¿Qué genera la violencia entre los jóvenes?

Dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): cada año se cometen en todo el mundo 200.000 homicidios entre jóvenes de 10 a 29 años, lo que supone el 43% del total mundial anual de homicidios. Además, el homicidio es la cuarta causa de muerte en el mismo grupo etario, en el mundo. Y en todos los países la mayoría de los homicidas es varón. La mayoría de las víctimas también. 

Estos datos muestran a las claras que lo ocurrido en Villa Gesell, donde una patota de 10 rugbistas, aparentemente alcoholizados, mataron a golpes a Fernando Báez Sosa, el sábado 18, a la salida de un boliche, no es un hecho aislado ni circunscripto a la Argentina. El brutal episodio volvió a poner en el escenario central del debate el tema de la violencia juvenil. Y como suele ocurrir generalmente, las especulaciones rondan la búsqueda del culpable de lo ocurrido. Los más señalados fueron el alcohol y el rugby. 

Sin dudas el alcohol contribuye a los hechos de violencia, porque saca toda inhibición. ¿Pero crea violentos? Un deporte rudo como el rugby también tiene su incidencia, porque promueve el moverse en grupo y el uso de la fuerza para lograr objetivos. ¿Pero enseña a resolver conflictos por vía de la violencia y del homicidio? Pareciera que deben buscarse las causas en razones más profundas. Volviendo a las cifras de la OMS, la notoria masculinización en las muertes relacionadas con la violencia hace necesario reflexionar sobre cómo nuestra sociedad construye la masculinidad. 

La psicóloga uruguaya Mariana Corrales Gancio, en su trabajo “Varones adolescentes y violencia. Análisis desde una mirada de género y masculinidad”, afirma: “la identidad masculina en la pandilla se conforma mediante la repetición y la actuación de ciertos cánones que acreditan la verdadera hombría, cánones ligados al poder, al control, a la violencia y al sometimiento de los otros”. La autora cita a Michael Kaufman -reconocido experto internacional en el trabajo de los hombres a favor de la igualdad- que manifiesta cómo la masculinidad se construye bajo el sistema patriarcal. Kaufman explica que el patriarcado no es solamente un sistema de poder de los hombres sobre las mujeres sino de jerarquías de poder entre distintos grupos de hombres y también entre diferentes masculinidades. A su vez, Julio César Gonzzles Pages y Daniel Alejandro Fernández González, en su trabajo “Masculinidad y violencia: aproximaciones desde el universo del deporte”, destacan: “los hombres continuamente están siendo violentos con otros hombres y consigo mismos, como parte de la socialización de sus masculinidades”. 

Al referirse a la violencia en las prácticas deportivas, puntualizan: “en su devenir histórico han estado marcadas por la presencia de episodios violentos en todas las áreas que se vinculan a ellas. Al constituirse el universo del deporte como espacio privilegiado para la validación de un modelo hegemónico de masculinidad, han sido los hombres los grandes cultores de esos episodios de violencia”. Por todo esto, tal vez lo verdaderamente importante es el mensaje que los adolescentes y jóvenes reciben directamente de sus padres y de sus maestros. La OMS considera factor de riesgo que puede generar violencia juvenil tanto el consumo temprano de alcohol, drogas y tabaco como la exposición a violencia en la familia, la escasa vigilancia y supervisión de los hijos por parte de los padres, las prácticas disciplinarias severas, relajadas o incoherentes por parte de los adultos, entre otros.