Aceitando la maquinita

Alberto va a tener que seguir con el cepo y darle a la maquinita porque hay que meter plata en el mercado, para tener un par de meses para buscar el proyecto que se necesita. Las expresiones corresponden a un Fernández. No es el electo presidente Alberto ni la electa vicepresidenta Cristina. Es de Roberto, el Fernández que comanda la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y en esa frase se resume uno de los caminos que puede adoptar la administración peronista que, dentro de 24 días, tendrá las riendas de la Argentina recesiva e inflacionaria.

En este país no entran ni salen dólares. El cepo más duro con  el que se despide Mauricio Macri no ha hecho otra cosa que cumplir con la consigna: frenar la pérdida de las reservas internacionales del Banco Central para estabilizar el tipo de cambio. Y esa historia continuará más allá del 10 de diciembre. Será un verano con restricciones para aquellos que tengan intenciones de irse de vacaciones al exterior.

La emisión monetaria es el camino más corto para cambiarle el humor a la sociedad. Ponerle dinero en el bolsillo es la receta clásica de cada diciembre, como una estrategia para alentar el consumo. Sin embargo, ese esquema tiene sus riesgos. Puede engordar aún más la tasa de inflación.

La confesión del sindicalista refleja el pensamiento de gran parte del arco político que no ve otra salida que apelar a la impresión de más billetes para atender las urgencias financieras. La idea conspira contra toda meta que tienda a bajar el déficit fiscal y generar cierta capacidad de pago del elevado endeudamiento público. Esto es lo que los acreedores miran con atención. En la nueva era de gobierno peronista el factor confianza es fundamental para modificar la imagen de un país estigmatizado por los incumplimientos en la comunidad global.

Los gobernadores, a su vez, claman por financiamiento. Muchos de ellos, entre otros el tucumano Juan Manzur, aducen que fueron asfixiados o relegados por Macri. Una inyección extra de recursos implicará más emisión de dinero. No hay otra fuente de financiamiento. Más deuda no se puede emitir. Subir los impuestos aumentaría el descontento social.

Manzur aguarda que Alberto Fernández concluya su gira por México. Es probable que mañana mismo lo visite en la oficina que el presidente electo tiene en el barrio de San Telmo. El gobernador irá en busca de certezas sobre las posibles ayudas financieras federales. Sucede que 2020 asoma como un año de fuertes compromisos financieros y poca generación de recursos. El proyecto de presupuesto para el año que viene es una clara muestra. Tucumán tendrá que destinar casi 4.000 millones de pesos para abonar intereses de la deuda (este año ha sido de 600 millones de pesos). Parte de la explicación de ese fuerte incremento está relacionado con eventuales compromisos con entidades financieras. En otras palabras, préstamos de emergencia.

La recaudación de impuestos provinciales es el signo de estos tiempos. Crece a razón de un 38% (en consonancia con los giros federales), mientras el gasto en Personal -el de mayor peso en la estructura de compromisos fiscales- lo hacer a razón de un 45/50%. Casi 95.000 millones de los 154.000 presupuestados para 2020 se destinarán a salarios del sector público. La inversión en obras continuará relegada; menos del 10% irá a la ejecución de trabajos públicos. Esa es otra de las demandas que Manzur hará a Fernández, la de reactivar la obra pública.

La agenda del gobernador se pintará la semana que viene con los colores de Estados Unidos. Entre el miércoles y el jueves está prevista la visita a Tucumán del embajador de ese país en la Argentina, Edward Prado. Además de encuentros con académicos, el diplomático tendrá un intercambio de impresiones acerca del rumbo del país con el gobernador. El domingo 17, Manzur partirá otra vez con destino a EEUU en una misión oficial por entidades gubernamentales y financieras.

La idea es aceitar contactos para que la provincia pueda aprovechar las líneas de crédito blando destinadas a obras una vez que se normalice la situación económica argentina.

La transición transcurre en medio de disputas por la herencia. Fernández, el líder de los choferes de colectivos, expuso algunas facetas de lo que puede acontecer en el corto plazo. El otro Fernández, el presidente electo, busca alternativas para evitar la emisión monetaria. Reforma puede volver a convertirse en la palabra más usada en el verano que se viene. Es como el reperfilamiento, que sólo se instaló para no utilizar otro término menos popular: ajuste. Se vienen tiempos definiciones.

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