Cartas de lectores

GASTO POLÍTICO

Lamentablemente, días atrás nuestra provincia generó una bochornosa noticia por la cantidad de excesos cometidos con bienes públicos (desde fondos, hasta el avión sanitario), a fin de celebrar un legítimo acto partidario, pero que se debía hacer sin usar recursos -muy escasos- de todos los tucumanos. La dedicación de los máximos funcionarios de la provincia no fue la misma, sin embargo, cuando hace 15 días se realizó un destacado congreso internacional sobre el azúcar, del que participaron casi 2.000 personas de 53 países de todo el mundo. No hace falta señalar la importancia histórica y económica que la actividad azucarera tuvo, y tiene en Tucumán, ni la que están adquiriendo los combustibles bio, también una alternativa interesante para nuestra jaqueada provincia. A pesar de esto, la participación oficial se redujo, apenas, a los casos en que tenían que hacer algún discurso, retirándose inmediatamente después, sin participar, en lugar de quedarse y escuchar (y aprender). Tampoco hubo una difusión acorde con la magnitud de semejante congreso mundial lo que se debió, en gran parte, a la falta de recursos para trasladar y alojar a una decena de medios nacionales y agencias internacionales de información, que dieran cuenta nacional de la trascendencia de lo que estaba ocurriendo en nuestra ciudad. ¿Será que es más importante, y eficiente en términos de gasto, trasladar a punteros y dirigentes políticos para comer un asado, que a quienes pueden atraer inversiones haciendo conocer las posibilidades productivas y las tendencias que se vislumbran a nivel mundial?

Juan Colombres Garmendia

Santa Fe 155

San Miguel de Tucumán

MONTEROS Y LA POESÍA

El Encuentro Nacional de Poetas “Manuel Aldonate” de Monteros, cita obligada de los vates en el calendario anual de la poesía del país, cuya nueva edición se realizará entre el 26 y 28 del corriente, es la ocasión propicia para recordar a un poeta muy poco conocido que vivió en la última mitad del siglo XIX, llamado Patricio Gallo (1861-1893), quien tuvo lazos muy estrechos con familias de antigua raigambre de este pueblo. Su madre fue la monteriza María Cesárea Pérez, que se casó con un acaudalado estanciero de Las Cañas, lugar cercano a Rosario de la Frontera (Salta). No se conoce quién le inculcó las primeras letras, pero sí, que en su adolescencia estudió en el Colegio Nacional de Tucumán sin terminar su carrera para dedicarse al periodismo. Durante toda su corta vida tuvo una relación muy familiar con sus tíos y primos y asiduamente visitaba Monteros. Muy joven se enroló en las filas del Partido Liberal, defendiendo sus ideas a través de la prensa como bisoño periodista. Esta militancia combativa despertó la insidia y maledicencia de sus enemigos políticos de Monteros, que se viera reflejado en un panfleto en forma de versos hirientes e insultantes, que recogiera Juan Alfonso Carrizo en sus famosos “Cantares de Tucumán”. A su muerte, el 27 de agosto de 1893, su amigo dilecto Silvano Bores, uno de los “talentos más brillantes de Tucumán”, redactó en un periódico una semblanza completa y cabal que mereció los elogios de quienes conocieron al extinto. Comenzaba diciendo: “Duerme en paz, buen poeta y mejor hombre”, para continuar: “Personal e intelectualmente fue el joven más conocido del Norte argentino, por haber dejado en todas partes amistades, anécdotas y versos”; o al expresar: “Era un escritor de caudalosa producción. No sólo el diario local, sino las revistas literarias, o los más acreditados diarios de la prensa nacional y extranjera, acogieron sus trabajos”. Fue amigo de ilustres personalidades nacionales como el ex presidente Domingo F. Sarmiento, quién así lo considera cuando Gallo le hace el postrer reportaje en 1886, en su última visita a Tucumán, y nos dejó el legado de su memoria. De su producción poética sobresale “El Aconquija” cuya estrofa inicial dice: “¡Allí está ya percibo su silueta / Envuelto por el sol parece que arde / Hijas de Tucumán hazme poeta / Para enviarle mi canto en esta tarde”. Esta semblanza tiene un sabor muy especial para quién esto escribe, pues el poeta Patricio Gallo fue primo hermano de mi longeva abuela materna Arsenia Pérez de Campos (1880-1986).

