Puntos clave en la historia del hombre que fingió su muerte

Puntos clave en la historia del hombre que fingió su muerte

Se tramita la extradición desde Salta.

LA CONDENA EN 2003. Carlos Marcovich se retiró acompañado por dos policías luego del juicio, y no quiso hablar con la prensa cuando fue la sentencia LA CONDENA EN 2003. Carlos Marcovich se retiró acompañado por dos policías luego del juicio, y no quiso hablar con la prensa cuando fue la sentencia
25 Enero 2020

Carlos Marcovich continúa en Salta. Ignacio López Bustos, a cargo de la fiscalía de Feria, confirmó que desde la fiscalía ya enviaron los papeles necesarios para su extradición, y estima que el homicida llegaría el lunes a la provincia.

Marcovich, que había sido condenado a cadena perpetua por el asesinato de un linyera para fingir su propia muerte, se encontraba prófugo desde el año 2017.

El juez Pedro Roldán Vázquez es el encargado del caso, ya que se encuentra de Feria, y fue uno de los jueces, junto a Julio Espíndola Aráoz y Carlos Norri, que dictaron la sentencia por “Homicidio agravado por ensañamiento y alevosía”.

Problemas económicos

Ahogado por las deudas, Marcovich asesinó el 26 de abril de 2000 a Juan Carlos Carrizo para fingir su propia muerte, y así cobrar un seguro de vida por $ 18.000 que contrató tiempo antes de cometer el crimen.

En principio, Marcovich ganaba su vida como taxista, lo que le sirvió para poder ingresar al Siprosa (Sistema Provincial de Salud) como chofer de ambulancia. Tiempo después, entró a trabajar en una empresa de medicina prepaga. En los dos trabajos ganaba una cifra que rondaba los $ 500.

VÍCTIMA. El linyera Juan Carlos Carrizo, cuyo cuerpo semicalcinado fue hallado en el auto de Marcovich.  la gaceta / fotos de archivo VÍCTIMA. El linyera Juan Carlos Carrizo, cuyo cuerpo semicalcinado fue hallado en el auto de Marcovich. la gaceta / fotos de archivo

Marta Martín, gerenta de la empresa privada en la que trabajaba Marcovich, confirmó que él se presentó en su oficina para arreglar su retiro de la firma, por la que solicitó entre $ 6.000 y $ 8.000 en concepto de indemnización. Ante los jueces, la mujer declaró que se reunió en dos ocasiones con él. Fue en la primera oportunidad, en febrero de 2000, dos meses antes de que cometiese el homicidio, cuando él le pidió esa suma de dinero, explicándole que se iba a Buenos Aires con uno de sus hijos y su madre. La gerenta rechazó la propuesta.

También un informe del Banco de Tucumán demostró que, una semana antes del asesinato, Marcovich había sacado un préstamo de $ 3.000.

“La gente que yo le tenía que pagar me pidió que le firme los recibos de sueldo y que guarde plata”, explicó al respecto de sus problemas económicos.

Testimonio de conocidos

Ramona Rosa Cortez, su esposa, trató de ayudarlo en el juicio, y contó que sabía de sus infidelidades. “Teníamos una buena relación matrimonial; yo me había enterado de que había otra mujer, pero él me había dicho que no era tan serio y que seguro no iba a durar mucho”, dijo la mujer. Y añadió que “algunas noches no volvía, pero nunca más de dos”.

LA ESPOSA. Rosa Cortez apoyó a Marcovich durante el juicio. LA ESPOSA. Rosa Cortez apoyó a Marcovich durante el juicio.

Ella marcó una contradicción con lo que él había dicho, al afirmar que el día antes del crimen su marido durmió hasta que salió a trabajar, mientras que Marcovich había dicho fueron juntos a un supermercado.

El grupo de mendigos

Fernando “Poca Soda” Jiménez fue uno de los testigos clave del juicio. Lo primero que hizo fue aclarar que no era un linyera, como dijeron los vecinos, sino un taxista de 68 años que frecuentaba a los indigentes y que conocía muy bien a Carrizo.

