Hay que proyectar otras vías para llegar a los Valles

Hay que proyectar otras vías para llegar a los Valles

La falta de mantenimiento de las rutas tucumanas volvió a quedar al desnudo ayer, cuando los derrumbes obligaron a las autoridades de Vialidad Provincial a cortar la única que ruta que conduce a Tafí del Valle. En paralelo, otro debate se abre con este suceso: los problemas de conectividad vial que padece Tucumán.

El año pasado, cuando la falta de señalización se puso en el centro de la polémica tras la tragedia de un contingente de jubilados en La Madrid, el director de Vialidad, Ricardo Abad, dejó una frase contundente, al admitir que el estado del 70% de las rutas locales era entre regular y malo.

El obligado corte en la ruta 307 obliga a posar nuevamente la mirada sobre la infraestructura provincial. En plena temporada turística, el principal destino tucumano quedó incomunicado. La situación, de por sí traumática, adquiere ribetes dramáticos si se tiene presente que, ante una eventual emergencia, miles de tucumanos que se encuentran en El Mollar, en Tafí del Valle, en Amaicha del Valle y en Colalao del Valle se toparán con un verdadero problema. En caso de que el cuadro revista cierta complejidad, ¿cómo llegar rápidamente a centros médicos especializados?

La deuda de las autoridades provinciales en materia de infraestructura lleva décadas. Durante la gestión de José Alperovich se repavimentó y mejoró la ruta 307, pero solo hasta Tafí del Valle. El tramo que conecta a otra joya turística, como las Ruinas de Quilmes, presenta un estado de abandono histórico. En su momento, durante el alperovichismo se reflotó el viejo proyecto del camino a los Valles Calchaquíes por Hualinchay. La obra se inició en 1988, se paralizó y en 2004 se anunció nuevamente la posibilidad de retomar la apertura de la traza, con el apoyo de la Nación. Más allá de las promesas, faltan apenas ocho kilómetros para concluir la apertura de la traza que uniría Colalao del Valle con la localidad ubicada a 18 kilómetros de San Pedro de Colalao.

Otro proyecto inconcluso es desempolvado cada vez que la ruta 307 es aquejada por los derrumbes: la llamada Quebrada del Portugués. En una columna publicada el 10 de noviembre, el historiador Carlos Páez de la Torre (h) advertía que sobre este tema ya se hablaba en la década del 30: “En una de sus cartas a Ernesto Padilla, fechada el 13 de mayo de 1939, Alberto Rougés (1880-1945) se refería incidentalmente a la cuestión, entonces en debate, sobre el derrotero que debía seguir el nuevo camino a Tafí del Valle y a Amaicha, parajes hasta entonces inaccesibles para los autos”.

El proyecto vial que nace en Monteros nunca pudo materializarce. En el mundillo político quedó estigmatizado como “bussista”, pero no hay argumentos técnicos sólidos que sustenten su no realización. “No es falta de dinero. Es falta de ganas y de política vial en Tucumán. El aspecto negativo que le observan a la Quebrada del Portugués es que, viniendo desde la capital, hay 50 kilómetros más en el camino a los Valles. Pero, ¿es preferible circular con inseguridad vial como en la 307, acortando el camino? ¿O ir seguro y tranquilo, pese a que sean 50 kilómetros más, pero en una zona muy bonita?”, había afirmado en una entrevista con LA GACETA -en 2007- Juan Manuel Chaler, ex director de Vialidad provincial durante los dos primeros años del gobierno constitucional de Antonio Domingo Bussi.

Aún hoy, los tucumanos y los turistas que quieren conocer Tafí del Valle siguen a merced de que la naturaliza no se ensañe con la 307.

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