Sergio Berensztein: “veo dos coaliciones con posibilidad de alternancia”

Sergio Berensztein: “veo dos coaliciones con posibilidad de alternancia”

Según el politólogo, se puede restablecer el bipartidismo en el país.

SERGIO BERENSZTEIN. SERGIO BERENSZTEIN. LA GACETA/ ANTONIO FERRONI
31 Octubre 2019

En esta séptima edición participarán los politólogos Sergio Berensztein y Marcelo Cavarozzi, en un diálogo sobre algunas claves para entender el proceso político argentino. El encuentro servirá de marco además para presentar el libro ¿Somos todos peronistas? de Sergio Berensztein. Con entrada libre y gratuita, el ciclo se desarrrollará desde las 17,30 en el Auditorio de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), en 9 de Julio 165 de esta ciudad.

El politólogo Sergio Berensztein lanzó un nuevo libro donde se pregunta “¿Somos todos peronistas?”, al que define como un texto “post grieta” y donde asegura que por primera vez desde la crisis de 2001, el país está volviendo a una suerte de bipartidismo, conformado por un peronismo unificado -que logró la victoria detrás de Alberto Fernández- y un frente liderado por el presidente Mauricio Macri.

“Argentina tiene la oportunidad de reestablecer una especie de bipartidismo formado por estas dos coaliciones, una de centro izquierda y otra de centro derecha. Eso le puede dar estabilidad de reglas y de políticas, cosa que no tuvo en 20 años”, afirmó en diálogo con la agencia estatal de noticias Télam el consultor político, que comenzó a escribir su libro hace un año, y lo publicó antes de las PASO, anticipándose a lo que vendría después.

-¿Para quién es el libro y qué propone?

-Trata de fomentar el debate sobre las características estructurales del sistema político argentino hoy, caracterizado por la moderación del electorado. Cuando Cristina Kirchner apoyó a candidatos no moderados en las elecciones provinciales, perdió. Con candidatos moderados, generalmente del peronismo tradicional, ganó. El libro cuenta la historia de la moderación y cómo eso cambia la estrategia de todos los actores políticos, que tienen que tomar eso en cuenta porque sino pierden.

-¿Pero al final el libro responde que somos todos peronistas?

-No, obviamente. Pero el peronismo se democratizó y la Argentina se peronizó (el subtítulo de libro señala: Del idealismo al pragmatismo). El país terminó admitiendo que el peronismo no es un hecho exógeno, sino que tiene un componente muy fuerte, con más de un tercio de la sociedad que se identifica con ese movimiento.

-¿Hay un resurgir del peronismo?

-El libro habla de la unificación del peronismo. La crisis de 2001 fragmentó en tres a las dos grandes fuerzas política, siempre había tres candidatos por cada fuerza. Y partir de ese momento PJ y UCR fueron siempre divididas. Ahora tenés un peronismo casi unificado. Tenés a Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto en otro lado. Pero el resto está unificado, porque Cristina Kirchner comprende que si va sola, pierde de vuelta, como perdió en 2009, 2013, 2015 y 2017. Salvo en 2011, con un boom de los commodities, la muerte de Néstor Kirchner y los peores candidatos posibles en la oposición. Pero esas condiciones eran irrepetibles. Entonces habiendo perdido por culpa del peronismo, ella decide pactar con el peronismo. Su 30 y pico por ciento no valía nada frente a una fuerza que tenía un poquito más, como Cambiemos lo demostró en 2017. Entonces convoca a los dos responsables de sus derrotas previas: Sergio Massa, que la venció como candidato, y Alberto Fernández, como jefe de campaña de Florencio Randazzo.

-¿Cómo se inscribe este marco político en medio de las crisis desatadas en el último tiempo a nivel regional y mundial?

-Te diría que mientras veo líos por todos lados, en Argentina veo dos coaliciones bien plantadas con posibilidad de alternancia. Y liderazgos bastantes nítidos.

-¿Es un libro que busca cerrar la grieta?

-Es un libro post grieta. La Argentina se siente cómoda con la grieta, y lo vimos en el debate presidencial. Los candidatos no podían salir de ahí, y es muy tentador. Pero al argentino promedio no le importa la grieta, es cierto que generó divisiones fuertes en familias y trabajo, pero no es que toda la Argentina se siente identificada. La grieta fue hasta ahora un buen negocio político. (Télam)

En la Unsta: análisis político poselectoral

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