Tucumán cumple un decenio sin lograr las metas que se propuso

Tucumán cumple un decenio sin lograr las metas que se propuso

En febrero de 2010, el Gobierno proyectó para 2020 índices sociales que no se concretaron.

LA COSTANERA. El barrio es uno de los más afectados por la pobreza en el Gran San Miguel de Tucumán.  LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ LA COSTANERA. El barrio es uno de los más afectados por la pobreza en el Gran San Miguel de Tucumán. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

¿Quién no se ha preguntado alguna vez qué será de su vida dentro de 10 años? Proyectar es parte de la naturaleza humana. Esta acción, que espera ser realizable, también es crucial para cualquier gestión gubernamental. En Tucumán, la provincia que los funcionarios del decenio pasado se imaginaron para 2020 dista de haberse hecho realidad. Y en gran cuantía.

Corría febrero de 2010. La población mundial aún no había alcanzado los 7.000 millones. Argentina contaba cerca de 40 millones de habitantes y en Tucumán la población no llegaba a 1,5 millón. Cristina Fernández de Kirchner ejercía su primer mandato presidencial y José Alperovich gobernaba la provincia por segundo período consecutivo. Nada hoy es como era hace 10 años.

En ese contexto, hace más de 3.650 días, el Gobierno tucumano presentaba por segunda vez los Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo (LED). El trabajo interministerial de 2010, a cargo de la Secretaría de Gestión Pública y Planeamiento, planteaba las metas intermedias (para 2016) y finales (para el actual 2020) que se proponía para el futuro de Tucumán.

Hoy, cuando ese futuro ya es el presente, la realidad interpela. No sólo los objetivos no se cumplieron, sino que los números de 2020 arrojan un panorama aún más desolador que los del pasado que se proponía mejorar.

“A lo largo de tres años, hemos trabajado en el diseño de las metas fundamentales que los tucumanos avizoramos como posibles y convenientes para nuestro futuro. Ellas pretenden servir de guía para la elaboración de políticas públicas. Es el Tucumán que deseamos de cara al Bicentenario”, sostenía el prólogo escrito por Julio Saguir, titular -entonces y hoy- del área de Planeamiento.

Los números de la década

El documento de 2010 analiza la situación de aquel entonces y proyecta la deseada para 2020 en múltiples índices socioeconómicos. Se han elegido a cinco de ellos para comparar su evolución a lo largo del último decenio: pobreza, indigencia, acceso al agua potable, desempleo y trabajo no registrado.

Los LED han sido actualizados en 2014 (en miras a 2020) y en 2018 (ya con horizonte a 2030). Los datos contenidos en ellos reflejan los números que ha manejado de forma oficial la Administración provincial. Con ellos se hicieron políticas públicas, se elaboraron proyectos y se presentó a Tucumán ante el resto del mundo.

Mejoras, contrastes, correcciones y buenos augurios caracterizan a la serie de informes. En coincidencia con la situación nacional, muchas de las mediciones estadísticas han sufrido cambios según la gestión presidencial de turno.

Tucumán cumple un decenio sin lograr las metas que se propuso

De entre todos, quizás el más llamativo sea el índice de la indigencia. Inferior al 5% en 2010 (según los datos de la Provincia), se anhelaba que fuera del 0% para 2020. En 2014, se calculó en 0,6% y se repitió la meta de erradicarla para este año. Hoy, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) es superior al 6% en el Gran Tucumán-Tafí Viejo.

¿Qué ocurrió en el medio? Entre 2010 y 2020, han gobernado el país Cristina Fernández (por seis años), Mauricio Macri (durante cuatro) y Alberto Fernández (por nueve semanas). En Tucumán, el decenio se ha dividido en dos entre las gestiones de Alperovich y de Juan Manzur.

A lo largo de esos 10 años, la situación de las estadísticas nacionales ha sido epicentro de numerosas críticas. A partir de ellas, se proyectó para el Tucumán de 2020 una indigencia nula, el acceso universal al agua potable, un desempleo menor al 5% y un índice de empleo no registrado cercano al 30%.

Hoy se calcula que el acceso al agua corriente apta para el consumo se ubica en torno del 93%, que el desempleo supera el 11% y que el trabajo “en negro” afecta a uno de cada dos trabajadores. De hecho, en 2019 Tucumán se ubicó en el podio de las provincias que peores indicadores ha ofrecido en ese último aspecto.

Tucumán cumple un decenio sin lograr las metas que se propuso

¿Y para 2030? En 2018, en coincidencia con la adhesión a los Objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas (ODS), Tucumán se ha planteado nuevas metas para un nuevo futuro. Los números de base son distintos a los del pasado y los objetivos, más cautos.

La pobreza debería reducirse a la mitad (la formulación de los ODS así lo indica), por lo que debería ubicarse en torno al 12% si se toma la base del 24% de 2018, que fue publicada en los LED de ese año. El acceso al agua potable debería llegar al 97% (se había aseverado que en 2014 era del 98%), se estima un desempleo menor al 5% y que el trabajo no registrado sea menor al 30%.

La situación de la pobreza

Para el análisis de la pobreza -al igual que el de la indigencia- las mediciones utilizadas son según el nivel de ingresos. Esto quiere decir que son consideradas pobres aquellas personas que no cuenten con el dinero suficiente para cubrir el valor monetario de la canasta básica de bienes.

El instituto de estadísticas nacionales estuvo intervenido entre 2007 y 2015. Durante esos años, la subestimación de la inflación impactó en la medición de la pobreza por el cálculo de esa canasta. A partir de 2013, los datos oficiales dejaron de ser publicados.

Los últimos datos del Indec (del primer semestre de 2019 y por la Encuesta Permanente de Hogares) arrojan que el 40,4% de la población del principal aglomerado urbano de Tucumán vive bajo la línea de pobreza. En febrero de 2010, hace exactamente 10 años, se deseaba que para este presente fuera del 17%. Aún más ambiciosas resultaban las metas de 2014: menos del 5% de la población tucumana debía ser pobre en 2020.

Según el informe de los LED de 2010, la pobreza en mayo de 2003 (cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner) alcanzaba al 61,2% de la población tucumana. En diciembre de 2006, era del 38%. Hacia 2008, luego de la intervención del Indec, el indicador se ubicaba en 18,7% -hubo una reducción de casi 20 puntos porcentuales en dos años-. Entre esos números, llama la atención una suerte de gaffe. La meta para 2016 era reducir la pobreza al 20%, cuando, de acuerdo con los datos ofrecidos, ese número ya había sido alcanzado (se informa por separado).

A nivel nacional, el último promedio del Indec (primer semestre de 2019) arroja una pobreza del 35,3% entre las principales ciudades del país. Hoy, por primera vez a lo largo de los registros oficiales de la década, hay más pobres en el Gran Tucumán (40,4%) que en la media del NOA (39,9%).

La nueva meta de la Provincia es reducir a la mitad el índice de pobreza, que es mayor que cuando se trazó el objetivo en 2018. Sólo el porvenir dirá si los objetivos -o sus actualizaciones- se han cumplido.

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