River mantiene en alto su pelea en todos los frentes

River mantiene en alto su pelea en todos los frentes

Sin rastros de resaca.

UN GRAN MOMENTO. Gallardo y De la Cruz, en estado de gracia con los hinchas. twitter@RiverPlate UN GRAN MOMENTO. Gallardo y De la Cruz, en estado de gracia con los hinchas. twitter@RiverPlate

BUENOS AIRES.- “Fiesta, que es fantástica, fantástica esta fiesta”. Imaginariamente, la voz de Raffaella Carrá animó el ambiente de un Monumental enamorado de Marcelo Gallardo.

La noche del martes fue redonda para el local. El encuentro entre dos finalistas de América dejó en claro las diferencias del fútbol continental: el lujoso River es clase ABC 1, el esforzado Colón es clase media alta (sin el “Pulga” Luis Rodríguez, media baja).

Boca estuvo omnipresente: la quinta eliminación al hilo del eterno rival en cruces directos fue el hilo conductor de los cánticos de los hinchas.

Pero al equipo del “Muñeco” no se le percibieron rastros de resaca. Con un doble objetivo, asaltar la punta de la Superliga (aunque fue por unas horas) y empezar a afinar motores de cara a Flamengo, River mostró un retorno a su esencia de presión alta, posesión dominante, circulación rápida, después de su actuación fuera de lo común en La Bombonera.

En el primer tiempo, el anfitrión quedó en deuda al pisar el área de un rival bien pertrechado (y disciplinado) en el fondo. Todo bien hasta tres cuartos, después sobrevenía un cierto engolosinamiento, como si todos los goles deberían ser golazos. El arma habitualmente mortífera del centro atrás se tornó exclusiva y previsible.

Tras el intervalo, River volvió a mostrar sus garras, con ataques más directos. Los goles de Nicolás de la Cruz -en estado de gracia con los hinchas, el segundo mejor “refuerzo” en el año, junto con la llegada de Matías Suárez- y de Rafael Santos Borré fueron un bálsamo, al igual que el regreso al Monumental de “Juanfer” Quintero, casi ocho meses después (con calidad intacta, aunque ritmo todavía por debajo de sus compañeros).

Pese a lo ajustado del marcador final -Lucas Martínez Quarta no sólo puso mal su cuerpo en el gol en contra, sino que debió haber sido expulsado una hora antes-, la prestación del complemento quitó fuerza a la fantasía de un “Mengao” carioca monstruoso. “En Santiago de Chile, vamos a ganar…”

El partido con Colón fue, en definitiva, un eslabón entre la felicidad del pasado inmediato y el futuro próximo que vendrá.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios