Inseguridad: ocuparse en lugar de preocuparse

Inseguridad: ocuparse en lugar de preocuparse

Los delitos en el campo no son algo nuevo. Se vienen sufriendo desde hace muchos años; en especial, el abigeato. Pero en los últimos tiempos, no sólo aumentaron, sino que se dan de manera cada vez más violenta. La solución requiere de trabajo conjunto; pero, sobre todo de la decisión política para destinar los recursos humanos y económicos necesarios.

Nuevamente la inseguridad que se registra en los campos movilizó al sector rural que, preocupado, observa que los robos y los asesinatos ya no resultan algo extraño puertas adentro de los campos de la provincia.

Los delitos rurales no son algo nuevo ni desconocido por la gente de campo. Desde hace mucho tiempo se vienen registrando en las fincas episodios de inseguridad. Pero resulta indiscutible que se recrudecieron durante los últimos años. Y este incremento, precisamente, genera mucha preocupación a todo el arco productivo regional y provincial.

La inseguridad es una problemática endémica en todo el país. Debido a ello, los productores de diferentes provincias buscan la forma de organizarse y de trabajar de manera conjunta con las Policías locales, para hallar la forma de mitigar los efectos de estos delitos que, además, cada vez resultan más violentos y graves.

En los hombres de campo y en las instituciones que los representan reina un desasosiego muy grande. No sólo debido al constante incremento en la cantidad de los delitos -situación notoria, aun cuando en muchos casos ni siquiera se hacen las denuncias-, sino también debido a la alevosía, a la violencia y al sadismo que guía a sus ejecutores. Todo esto siembra desaliento y temor en la población rural y en los productores.

En estos últimos días fue asesinado un rondín de una quinta citrícola, que trabajaba cuidando que en las plantaciones no se den robos de fruta, que luego se vende en el mercado informal. Este episodio encendió una gran alarma en el sector, a raíz de la violencia con la cual sucedieron los hechos.

Como dijimos, los delitos en el campo no son una novedad. Precisamente, a partir de ello, la Sociedad Rural de Tucumán viene involucrándose desde hace tiempo, para lograr que se ejecuten acciones, que frenen estos fenómenos muy violentos.

Debe buscarse algún tipo de solución a esta situación, que crece día a día. Debido a ello, desde hace muchos meses la entidad ruralista tucumana viene trabajando con el Gobierno provincial con el objetivo de colaborar en la generación de estas acciones que sirvan para disminuir estos delitos.

Desde la Sociedad Rural de Tucumán consideran que se deben elaborar planes de acción efectivos. Y para ello resulta indispensable la colaboración de las diversas áreas involucradas en la seguridad y, por supuesto, que se comprometan los recursos humanos y económicos necesarios para afrontar el flagelo.

Vale señalar que los delitos rurales se han recrudecido en el país, y que a medida de que pasa el tiempo adquieren cada vez más peligrosas características. El hecho delictivo de público conocimiento que se registró en Tucumán, difundido en los últimos días, generó dolor, bronca e indignación.

Tiempo atrás, en el campo se conocía el clásico abigeato, consistente en el hurto o robo de animales. Hoy, los nuevos delitos van acompañado por despiadados métodos, que perfecciona día tras día una delincuencia que cuenta, entre otras, con la ventaja de la distancia que separa a las víctimas del auxilio de la fuerza pública.

Actualmente los productores y sus empleados quedan en manos de los asaltantes en lo que respecta a establecimientos, a domicilios, a plantaciones, a depósitos de maquinarias, a herramientas, a plaguicidas, a semillas, y a todo otro lugar o elemento que sugiera algún tipo de valor para delinquir.

Ya existe el maltrato a golpes y las amenazas, que son utilizados para asegurarse de que la víctima entregue los bienes. Pero cada vez se amenaza menos, y hoy peligra hasta la vida de las personas. De hecho, en nuestra provincia ya existen víctimas fatales, anteriores a la que se conoció esta semana.

Institución ocupada

Resulta destacable que la Sociedad Rural de Tucumán busque abordar y enfrentar la temática de delitos rurales, con la participación de todos. Los productores, el Gobierno y la Policía deben trabajar juntos; y esto se viene dando, aunque resulta insuficiente.

“Como institución estamos decididos a abordar y a colaborar la temática de los delitos rurales, por lo que nos ponemos a disposición de los productores y de los pobladores del campo, para dar a conocer los diversos casos de delitos que ocurran en sus zonas, para que se pueda actuar en consecuencia, buscando la colaboración necesaria de parte del Gobierno y de la Policía provincial”, afirmó el presidente de la entidad ruralista local, Sebastián Murga.

Los delitos rurales no tienen el protagonismo de los urbanos. Los últimos ocurridos muestran, sin embargo, la violencia con la cual los delincuentes actúan, lo que genera mucho temor a quienes los padecen y a quienes podrían llegar a sufrirlos.

Los ruralistas tucumanos manifestaron en su momento que en otras provincias lograron reducir los delitos mediante un sistema de patrullas rurales. Y en ese sentido, se refirieron a la necesidad de que se especialice a la Policía. También afirmaron que en el ámbito provincial algunos representantes de la comisión directiva están absolutamente abocados al tema, y que trabajan al respecto junto a los sectores gubernamentales. De hecho, en estos días se reunieron representantes de la Sociedad Rural de Tucumán y los ministros de Desarrollo Productivo y de Seguridad, para analizar en profundidad los acontecimientos y para buscar soluciones a estos episodios.

Minimizar los efectos de los delitos rurales y disminuirlos mediante la prevención son medidas acertadas, en beneficio del campo y de la sociedad en su conjunto. Pero para que estas acciones se materialicen resulta indispensable que se destinen recursos y que se vea una decisión política. Sólo de esa manera se lograrán resultados.

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