Por Claudia Nicolini
06 Noviembre 2019
ARCADIA. Bomberos Voluntarios de Concepción y vecinos ayudan a evacuar a maestros y alumnos de la escuela. la gaceta / foto de matías auad LA GACETA / MATÍAS AHUAD
Todavía no llegó el verano, pero las lluvias ya están haciendo sentir su poderío. Desde el lunes a la tarde el sur de la provincia comenzó a sentir las consecuencias, especialmente en Juan B. Alberdi, Concepción, La Cocha y Río Seco, y localidades cercanas, donde se produjeron anegamientos de calles y avenidas.
No hubo necesidad de evacuar familias, pero sí la escuela de Finca Cornet, en Arcadia: cerca de las 9 de la mañana de ayer, personal de Bomberos Voluntarios de Concepción y vecinos trabajaron con el agua a la altura de la cintura para ayudar a salir a alumnos y docentes
Y en la escuela Ibatín, de Monteros, los alumnos tuvieron clases, pero hizo falta que los conserjes mantuvieran el agua a raya. Además, según constató el equipo de LA GACETA Play ayer a la mañana, en las calles del barrio la Costanera, de la localidad de León Rougés, las aguas llegaban a la altura de los tobillos.
¿Se pude prever?
¿Pueden estas tormentas de los últimos días dar una pauta de lo que puede esperarnos durante el verano? Según Fernando Torres, director de Defensa Civil de la Provincia, no.
“Nada hay que nos indique que la situación pueda ser mejor o peor que en otros años. Hemos tenido algunos terribles; y otras veces unas pocas lluvias localizadas causaron problemas en alguna población. No sabemos de dónde va a venir el golpe”, destacó, y explicó que la tarea preventiva que realiza su equipo es la capacitación en comunas y municipios para que el personal sea capaz de lograr alertas tempranas en tiempo real (tal como ocurrió ayer). “La prioridad siempre es asistir a la gente en la emergencia”, agregó mientras supervisaba los trabajos de su equipo en La Invernada.
ARCADIA. Bomberos Voluntarios de Concepción y vecinos ayudan a evacuar a maestros y alumnos de la escuela. LA GACETA / MATÍAS AHUAD
“En esta zona muchas viviendas están muy cerca de acequias y de canales; las probabilidades de anegamiento siempre existen, y la gente lo sabe. Nosotros estamos siempre preparados para lo peor, pero, insisto, nada indica que vaya (o no) a volver a ocurrir”, aseveró,
El punto más crítico
No es casual que respondiera el teléfono desde allí: esa zona del departamento de La Cocha, geográficamente un poco deprimida y surcada por muchos canales y acequias, fue la más complicada: unas 50 familias resultaron afectadas porque el agua ingresó a las casas, pero no debieron abandonarlas. Y Desarrollo Social, informó Torres, ayer al mediodía había tomado cartas en el asunto.
“No había habido alerta y todo fue muy rápido. Hay registros de más de 100 milímetros de lluvia en muy poco tiempo”, resaltó Torres y destacó que, además de en La Invernada propiamente dicha (donde está la sede de la comuna), hubo problemas en el acceso al kilómetro 9.
Allí cerca (en El Sacrificio) vive con su mujer y sus cinco hijos Martín Alderete, y lo confirmó desde su experiencia: “todo fue de repente... Empezó a llover como a las 6, y en cinco minutos llegó el golpe de agua; no dio tiempo de nada”, contó.
El agua y el barro se les metieron en la casa (Alderete calculó que hasta una altura de 70 centímetros), de modo que los siete salieron por una ventana y, atravesando tierras de un vecino, se refugiaron por unas horas en casa de la madre de él (“que está más alta”, contó). A la siesta ya pudieron volver.
Las rutas
Precisamente, en el ingreso a La Invernada el agua, proveniente de uno de los canales, tapó la calzada de la ruta 38 y la dejó intransitable, según información de la comisaría de la localidad. Algunas viviendas se vieron afectadas, pero -según informó Torres- no hizo falta romper la ruta para permitir el escurrimiento de agua,
Las rutas provinciales, en cambio, estuvieron todas transitables, según informó Ricardo Abad, titular de Vialidad de la Provincia.
“En los caminos de la red provincial no hay inconvenientes -afirmó-. Están todos habilitados, incluso la ruta 334, entre La Cocha y Taco Ralo, que tiene dos cruces sin puentes, porque allí la creciente la provoca el agua que viene desde Catamarca”, explicó.
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