Cerca de lo clásico, lejos de lo convencional

Cerca de lo clásico, lejos de lo convencional

El documental Alas, dirigido y guionado por el escritor tucumano Fabián Soberón, es uno de los ejemplos que no abundan, al menos en el cine argentino, acerca de registrar la vida y la obra de un poeta. En este caso, de un poeta salteño Jacobo Regen, nacido en 1935 y muerto recientemente, en enero pasado.

13 Octubre 2019

Por Rosa Gronda

PARA LA GACETA - SANTA FE

Fabián Soberón pudo haber hecho simplemente un documental institucional y convencional, pero está lejos de esto y en esa diferencia reside su principal mérito. Si bien utiliza un lenguaje clásico y sigue muchas de las reglas básicas, con la inclusión de reportajes a conocedores de la obra de Regen, paisajes significativos en la obra del poeta, retratos fotográficos, archivos sonoros, imágenes de las tapas de sus libros, entre otras, existen por lo menos tres ejes que atraviesan la película que la acercan al lenguaje del cine ficcional y la alejan de lo previsible.

La primera es el suspenso. Cuando Fabián emprende su proyecto, Regen aún vivía en la ciudad de Salta y su propósito era entrevistarlo. Pero es sabido que no todos los protagonistas aceptan ser observados y menos en la intimidad de su vida cotidiana. Este motivo, lejos de ser un problema, se convierte en una línea de verdadero suspenso cinematográfico que se mantendrá a lo largo del film, donde hasta casi el final existirá la incertidumbre de si se logrará o no el objetivo.

El segundo es el formato de viaje y descubrimientos, que se parece a una road-movie. La película se inicia y termina en un auto que parte y regresa a Tucumán, pasando por Buenos Aires y se detiene centralmente en Salta, la ciudad del poeta. El poeta director asume un rol casi detectivesco para acercarse al entorno de su personaje.

El tercer eje es la identificación constante con la figura del ángel, símbolo iterativo en la poesía lírica, intimista y desnuda de Jacobo Regen, cuyo primer libro se titula precisamente “Canción del ángel”.

La identificación está denotada desde el título, “ALAS” como parte fundamental por la que identificamos físicamente el cuerpo de un ángel.

La dedicatoria inicial con la voz de Regen, sacada de otro contexto, por obra del montaje se convierte en una dedicatoria de la película. Cinematográficamente, la perspectiva del ángel, se traduce en las constantes angulaciones picadas que llegan a ser cenitales en muchos casos, extremando esa mirada del paisaje, los hombres y las cosas, siempre elevada de lo terrestre, que sería propia de un ángel. Además suman los efectos especiales que logran su factor sorpresa en el desenlace que, como corresponde, no conviene develar.

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