Gestos enormes

Gestos enormes

De aquel traspaso violento de 2015 a este que demuestra madurez política.

Gestos enormes REUTERS

La adolescente democracia Argentina, eterna inmadura a causa de tantas interrupciones violentas, parece haber crecido hoy cuatro añitos más. Un gesto vale más que mil palabras, suelen decir. Y el gesto que nos brindaron recién el presidente de la Nación, Mauricio Macri, y luego el presidente electo Alberto Fernández, fue enorme.

Con ese gesto ganamos todos los argentinos, más allá de la nimiedad que representa una papeleta frente al incomparable destino de la Patria.

Cuatro años de crecimiento porque es enorme la diferencia que existe entre hoy y esta misma noche de elecciones de 2015, cuando los agravios de un lado y del otro no nos dejaban escucharnos.

Que Macri haya felicitado antes que nada a Fernández, que lo haya invitado a desayunar para que los equipos ordenen la transición, y que se haya puesto a disposición del ganador para acompañarlo desde una oposición responsable, es un gesto gigante.

Tan gigante como la respuesta de Alberto, que agradeció el llamado, aceptó el convite y dijo que se pondrá él y sus asesores al servicio de la Nación para lo que sea necesario.

Muy lejos nos parece ahora, desde este contexto, aquel traspaso de mando fracasado entre Cristina y Macri el 10 de diciembre de hace cuatro años, cuando ni siquiera hubo entrega del bastón de mando.

Son sólo gestos, pero son los gestos necesarios e imprescindibles que reclama el país, con desesperación, para salir de la grieta y del eterno enfrentamiento.

Lo dijeron los dos, primero Macri y Luego Fernández, Argentina sale entre todos y con todos o no sale más. Así, más allá del voto, nos queda la sensación que ganamos todos.

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