TESTIGO CLAVE. El taxista “Poca soda” Jiménez, conocía a los linyeras, y fue clave en la causa. TESTIGO CLAVE. El taxista “Poca soda” Jiménez, conocía a los linyeras, y fue clave en la causa.

El hombre contó detalles de la vida cotidiana del grupo de mendigos que se juntaba en la esquina de La Ciudadela, y algunas particularidades de la víctima del homicidio.

A su vez, vecinos de la zona de Ciudadela, lugar donde vivía Marcovich, contaron que él y la víctima se conocían entre sí, y que habían compartido varios partidos de fútbol.

María Claudia Vargas, esposa de un primo de Carrizo, que vivía a una cuadra y media de la casa donde residía el condenado en ese momento, indicó que “seguro se conocían, si él (por la víctima) pasaba por su casa cuando iba a visitarnos”. Y agregó que era imposible que no lo conociera, ya que Carrizo los visitaba cada 15 días.

Dos fugas

En el año 2004 se fugó por primera vez, cuando no se presentó en Tribunales para ser encarcelado, tras haber sido condenado.

En 2005 se descubrió que vivía en casa de sus padres, y trabajaba como remisero. Vecinosaseguraron a LA GACETA que él estaba viviendo en ese momento en esa casa, en una pieza del fondo. “Es un vecino normal que no molesta a nadie y que lleva una vida sumamente tranquila”, dijo una vecina en aquel entonces. Los vecinos no sabían que él era un prófugo, pero dijeron que sí conocían el delito que había cometido.

EN EL JUICIO. Viviana Abraham, pareja de Marcovich, era la dueña del auto que se usó para el crimen EN EL JUICIO. Viviana Abraham, pareja de Marcovich, era la dueña del auto que se usó para el crimen

Pero, al llegar los policías al lugar, se vieron burlados por Marcovich, que se escapó inmediatamente. Guillermo Sokolic, defensor de Marcovich en el juicio, había declarado ese año que sí le había comunicado a su cliente que debía presentarse para cumplir con la sentencia. “A partir de entonces, nunca más volví a tener contacto con él”, aseveró en aquel entonces, y reconoció que el prófugo debería haber esperado la resolución tras las rejas.

Cuatro años después, la Policía recibió información de que estaba trabajando en Neuquén. El dato crucial lo dio la Anses: estaba trabajando en una chacra ubicada en la localidad de El Chañar, a 70 kilómetros de la capital neuquina. En esa provincia convivía con una mujer oriunda de Capital Federal.

Sin resistirse a los uniformados, fue capturado y trasladado a Tucumán. Ya en la provincia, volvió a ser encerrado en el penal de Villa Urquiza.

Tiempo después, le concedieron el arresto domiciliario por una enfermedad que no podía ser tratada dentro de la cárcel. Eligió ir a vivir en la casa, ubicada en la Banda del Río Salí, de una nueva pareja.

En 2017 tuvo lugar la segunda fuga. En este caso, se dio luego de haber sido acusado de abusar sexualmente de la nieta de su compañera. Nuevamente, en el momento en que fueron a buscarlo para detenerlo, ya se había dado a la fuga con sus pertenencias.

Salvó la vida a un hombre

Durante su estadía en Salta, en los últimos tiempos, convivió con una mujer mayor que él. Además, se dice que trabajaba de mozo y que, a pesar de convivir con su pareja, alquilaba una casa en la capital.

Fuentes oficiales dijeron que quien lo reconoció, manifestó en la denuncia que lo había visto caminando siempre con gorra. La persona que lo denunció había visto las publicaciones de LA GACETA del 29 y 30 de diciembre, cuando se difundió la historia del hombre que fingió su muerte.

Además la persona denunciante se dio con que era un hombre que usaba varias cuentas de Facebook, pero en ninguna tenía una foto de su rostro ni mostraba su apellido real.

Era un hombre respetado por sus vecinos salteños, ya que dijeron que le “salvó la vida” a otro hombre. Al parecer, un perro de raza pitbull había atacado al desconocido en su pierna, y Marcovich detuvo al animal pegándole mazazos en la cabeza.

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