07 Febrero 2020
¡HASTA SIEMPRE! Como Espartaco, Douglas dice adiós desde la pantalla.
Se fue cuatro días antes de la entrega del Oscar, la estatuilla que no llegó a sus manos a pesar del mérito de haber actuado en más de 100 películas. Recién en 1996 le dieron el Oscar honorífico, por “medio siglo como fuerza moral y creativa en la comunidad cinematográfica”.
Al morir, el miércoles, a los 103 años, Kirk Douglas le recordó al mundo que no era inmortal, y que hasta una leyenda del cine necesita descansar.
Es difícil imaginar hoy en día qué significaba antes de la mitad del siglo XX la magia dorada del cine y de las estrellas de Hollywood en el imaginario colectivo, en un mundo sin televisión, sin internet, etcétera, cuando el consumo cultural mayoritario se daba sólo a través de la radio y de la pantalla grande.
Algunas de aquellas estrellas rutilantes eran Olivia de Havilland, Marsha Hunt, Rhonda Fleming y Norman Lloyd, íconos del Hollywood de los 40 que partieron poco antes que Kirk Douglas, el último representante de su generación.
Mal carácter
El abuelo bueno, que en las últimas dos décadas solo aparecía en fotografías rodeado de su familia, había sido un hombre egocéntrico, vanidoso, pendenciero y que se jactaba de su independencia de criterios.
También se lo reconocía por su espíritu de superación, que le permitió sobrevivir a un accidente de helicóptero, a un infarto y, lo más difícil, a la pérdida de su hijo Eric. Participó activamente en campañas por diversas causas; por ejemplo, para dar fin a la caza de brujas en Hollywood. Nacido el 9 de diciembre de 1916 como Issur Danielovitch Demsky, hijo de inmigrantes judíos, encarnó un sinfín de personajes legendarios como Espartaco, el coronel Dax y el mítico Van Gogh.
El esquivo Oscar
Fue nominado tres veces al Oscar a mejor actor. Comenzó su carrera en el cine en 1946 con “El extraño amor de Martha Ivers”. Su último trabajo, el telefilme “Los asesinatos del Empire State”, se estrenó en 2008.
Su primera nominación al Oscar fue por “El ídolo de barro”. Un año más tarde, Douglas le dio vida al músico de jazz Rick Martin en “El trompetista”. En 1951, en “El gran carnaval”, fue un periodista. Luego interpretó al detective James McLeod en “Brigada 21”. Con “Cautivos del mal” (1952) consiguió su segunda nominación al Oscar. Fue Ned Land en “20.000 leguas de viaje submarino”. En 1956 logró su tercera nominación al Oscar en la piel de Van Gogh en “El loco del pelo rojo”, un papel que, según confesó, se apoderó de él.
Stanley Kubrick eligió a Douglas para protagonizar “Senderos de gloria”. Uno de sus papeles icónicos fue “Espartaco” (1960). Pero para el actor, su mejor trabajo era el de “Los valientes andan solos”, donde era el cowboy John W. Burns.
“Permítanme terminar con las palabras que le dije en su último cumpleaños y que para siempre serán ciertas. Papá, te quiero mucho y estoy orgulloso de ser tu hijo”. De este modo Michael Douglas se despidió en las redes sociales de su padre. Y él le dijo una vez: “Hagas lo que hagas en la vida, hazlo lo mejor que puedas. Hazlo con el máximo compromiso y, si no lo logras, a otra cosa. Pero siempre lo habrás abandonado con el claro convencimiento de que lo intentaste hasta el final”.
10 películas de 100
- “El ídolo de barro” (dirección de Mark Robson, 1949).
- “Cadenas de roca” (Billy Wilder, 1951).
- “Cautivos del mal” (Vincent Minelli, 1952).
- “20.000 leguas de viaje submarino” (Richard Fleischer, 1952).
- “El loco del pelo rojo” (Minnelli, 1956).
- “La patrulla infernal” (Stanley Kubrick, 1957).
- “Duelo de titanes” (John Sturges; con Burt Lancaster, 1957).
- “Los vikingos” (Richard Fleischer, 1958).
- “Espartaco” (Kubrick, 1960).
- “El día de los tramposos” (Joseph L. Mankiewicz, 1970).
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