Eventos extraordinarios cerca de La Cocha en 1935

Eventos extraordinarios cerca de La Cocha en 1935

Una joven de 18 años tenía en vilo al pueblo de Montegrande por ataques de seres sobrenaturales.

HACE 85 AÑOS. Un pueblo fue aterrado por las visiones de una muchacha que era visitada por entes incorpóreos. HACE 85 AÑOS. Un pueblo fue aterrado por las visiones de una muchacha que era visitada por entes incorpóreos.

Las historias de seres sobrenaturales, fantasmales y brujas viene de larga data. Nos remontamos a los primeros días de enero de 1935 cuando la población de Montegrande, cercana a La Cocha, fue alterada por los gritos de una joven durante la madrugada, ya que en su habitación se presentaba un ser fantástico que la atacaba y con el cual luchaba.

La historia tiene muchas similitudes con las películas de terror, pero debemos decir que quizás la protagonista no vio nunca un filme de este tipo, ya que estamos en 1935 y lejos de algún cine.

El relato decía que, en la madrugada del 3 de enero, escucharon lamentos y gritos de dolor que despertaron al pueblo. Varias personas se acercaron hasta la vivienda de donde provenían. “Una jovencita -18 años- bien parecida, de ojos negros, grandes y expresivos, con sus cabellos desgreñados, luchaba furiosamente desde su lecho con una ‘visión’ que la oprimía, causándole tormentos corporales que la obligaban a expresar lamentos tan tocantes y producir gesticulaciones tan violentas, que creyóse en un principio estar frente a un caso de conmoción cerebral”.

Como vemos, la historia tomó ribetes públicos de trascendencia provincial. Los que se presentaron a ayudar tuvieron dudas, en un principio. Se pensó que la joven estaba afiebrada. Con las primeras luces del alba llegó la calma. La muchacha recobró su compostura, se entregó a sus quehaceres cotidianos “sin recordar la tragedia vivida algunas horas antes”. La siguiente noche el espectáculo de la lucha entre la chica y la “visión” se repitió. La población, en alerta, dispuso una guardia constante sobre la niña.

Eventos extraordinarios cerca de La Cocha en 1935

Preocupación creciente

“Noche tras noche, Nery (así su nombre según nuestro diario) sufre iguales ataques y el humilde rancho de Montegrande es visitado por centenares de personas que se quedan ahí hasta que las primeras horas del día ‘ahuyentan los espíritus’ y la paciente vuelve de su letargo para ser, como antes, la jovencita risueña y hacendosa que ayuda a su madre viejita y cultiva con delicadeza el jardín de su patio que le brinda la gracia y aroma de sus flores“, continuaba el relato periodístico.

Para muchos vecinos a la chica le habían hecho algún “mal” y ello, aunado a la superstición propia de la gente aumentaba la tensión y la expectativa de la población sobre la presencia de alguna bruja que haya hecho “el trabajo”. Algunos llevaron agua bendita para calmar los efectos sobre el humilde hogar de la muchacha cosa que, al parecer, no funcionó.

La fantasía del pueblo fue creciendo y generando mayor preocupación “Eran las dos de la madrugada del 6 de enero. Un centenar de personas en el más religioso silencio escudriñaba en todas direcciones para sorprender al ‘espíritu’ y aniquilarlo antes que llegue al lecho de la enferma, donde succionaría su sangre. Todos se armaron con puñales, escopetas y linternas”. Había una gran tensión cuando se “escuchó un graznido raro” mientras que Nery ya se debatía en lucha con su atacante incorpóreo. Ella gritaba cuando afuera comenzaron a escucharse disparos de los hombres trepados en los árboles o subidos a los techos. Se siguieron escuchando los graznidos pero nada de la extraña ave. Y la habitación era regada de agua bendita. Fue un espectáculo increíble pero al llegar al día todo terminó.

La noche del 7 no fue diferente. Todos en alerta. Hasta se prendieron fuegos alrededor del rancho para iluminarlo y se llevaron autos para que tuvieran encendidos sus faros. Todos en silencio. De pronto sobre el espacio se dibujó la silueta de un ave que emitió un graznido más perecido a una “carcajada diabólica “. Cada detalle que se relataba aumentaba la curiosidad de los tucumanos.

El diálogo entre Nery y el ser sobrenatural debe haber generado un tremendo interés. La muchacha invitó a pasar a una “señora ¿ahora Ud. es de trenzas?” y le recriminó “¿por qué me ha hecho esto? ¡No la querré nunca!”. El diálogo continuó: “déjeme; no quiero que me agarre… Suélteme”. Para seguir: “soltame, bruja infame. No, no iré. ¡Largame te digo…, no me tuerzas el pie! Sáquenla, por favor, saquen esa señora, me está torciendo el pie. ¡Ay! ¡Ay! Me rompe la pierna”. En la habitación de Nery solamente ingresaban varones y en especial un hermano.

Las cosas se fueron calmando con al pasar de los días. Aunque la muchacha siguió gritándole al ser, que se le presentó bajo la “forma de una anciana de nombre María” y que siempre intentaba llevársela. La crónica deja en claro que “difícilmente esa niña, en ese ambiente, pueda sobreponerse y resistir a las crisis nerviosas que sufre, pues la gente que la rodea la convence y hasta la obliga a someterse a procedimientos tan originales, que terminarán por aniquilarla”, y agregaba: “se está obrando bajo una autosugestión colectiva que no podría preverse hasta que punto puede llegar”.

Cualquier alimaña o animal era aniquilado por los vecinos. Hasta un gato negro, quizás de la vecindad, encandilado por la luces “despidió de los ojos un raro efecto de luz”, y se salvó por la falta de puntería de los tiradores, pero los presentes afirmaron: “la bruja se presentó en forma de gato”.

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