Triple homicidio: “lo primero que hice fue mirar a mi hija, y no me respondió”

Triple homicidio: “lo primero que hice fue mirar a mi hija, y no me respondió”

Comenzó el juicio por la muerte de militantes de Derechos Humanos.

EN EL BANQUILLO. El imputado Juárez escucha el relato de María Julia Albarracín, una de las sobrevivientes. la gaceta / fotos de franco vera EN EL BANQUILLO. El imputado Juárez escucha el relato de María Julia Albarracín, una de las sobrevivientes. la gaceta / fotos de franco vera FOTO ARCHIVO/ LA GACETA (FRANCO VERA)

El sábado 17 de diciembre de 2016, alrededor de las 20, Dante Juárez circuló en su auto Fiat Siena de color blanco por la autopista Tucumán-Famaillá. Lo hacía de Norte a Sur en la zona del Mercofrut, cuando se cruzó de calzada “a alta velocidad” y colisionó con un vehículo Renault Clio, que provenía de la “ciudad de las empanadas”. El impacto provocó las muertes de Natalia Ariñez, la conductora; Alejandra Würschmidt y Marianella Triunfetti. También resultaron heridas Silvia Sandoval, madre de la primera víctima y María Julia Albarracín, que también venían en el vehículo más dañado.

Ayer, tras casi tres años de espera, Juárez se sentó en el banquillo para ser juzgado por el triple homicidio con dolo eventual y lesiones graves. El enjuiciado, que estuvo sentado al costado y con la mirada baja casi todo el tiempo, escuchó durante casi 10 horas el relato de las sobrevivientes de la tragedia, de testigos y de peritos que confirmaron las pruebas técnicas de la mortal maniobra. El hombre manejaba con 1,79 gramos de alcohol por litro de sangre, según los exámenes clínicos a los que fue sometido.

El imputado, quien fue acompañado por una decena de familiares, se abstuvo de declarar en el inicio la audiencia. La sala estuvo colmada también por parientes, amigos y compañeros de las víctimas en organizaciones sociales y de Derechos Humanos.

TRIBUNALES. Los militantes colgaron carteles con imágenes de las víctimas. TRIBUNALES. Los militantes colgaron carteles con imágenes de las víctimas.

Las tres fallecidas y las lesionadas habían participado durante el día en una actividad institucional en la Escuelita de Famaillá, un centro clandestino de detención. Al terminar el acto, las cinco mujeres se subieron al Clio y emprendieron el retorno a la capital.

“El tránsito era normal. Había autos circulando. Habíamos hecho entre 20 y 30 minutos de viaje. Íbamos a una velocidad no fuerte. La velocidad es algo que percibo cuando voy en un auto”, relató Albarracín. La abogada remarcó además que Ariñez “no manejaba fuerte” y que era precavida cuando conducía.

“Veníamos conversando y escuchando música. Marianella me había pasado un tema para compartir en el auto”, recordó la víctima previo al choque entre los rodados. “No llegué a ver nada (por el impacto). Intenté en todo este tiempo recordar algo. Perdí el conocimiento por la colisión. Mi último recuerdo fue que venía hablando con Alejandra y Marianella (las tres estaban en el asiento trasero). Me desperté en el hospital Padilla”, agregó Albarracín.

Ante las consultas del fiscal Carlos Sale, la joven contó que se había enterado del accidente y de las muertes de sus compañeras cuando era asistida. “Perdí conocimiento por una fractura en el occipital izquierdo, en el hueso que está en la base del cráneo. Pudo producir la pérdida del conocimiento y también podía provocar mi muerte”, manifestó.

TESTIMONIO. Silvia Sandoval escucha una de las consultas que le realizó el fiscal de Cámara Carlos Sale. TESTIMONIO. Silvia Sandoval escucha una de las consultas que le realizó el fiscal de Cámara Carlos Sale.

Albarracín también sufrió fracturas en la clavícula derecha y en un dedo; golpes en el estómago y en piernas; y pérdida dental, entre otras secuelas. Sobrellevó, de acuerdo a especialistas en salud mental, tratamiento por ansiedad. “No pude estar sola hasta agosto de 2017, por incapacidad debido a las lesiones. Mi familia de Jujuy tuvo que venir a ayudarme. No podía bañarme o cocinarme. Estuve un año de licencia. Me dieron el alta en diciembre de 2017”, recordó.

Sandoval, quien usa una muleta en la mano derecha, estaba ubicada en el asiento del acompañante del auto de su hija. Frente a los jueces Pedro Roldán Vázquez (presidente), Diego Lammoglia y Fabián Fradejas, contó que venía intentando responder unos mensajes, previo al impacto. “Lo primero que hice fue mirar a mi hija, y no me respondió. En ese momento, llegó la gente y me sacó del auto”, relató la mujer cuando informó cómo habían sido rescatadas del interior del vehículo.

Distintos peritos declararon y confirmaron los informes técnicos sobre el hecho. Fabiana Soria, experta en accidentología, afirmó: “el factor humano había sido el desencadenante del impacto entre los automóviles, con base en el estado de ebriedad de Juárez”, y que no se había observado marcas de freno, por lo que no se había accionado el sistema de frenado del vehículo” del imputado. “No hay evidencia de que haya tratado de esquivar algo para virar el auto”, destacó. Otro especialista señaló que el examen clínico había confirmado el “estado de ebriedad” del acusado.

Por su parte, vecinos de la zona del Mercofrut señalaron que el auto del imputado había cruzado de calzada e impactado contra el rodado de las militantes de Derechos Humanos.

“Ayudé al muchacho (por Juárez) a salir del auto, se sentó y, de ahí, fui a auxiliar al otro vehículo”, contó Marcos Moyano. “Me dijo que estaba algo tomado”, recordó.

Otro vecino contó que muchos conductores, al menos en ese entonces, cruzaban de calzada para evitar el control de la Policía en la autopista.

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