“La represión familiar se instala en la sociedad”

“La represión familiar se instala en la sociedad”

Marta Beatriz Álvarez del Castillo dirige “Pepe el Romano”, inspirada en “La casa de Bernarda Alba”.

SOMETIDAS AL HOMBRE. “Pepe el Romano” se sitúa en la Sección Femenina creada por el franquismo en España para educar a las mujeres. SOMETIDAS AL HOMBRE. “Pepe el Romano” se sitúa en la Sección Femenina creada por el franquismo en España para educar a las mujeres. LA GACETA / INÉS QUINTEROS ORIO

Hace cuatro décadas, Marta Beatriz Álvarez del Castillo sentía que le faltaba el aire. Así se lo explicó a su padre cuando decidió dejar Tucumán e irse a España, donde se volcó al teatro que ya había comenzado a transitar en su provincia.

Ese viaje fructificó en una carrera profesional artística: trabajó en compañías comerciales e independientes; fue discípula de William Layton en Madrid; es licenciada en Dramaturgia y Dirección por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid; entrenó a actores para la serie de televisión “Amar en tiempos revueltos”; es docente del Instituto del Cine de Madrid y dirigió decenas de puestas de autores españoles y argentinos.

Esta noche, la actriz, directora y dramaturga volverá a la sala Orestes Caviglia donde dio sus primeros pasos junto a Carlos Olivera y a Norah Castaldo, entre muchos otros, pero esta vez fuera del escenario: lo hará en la conducción de su obra “Pepe El Romano”, inspirada en el clásico “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, pero con importantes reformulaciones.

La acción transcurre en 1943, en el primer tramo de la dictadura de Francisco Franco, y en vez de miembros de la familia Alba, los personajes son carceleras y republicanas retenidas que habitan un sitio reservado para mujeres, la Sección Femenina que realmente existió.

Ese clima opresivo que crea remite inevitablemente, aunque sin mencionarlo, a lo vivido durante el proceso militar que la llevó a partir.

“Siempre me interesó el tema de la mujer y la represión que ocurre en el ámbito familiar, lo traspasa y se instala siempre en la sociedad en un régimen totalitario. En lugar del interior de una vivienda, cuento la historia en las celdas, donde Bernarda es la jefa y tiene una sola hija que vive con quienes están recluidas allí y ocurre el suceso que se plantea”, afirma la autora.

Al elenco lo integran Ruth Plaate, María Emilia Guerra, Kika Valero, Evelin Brandán, Ayelén Ormaechea, Eloísa Martínez Romero, Noé Andrade y Araceli García. La reformulación dramática hace que la obra dure poco más de una hora, frente a las más de dos horas del texto lorquiano.

- ¿Se superó de ese clima contra la mujer?

- Soy feminista, estoy muy tocada por lo que está pasando con los hombres. Se superó poco, y en la Argentina menos que en otros lugares, según los comportamientos y las cosas que he visto en cada viaje que hago.

- ¿El movimiento de reivindicación de los derechos femeninos no ha generado cambios en las conductas?

- Hay campañas, anuncios, avisos, escraches, pero también resabios que se mantienen. En la Argentina aún noto que las consideran “locas del pañuelo verde”, hay mucho desnivel y mucha desigualdad, es difícil ser mujer. En la Sección Femenina se enseñaba a cocinar y a tener la casa limpia, con el Manual de la Buena Esposa, que existió y es tremendo. Eso pasó en España, pero también llegó aquí. Hubo un tratamiento de divinidad extraterrestre a los hombres por muchos años, pero nunca fue mi manera de relacionarme con ellos.

- El comportamiento de Bernarda Alba era masculino...

- Las mujeres son las que educan a otras mujeres bajo el yugo del hombre, como ángeles del hogar que deben servirlos y asegurarse de que ellos estén cómodos. Hubo muchos textos que me hacían ruido y los cambié.

- Poncia es un personaje clave en la obra. ¿Implica la transición en la forma de tratar a la mujer?

- Hay un poco de eso. Forma parte de la Sección Femenina, pero tiene una mano izquierda que aboga mucho por las chicas y no está de acuerdo con muchas de las cosas que pasan.

- Al ser una historia conocida, ¿las manos están más libres para crear?

- Sí, y más con los derechos liberados. Si regreso a Tucumán a montar otra cosa, haré algo de Ramón del Valle-Inclán, pero tucumanizado. También tengo la idea de hacer un corto en cine, porque no lo tengo muy en claro: me lanzo a fondo cuando la historia me pilló.

- ¿Cómo surgió la idea de estrenar la obra en tu provincia?

- Nunca me pasó por la cabeza hacer algo, no sé por qué, pero ahora estoy contentísima, la obra es muy entretenida y elegí un elenco que me permite contar lo que quería, con un estilo cotidiano, realista. Siempre que monto algo, lo hago pensando en el público, para que lo pase bien y entienda la propuesta. Cada vez que venía, mis amigas me reclamaban que haga algo, y finalmente Elisa Colombo fue la que le presentó el proyecto al Ente Cultural, justo cuando comenzaba la transición por la ida de Mauricio Guzmán, quien me trató muy bien. Llegó el momento de presentarme ante la gente de mi provincia, de la que me fui en una coyuntura muy mala y vuelvo a una sociedad muy empobrecida, incluso en lo cultural. Hubo un esplendor que se perdió.

ESTRENO

• A las 22 en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251). 2x1 para socios del Club LA GACETA.

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