Valdez confesó que mató a Valentín y creen que lo hizo como una estrategia

Valdez confesó que mató a Valentín y creen que lo hizo como una estrategia

“Pido perdón”, manifestó el imputado.

EN PlENA AUDIENCIA. El imputado Franco “Tuerto” Valdez, con la mirada hacia abajo y frente al Tribunal, confesó: “yo soy el culpable”. la gaceta / fotos de analia jaramillo EN PlENA AUDIENCIA. El imputado Franco “Tuerto” Valdez, con la mirada hacia abajo y frente al Tribunal, confesó: “yo soy el culpable”. la gaceta / fotos de analia jaramillo

“Disculpe, ¿me permite la palabra?”, irrumpió Facundo “El Tuero” Valdez en medio de la audiencia. El acusado del crimen de Valentín Villegas esperó que uno de los testigos del juicio oral sea desocupado para poder dirigirse al presidente de la Sala I, Pedro Roldán Vázquez. Ya estaba parado entre su silla y la mesa, a lado de su defensora Mónica González Escobedo. En esos instantes, el imputado recibió todas las miradas y el silencio cubrió el salón. “Quiero pedir perdón a la familia (Villegas) por lo que he hecho, aunque sé que no me van a perdonar. Yo soy el culpable”, manifestó el joven, con la mirada hacia abajo y los brazos atrás. Luego, se sentó y mantuvo la cabeza gacha un rato más.

Esos segundos de confesión de Valdez quedaron registrados en las actas de la audiencia de ayer, como declaración espontánea pedida por el propio acusado del homicidio del adolescente, de 15 años. A la vez, las palabras del enjuiciado desencadenaron entre los parientes de la víctima desconsuelo y llantos de dolor. Entre ellos, Santiago Villegas, padre del menor asesinado.

En la audiencia del martes último, Valdez había declarado que no recordaba haber “matado a un chico” el 21 de octubre de 2018. Ese día, Valentín recibió una puntazo, al forcejear con un motochorro que había intentado robar el celular a su amiga, en Yerba Buena.

La exposición anterior

Según su relato, había estado drogado esa tarde, tras haber consumido pastillas “Alprazolam” en su casa. “Llegó mi hermana Alejandra y me mandó a que parchara la rueda de la moto Honda Wave, ya que tenía que ir a trabajar. Yo no quería salir porque estaba mal”, enfatizó ante la consulta de las partes. De todas formas, había salido y se había dirigido hacia la casa de un amigo, Juan Gabriel Lucas, a quien llamaba “Chalau” (ver nota aparte), de acuerdo a la descripción.

Valdez ubicó a su conocido después para “empeñar” un celular y así conseguir dinero que le permitiera pagar la reparación del rodado. “Le pedí que me acompañara a la gomería porque tenía problemas con gente cerca de ahí”, señaló, con referencia a un ataque con arma de fuego que había sufrido. En la sala, relató que ambos habían empujado el motovehículo hasta el local, porque “la rueda de atrás estaba pinchada”.

Bajo esa línea de descripción, el imputado manifestó el martes que, luego de arreglar el motovehículo, se dirigió solo hasta su hogar. “Llegué a mi casa y guardé la moto. Después, ya no me acuerdo”, expresó.

“Al otro día, me enteré que me acusaban de haber matado a un chico y que me querían pegar, matar. Mi hermana me preguntó qué había hecho. Había visto una foto en Facebook que decía que había muerto un chico. Luego, fui a la casa de mi abuela en moto, donde me quedé a dormir”, añadió en la jornada anterior.

¿Arrepentimiento o cambio de estrategia procesal ante el avance del juicio? Luego de la confesión, los familiares del enjuiciado se retiraron de manera discreta del edificio judicial, ubicado en calle España al 400, en la capital. “Fue como se vio: espontáneo”, explicaron desde el entorno sobre la declaración del imputado.

“Lo tomo con mucha sorpresa. Ayer (por el martes), declaró con mucha frialdad y no se hacía cargo de nada. De todas formas, tengo mis dudas respecto de que si se trata de una estrategia defensiva para que le tengan cierta consideración en el momento de la sentencia. Que Dios me perdone, pero no confío en arrepentimientos tan tardíos”, apuntó el representante de la querella, Álvaro Zelarayán.

El letrado adelantó que hoy, durante su alegato, solicitará la pena máxima por homicidio crimins causae (conexión entre el asesinato y otro delito). “Aquí, hay criminis causae y la única condena posible es la perpetua”, añadió.

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