Computación del futuro: sin metal ni cables

Computación del futuro: sin metal ni cables

Científicos de Estados Unidos crean una plataforma destinada a la computación, totalmente óptica.

DISPOSITIVO. El proyecto utiliza un material llamado hidrogel. DISPOSITIVO. El proyecto utiliza un material llamado hidrogel.
07 Febrero 2020

La revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) da cuenta de que un equipo de ingenieros estadounidenses desarrolló una nueva plataforma que podría cambiar la manera en que se concibe a futuro las innovaciones tecnológicas, informa la agencia de noticias DPA.

La novedad implica la creación de una plataforma de computación totalmente óptica. Es decir, capaz de realizar todos los procesos a través de haces de luz. ¿Cómo funciona? La propuesta utiliza materiales conocidos como “no lineales” ya que cambian su índice de refracción en respuesta a la luz que reciban. Cuando esta brilla, la trayectoria del haz aumenta y, como respuesta, se produce una guía de ondas propias.

“En este momento, la computación utiliza materiales como cables de metal, semiconductores y fotodiodos para acoplar la electrónica. Nuestra idea es eliminar esos componentes rígidos y controlar la luz con más luz”, detalló Amos Meeks coautor principal de la investigación.

Además, en relación con los productos que circulan en el mercado, este método minimizaría los costos de fabricación ya que no se necesitan láseres de alta potencia o una gran inversión en su reemplazo. Como ejemplo, el graduado del área de Ingeniería de la Universidad de Harvard resaltó la posibilidad de crear robots completamente blandos y sin circuitos, capaces de ser impulsados mediante los rayos del sol.

Sobre el nuevo material
Para concretar el proyecto, el grupo de investigadores desarrolló un nuevo material capaz de reemplazar los metales.

Su base utiliza la hinchazón reversible y la contracción de un compuesto químico. Conocido como hidrogel, este elemento está formado por una red de polímeros que se hincha en presencia del agua y una pequeña cantidad de espiropirano (moléculas sensibles a la luz). En el momento en que la luz brilla a través del gel, el área afectada -en donde está concentrado el polímero- cambia y se refracta para volver a su estado original con el tiempo.

“Cuando se iluminan múltiples haces a través del material, interactúan y se afectan entre sí. Incluso la técnica se aplica a grandes distancias. A largo plazo, podemos imaginar operaciones informáticas utilizando esta capacidad de respuesta inteligente”, explicó Kalaichelvi Saravanamuttu, profesor asociado de Química y Biología Química en la Universidad de McMaster (Canadá).

“La ciencia de los materiales está cambiando. Los que son autorregulados y adaptativos -capaces de cambiar optimizar sus propiedades en respuesta del entorno- van a erradicar por complejo a los materiales análogos y estáticos. La revolución tecnológica le dirá adiós a aquellas herramientas energéticamente ineficientes”, agregó Joanna Aizenberg, profesora de la cátedra Ciencia de materiales de la universidad de Harvard.

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