¿Tu hijo quiere ser youtuber? No salgas corriendo

¿Tu hijo quiere ser youtuber? No salgas corriendo

Consejos sobre lo que podés hacer como padre. A qué edad es recomendable que abran su canal.

¿Tu hijo quiere ser youtuber? No salgas corriendo

Cuando Felipe, a los cinco años, le planteó a su mamá que quería ser youtuber, Cecilia Quinteros quedó atónita. Sin embargo, lo meditó y decidió apoyarlo porque pensó que podían sacarle el jugo a esta herramienta. Hoy, tres años después, no se arrepiente. Esa fue la puerta de entrada para que su hijo empezara a programar videojuegos y a hacer videos en stopmotion. Se capacitó, estudió inglés y cada día el niño muestra más interés por la tecnología.

“Trato de estar bastante atrás de él, pero hay cosas que un poco se escapan. Siempre lo incentivé a que capitalice y se enganchó mucho. En su canal sube algunas pruebas de los videojuegos. También aprendió a hacer animaciones de miedo. O sea que le sacó el lado positivo a YouTube”, evalúa la mamá, que es licenciada en Artes Plásticas. Al principio, ella era la que se encargaba de filmar con un celular lo que el pequeño inventaba en base a historias con un juego llamado “Five nights at Freddy’s”.

En su tablet miraba a varios youtubers y después intentaba imitarlos en su forma de expresarse. Según Cecilia, es cierto que hay cosas complicadas en You Tube, como el acceso a mucha información que no siempre es para niños. “Yo aprendí a no retarlo o prohibirle, sino a hablarle y enseñarle qué cosas son para su edad y qué cosas no corresponden. Para mí, es importante acompañar a los hijos si tienen la inquietud. Si lo sostienen es porque les interesa y hay que darles apoyo. Incluso lo llevé a un curso de youtubers en las vacaciones y ahora está por empezar un taller de videojuegos”, cuenta.

Cecilia y Felipe son solo un ejemplo de un montón de casos. Los niños ya no llegan del colegio y prenden la tele; ahora eligen lo que quieren ver entre millones de vídeos en YouTube. Sus personajes preferidos no salen de tiras infantiles sino de los videos. Pueden acceder a cualquier hora del día y desde cualquier pantalla.

Comienzan a incursionar en estos medios antes de los 3 años. El 70% de los chicos de entre 2 y 11 años ven videos a diario. Primero miran. Después, quieren dar otro paso: estar en el mismo lugar que las personas que admiran. YouTube lo hace posible. Tener un canal en esta plataforma está a un click de distancia de cualquier persona. Los youtubers infantiles son las nuevas estrellas de internet que muestran sus vidas en cámaras.

“Papá, mamá: quiero ser youtuber”. La frase la ha escuchado más de un padre. Otros directamente se enteran cuando sus hijos ya tienen canal de YouTube. Y llegan las preguntas: ¿qué está pasando? ¿cómo es posible que un grupo de chicos (sin demasiado talento) suba un video a la red y obtengan miles de visitas en un día? ¿Qué hago si mi hijo quiere ser youtuber? ¿A qué edad le dejo abrir un canal en la web?

Lo primero en que coinciden los expertos es que no se puede tapar el sol con las manos. Aunque sí habría que dilatar lo que más se pueda el ingreso de los chicos al mundo YouTube. “La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda nada de pantallas antes de los dos años. Yo, particularmente, no le dejaría a los chicos abrir su propio canal a los cinco o seis años”, opina José Farhat, secretario de Participación Ciudadana de la provincia. En este espacio se desarrolló el Manual de Prevención en Entornos Digitales. “Hoy preocupa bastante a los padres el tema de YouTube. Antes que nada les aconsejo pensar en el nivel de exposición que tendrá el niño. A veces no somos conscientes de que están quedando expuestos ante un mundo de adultos. En cada video que suben pueden tener comentarios e interacciones con el público, un universo que presenta sus peligros: el del grooming, por ejemplo”, señala el especialista.

Tal vez los 10 años sean una edad prudente para acompañarlos en su deseo de estar en streaming, opina. A esa edad ya se les puede hablar y que ellos entiendan con claridad los peligros de la exposición. Y de que nada es inocente en la web. Es que muchas empresas andan rondado por ahí con el objetivo de captarlos para sus ventas.

YouTube es una plataforma en la que se suben por minuto 300 horas de video. Desde 2016 hay una división especializada en contenidos infantiles y familiares: 2BKids. Un buen punto es asegurarnos que los chicos se muevan en este espacio.

“Hay que ponerles reglas claras. Qué puede hacer y qué no. Por ejemplo, explicarles que si filman su habitación y su casa, el nivel de exposición es altísimo y muy arriesgado. No olvidar que siguen siendo menores de edad y es nuestra obligación protegerlos”, recalca el funcionario.

Como todo lo relacionado con la tecnología, YouTube posee cosas malas y riesgos, pero también tiene elementos positivos, sostiene Farhat. Precisamente de eso habla Karina Crespo, especialista en creatividad y tecnologías de la información y comunicación.

La experta argumenta que es lógico que los chicos se sientan atraídos por un espacio en el que pueden encontrar de todo y, además, ser protagonistas. Cree que YouTube es un espacio que puede estimular la creatividad. Con un celular a mano (está en todas las casas) se pueden crear historias y subirlas. En este proceso son muy importantes las ideas y cómo se desarrollan.

Crespo anima a los padres a acompañar antes que prohibir. “Los adultos deben aprender de redes, investigar los sitios que visitan sus hijos, cómo funciona YouTube. Preguntarles qué hacen ahí, mirarlos y aconsejarlos porque también es cierto que hay riesgos, especialmente por la cantidad de personas desconocidas”, explica.

“YouTube tiene una restricción de edad para usar el servicio, pero hay chicos que igual poseen cuentas. Lo ideal es que los padres monitoreen lo que hacen sus hijos o usen filtros para que no accedan a videos que tienen contenido para adultos”, concluye.

Recomendaciones

Acompañalo. Hay que hacer el esfuerzo de involucrarse antes de demonizar la tecnología. Recordar que esta no es buena ni mala. Todo depende del uso que hagamos de ella.

Aconsejalo. Hablale de la huella digital (lo que posteen quedará en la Web para siempre), y que no suban información íntima.

Herramienta de control parental. Usá sin miedo esta opción de YouTube. Bloquea ciertos canales nocivos, ocultos tras la máscara de “entretenimiento infantil”.

El primer canal. Ayudalos a armarlo. Busquen juntos un nombre, una temática. Es recomendable que en un principio sea oculto, con que él se grabe y se vea es suficiente al principio.

La seguridad. Cuando el canal se haga público se pueden ocultar los comentarios o moderarlos. Si bien es probable que sólo accedan niños a su contenido, no está de más estar al tanto de todo lo que sucede.

Que sea un juego. Si te plantea que quiere ganar dinero siendo youtuber tratá de alentarlo para que sea solo un juego. Sí podés, estimulalo para que haga talleres de redacción de guiones, edición de videos. etcétera.

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