Arturo Dionisio Zelaya

HAMBRE

Se acaba de dar media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria, para paliar las necesidades básicas de muchísimos argentinos que están sufriendo las consecuencias de una nueva crisis económica en nuestro país. Millones de pesos intentarán cubrir, en parte, la falta de alimentos en la mesa de los más necesitados. Afortunadamente, Tucumán es una isla y no está sufriendo los avatares de la realidad cotidiana. Varios argumentos, reflejados en estas mismas páginas, sostienen lo antedicho. El festín para 5.000 personas, digno de un jeque árabe petrolero (asado, empanadas, postre y bebidas en estos tiempos durísimos es, realmente, un festín); para agasajar a un candidato presidencial, demuestra nuestra desahogada situación económica. Todo esto sólo nos costó $ 20 millones, más U$S 24.000 para devolver a los invitados a su lugar de origen en nuestro avión sanitario. Realmente un gasto menor. Por otro lado, la construcción de un faraónico Centro Cívico, que demandará millones de dólares, con el estudio de un renombrado arquitecto tucumano, nos dice que no hay devaluación que haga mella en nuestras sólidas finanzas. Además, el cumplimiento, sin ningún problema, de la “cláusula gatillo” para sostener el poder adquisitivo de más de 100.000 empleados estatales, nos deja tranquilos ante la realidad financiera de otras provincias, que están a punto de emitir cuasimonedas locales para afrontar sus obligaciones salariales. Solamente estos botones de muestra sirven para entender que vivimos en nuestro querido Tucumán sin sobresaltos mayores, a comparación de la acuciante realidad de otras provincias. Problemas como el narcotráfico, las adicciones, la violencia social, el desempleo, son temas menores que no necesitan de una mayor atención. De hecho, nuestro gobernador hace un año que está en campaña proselitista y de gira por lejanos lugares del planeta, dejando la responsabilidad de solucionarlos en manos del funcionario de turno correspondiente. No hay ningún argumento que pueda rebatir todo esto ante la contundencia del triunfo en las elecciones disputadas en el presente siglo. ¡El pueblo nunca jamás se equivoca! Ah, un aviso para los que ya se compraron el traje para asumir en 2023: se les vaya a ocurrir hacer nada diferente a todo lo que se viene realizando. Si lo hacen, el pueblo hará tronar el escarmiento.

Ricardo A. Rearte

Congreso 395

Monteros

PARO DOCENTE INCONCEBIBLE

Es inconcebible la actitud y determinación del gremio docente que, una vez más, paraliza la enseñanza a los niños en la provincia de Tucumán, por un nuevo hecho que se produce desgraciadamente en la provincia de Chubut. Una cosa es lamentar y solidarizarse con el sector docente de esa provincia y con las maestras que fallecieron en el accidente, todo por ejercer una protesta legítima en los derechos que tiene todo trabajador de recibir la remuneración que le corresponde por su trabajo. Nada dicen, ni tampoco dijeron, cuando los docentes de esa provincia fueron agredidos, al ejercer sus derechos de reclamar, por los dirigentes del sindicato petroleros, y ahora tampoco dicen nada que todo lo que sucede en esa provincia es producto, para ser benévolo, de un irresponsable que tiene sus intereses con personas que están siendo procesadas en el ámbito nacional al ser escribano de ellos, como el gobernador de la provincia, que hace tres meses les debe los sueldos. La Nación le adelantó la coparticipación, y todavía el gobernador, para provocar un nuevo hecho de violencia, envía a la Legislatura un proyecto de aumento de las remuneraciones del sector político del Ejecutivo. Lo inexplicable es que el Gobierno provincial ni siquiera los conmina a que cumplan con el deber, y dejen de pregonar que cumplen con los 180 días de clase como determina el calendario escolar.

José Luis Avignone

Secretario de Relaciones Institucionales

Municipalidad de San Miguel de Tucumán

BOMBAS DE ESTRUENDO

El domingo pasado, mientras se desarrollaba una procesión religiosa por la cuadra donde yo vivo, cuando eran las 16.30 comenzaron a tirar bombas de estruendo, una de ellas a poco metros de mi casa sin tener en cuenta a gente mayor, enfermos o personas con discapacidad, que ante estos estruendos entran en pánico como es el caso de un hermano  que vive conmigo. Soy respetuoso de la fe de la gente y del derecho de hacer estas ceremonias, pero me parece que recurrir a estas prácticas tan dañinas, incluso para los animales, es actuar con un gran desaprensión hacia el prójimo.

Rafael Horacio Cruz

SEÑORA, SEÑOR

Señora, señor. Señora o señor son los dos únicos adjetivos que deben utilizarse para atender o llamar la atención a personas que han pasado los 60 años, y desde allí hasta los que felizmente han pasado los 90 años. Según la OMS, las personas de 60 a 74 años se consideran de edad avanzada; de 75 a 90, ancianos, y las que sobrepasan los 90 años, grandes longevos. Es curioso, sin embargo, el uso frecuente, despectivo y a veces humillante, despreciativo, con que se utiliza la calificación de “viejo”. Lejos de toda educación, cortesía y respeto, los modales de gran parte de la población desconocen las reglas de urbanidad y buenas costumbres, y se comportan como groseros, impertinentes o agresivos cuando tratan despectivamente, decía, de “viejo” a esas personas mayores. Muchos, además, lo hacen en forma burlesca y entonces hasta se creen o sienten pícaros. En ámbitos familiares, laborales o sociales, el trato de señora o señor se debe aplicar para jerarquizar un trato de igual a igual. Por cierto, se llega a esa edad según como se ha vivido. Hoy las mejores recomendaciones serían, desde siempre, una dieta adecuada, sin excesos de grasas ni alimentos blancos, en general, con ejercicios físicos acordes a la edad y, fundamentalmente, no fumar y evitar el alcohol. Ello serviría para evitar o disminuir las principales enfermedades -hipertensión, diabetes, deterioros neurológicos-. Pero una vejez tranquila también necesita contención familiar y social, sin burlas cuando se produzcan olvidos benignos, o actividades en general más lentas. Se debe respetar al anciano por sus conocimientos y experiencias, que desde siempre han sido tan útiles a la humanidad toda. Comencemos, entonces, con el indispensable trato respetuoso de señora o señor. Simple.

Federico Vázquez

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