Yo formo parte del movimiento feminista y estoy convencida de que es el único que ha jaqueado al sistema capitalista y al patriarcado desde sus bases.

-¿A qué se refiere con que el desarrollo capitalista ha profundizado el sistema de dominación entre los géneros? Hay evidencia en contra: las economías avanzadas encabezan los indicadores relacionados con la participación laboral de la mujer y sus derechos legales.

-Me refiero al capitalismo en sus rasgos más neoliberales, en los que ha exhibido en América Latina en las últimas décadas. En ese sentido hablo de desarrollo capitalista, en el de un capitalismo con un Estado muy debilitado. Creo que el neoliberalismo ha aumentado los niveles de violencia en general, que a su vez se conjugan con las violencias de género para hacer que sean cada vez más crueles. Quiero decir que en los países europeos donde hay menores niveles de violencia contra las mujeres, también hay un Estado mucho más presente a la hora de definir políticas públicas.

-¿A ese Estado presente le apunta el Ministerio de las Mujeres?

-Sí. Yo creo que este es el momento histórico para darle al Estado un mayor protagonismo en la definición de estas políticas, para jerarquizarlas en la agenda estatal. Este ministerio es una conjunción muy importante de dos circunstancias: una, la existencia de un fuerte movimiento feminista en la Argentina que reclama mayores asignaciones presupuestarias y políticas públicas integrales; la otra, una decisión política del presidente (Alberto Fernández) y la vicepresidenta (Cristina Kirchner). Y esta confluencia hace que por primera vez el Estado trabaje no solo en términos de violencias por razones de género, sino también para promover la igualdad de género y las políticas que requieren la diversidad sexual y las identidades de género.

-¿Existe alguna experiencia extranjera exitosa de la que puedan obtener lecciones para su trabajo?

-Lo que pasa es que son realidades muy distintas. Yo podría hablar del País Vasco, por ejemplo. En esa región de España el año pasado no hubo ningún femicidio, y en España en general los números de femicidios son mucho menores que en la Argentina. Pero México, por ejemplo, nos triplica. En América Latina Asesinan a 10 mujeres por día. Ese número es muy grande y tiene que ver con las desigualdades económicas y sociales, con los altísimos niveles de violencia social que ocurren en la región. Por supuesto que podemos considerar otros modelos, ver qué experiencias han desarrollado los países europeos y latinoamericanos; pero yo creo que la respuesta es nacional y debe tener en cuenta las distintas regiones. No podemos diseñar un plan contra las violencias de género sin tener en cuenta las particularidades regionales.

-Una preocupación que ha surgido entre quienes no forman parte del movimiento feminista es la posibilidad de que se radicalice. Algunos ven alarmados, por ejemplo, las dificultades que ha tenido Woody Allen para publicar su autobiografía, o que en las denuncias de #MeToo acusación y condena ocurran en un mismo acto…

-A mí no me preocupa porque creo que el feminismo conjuga diversas expresiones. Hay muchos feminismos en Argentina: hay sectores más radicalizados, pero también hay otros de centroizquierda y de izquierda popular. Y además están los que se mantienen dentro de los partidos tradicionales de nuestro país. Cada uno de estos sectores ha ampliado la agenda y les ha planteado nuevos desafíos a la sociedad y el Estado. Pienso que tenemos un movimiento feminista activo y diverso, que amplía la agenda democrática y no tiene por qué dejar de ser parte de la democracia a medida que eso ocurre.

-¿Pero no existe la posibilidad de que el feminismo, por ser, como usted dice, revolucionario, se torne violento? Muchos movimientos revolucionarios les han quitado toda legitimidad a quienes no comparten su visión del mundo…

-Lo revolucionario no siempre implica el uso de la violencia. Revolucionario significa que pone en jaque las estructuras dominantes de un sistema, y el feminismo lo ha hecho con relación al capitalismo y el sistema patriarcal. Me parece que esos son actos revolucionarios en cuanto a que modifican las estructuras que sostienen el orden, pero no encuentro por qué asociar lo revolucionario con lo violento.

Foro Federal Participativo

La cuarta reunión regional terminó anteayer

Con el objetivo de darle al Plan Nacional contra las Violencias de Género un enfoque federal, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, ya ha organizado cuatro foros regionales (habrá otros cuatro). El cuarto ocurrió esta semana en la Universidad Nacional de Salta, adonde asistieron delegaciones tucumanas. “Podríamos haber elaborado el plan desde la Ciudad de Buenos Aires -explica Malacalza-, pero nos pareció muy importante darles un espacio de participación a las organizaciones sociales y feministas de todo el país y a los Gobiernos provinciales y municipales”.

La subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias transmite además su entusiasmo con estos foros y con el Consejo Federal del ministerio: “servirán para generar vínculos y relevar las condiciones particulares que adquieren las violencias de género en cada lugar”.

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